ERC, Junts y la CUP crean hasta ocho comisiones distintas para coordinarse

Las tres formaciones buscan superar los recelos ante la acción del nuevo Govern y del Parlament

Diputados de los grupos independentistas en el Parlamento catalán, en una imagen de archivoToni Albir (EFE)

La falta de confianza entre los partidos independentistas ha sido uno de los principales obstáculos para que prospere cualquier pacto entre ellos. Tras el referéndum del 1-O, declarado ilegal por el Tribunal Constitucional, el secesionismo ha tenido muchas dificultades para focalizar su acción a puntos compartidos. De ahí que la búsqueda de fórmulas de coordinación fuera uno de los objetivos básicos de la negociación de cara a la nueva legislatura. ...

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La falta de confianza entre los partidos independentistas ha sido uno de los principales obstáculos para que prospere cualquier pacto entre ellos. Tras el referéndum del 1-O, declarado ilegal por el Tribunal Constitucional, el secesionismo ha tenido muchas dificultades para focalizar su acción a puntos compartidos. De ahí que la búsqueda de fórmulas de coordinación fuera uno de los objetivos básicos de la negociación de cara a la nueva legislatura. El pacto entre Junts y ERC incluye cinco comisiones distintas. El de la CUP y los republicanos, tres.

ERC y Junts dedican tres hojas del acuerdo de Govern, que presentaron el martes, a explicar las cinco comisiones que han diseñado para evitar que se repitan las escenas de enfrentamiento entre socios. Se plantea incluso la celebración de “reuniones intensivas” de un fin de semana de duración, en las cuales se limen las asperezas. La primera comisión es el de la coordinación parlamentaria (ECP), de carácter semanal y al que irán básicamente los presidentes y portavoces de los dos grupos parlamentarios.

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El equipo de coordinación gubernamental (ECG), por su parte, hará el seguimiento del cumplimiento de los objetivos en el ámbito ejecutivo. También será semanal y a él asistirán seis altos cargos del Govern, tres de ERC y tres de Junts. Su misión es “alertar de posibles desencuentros” y evitar así “polémicas y conflictos”. La gestión de la comunicación, además, tiene su propio foro, con una periodicidad “no inferior a una reunión trimestral”.

En el caso de desencuentros profundos, hay una instancia superior, destinada a superarlos. Se trata del Equipo de Seguimiento del Acuerdo (ESA). Cada partido puede llevar tres representantes, que se reunirán cada 15 días. El orden del día es básicamente el seguimiento a nivel político del texto del acuerdo entre socios, con la posibilidad de analizar los conflictos que se detecten en los foros de jerarquía inferior. Después, en el caso excepcional y a modo de botón nuclear, está el Comité de Dirección Política (CDP), de celebración excepcional y con representación de máximo nivel y capacidad decisoria.

Pero ERC también tiene que respetar los términos del acuerdo de investidura que selló con los anticapitalistas. Ese pacto técnicamente no afecta a Junts pero muchos de los temas terminarán recayendo en consejerías que le corresponden a los de Carles Puigdemont. El futuro president Pere Aragonès asegura que cumplirá “de arriba a abajo” los compromisos con la CUP y que tienen encaje en lo que se firmó con Junts. Los anticapitalistas se han asegurado de que los de Aragonès aceptaran foros para medir el grado de seguimiento de sus pactos. En específico se crean tres espacios: un comité mensual de seguimiento, coordinación semanal Parlament-Govern y grupos sectoriales de trabajo.

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De entrada, no hay previsto una coordinación a nivel de contenido de legislatura entre las tres formaciones independentistas. El espacio común planteado es sobre la hoja de ruta secesionista y en el que participan también la Assemblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural y el Consell de la República.

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