Los microplásticos bañan las playas catalanas
Un estudio alerta de niveles hasta cinco veces por encima a la media del Mediterráneo
Las costas de Cataluña soportan niveles de microplásticos más elevados que la mayoría de playas del Mediterráneo. La franja litoral catalana, especialmente en las comarcas de Tarragona, se sitúa como uno de los puntos más críticos en cuanto a presencia de poliéster, polietileno y polipropileno, muy por encima de los valores recabados en los océanos del resto del mundo.
Es la conclusión que arroja un estudio del grupo de investigación Tecnatox de la Universitat Rovira i Virgili (URV), basado en tres años de explora...
Las costas de Cataluña soportan niveles de microplásticos más elevados que la mayoría de playas del Mediterráneo. La franja litoral catalana, especialmente en las comarcas de Tarragona, se sitúa como uno de los puntos más críticos en cuanto a presencia de poliéster, polietileno y polipropileno, muy por encima de los valores recabados en los océanos del resto del mundo.
Es la conclusión que arroja un estudio del grupo de investigación Tecnatox de la Universitat Rovira i Virgili (URV), basado en tres años de exploraciones sobre el terreno y que ha alumbrado un trabajo científico publicado en Science of the Total Environment. No es un problema menor, advierte el informe, porque “estos plásticos tardarán muchos años en degradarse y continuamente los estamos liberando en el mar”, explica Joaquim Rovira, uno de los autores de las pesquisas. “Los niveles son preocupantes, esta es una zona de acumulación de las más importantes del mundo”, certifica.
La amenaza es doble, de una parte por el propio impacto del plástico en el mar y, después, por la posibilidad que termine siendo ingerido por pescados y mariscos. El trabajo impulsado desde la URV cuantifica y determina el tamaño, la morfología y la composición de los microplásticos presentes en la arena de las playas, en los sedimentos submarinos y en las aguas superficiales de la costa. Pone el foco, especialmente, en el tramo de litoral que queda bajo la influencia del complejo petroquímico de Tarragona y del puerto. En esa zona operan más de 30 empresas químicas, repartidas en dos polígonos que ocupan 1.200 hectáreas y que incluyen también las instalaciones portuarias. Se trata del complejo químico más importante del sur de Europa, con una producción de 20 millones de toneladas de diversos tipos de plásticos y combustibles.
El rastreo realizado por los investigadores del grupo Tecnatox señala que, en ese tramo más cercano a las fábricas y al puerto, la concentración de microplásticos es hasta cinco veces superior a los registros medios del mediterráneo. La Aeqt, entidad que representa a las fábricas químicas, defiende el compromiso de la industria “con la protección del medio ambiente” y afirma que promueve iniciativas que velan por “la calidad del aire, la reutilización de agua o los microplásticos”.
La URV recoge que existen otros estudios publicados que demuestran que la concentración de partículas de plástico en la costa de Tarragona se asimila a los resultados que arrojan estudios hechos en el Líbano o en Israel. El equipo investigador de Tecnatox señala que las corrientes marinas pueden tener incidencia en la acumulación de residuos plásticos en puntos concretos de la costa pero concluye que la aportación de fuentes terrestres, tales como industrias o depuradoras, juega un papel determinante. El grupo científico ha recogido muestras de aguas superficiales, de sedimentos submarinos y de arena de playa. Las fibras de poliéster dominan en los sedimentos del fondo marino y en el agua de mar, mientras que los fragmentos de polietileno y polipropileno abundan en las playas. En este sentido, la organización Good Karma Projects lleva meses denunciando la permanente presencia de pellets, pequeñas bolas gomosas, en las playas catalanas. Estas canicas de polipropileno, de apenas dos milímetros de diámetro, se usan como materia prima para fabricar bolsas, botellas y un amplio surtido de derivados plásticos.