El impacto de la pesca recreativa lleva a Cataluña a plantear límites en el mar
Los 54.000 pescadores aficionados que hay en la comunidad sacan al año en torno a 1.300 toneladas de pescado
Tras constatar que los 54.000 pescadores recreativos que hay en Cataluña sacan al año en torno a 1.300 toneladas del mar, la Generalitat estudia ahora limitar la captura de algunas especies para protegerlas de la sobrexplotación. “Antes de imponer limitaciones, debemos hacer un diagnóstico para tener una idea clara de gestión”, explica Sergi Tudela, director general de Pesca. El Gobierno catalán también quiere elevar el perfil del servicio de inspección y aumentar plazas para reforza...
Tras constatar que los 54.000 pescadores recreativos que hay en Cataluña sacan al año en torno a 1.300 toneladas del mar, la Generalitat estudia ahora limitar la captura de algunas especies para protegerlas de la sobrexplotación. “Antes de imponer limitaciones, debemos hacer un diagnóstico para tener una idea clara de gestión”, explica Sergi Tudela, director general de Pesca. El Gobierno catalán también quiere elevar el perfil del servicio de inspección y aumentar plazas para reforzar así la lucha contra las irregularidades cometidas en un mundo, el marino, caracterizado por su opacidad.
En Cataluña hay 50.000 personas que pescan de manera recreativa. El 60% de ellas lo hace con caña desde la costa; el 34%, desde embarcación; y el 6% restante, con fusil submarino. Son datos del Diagnóstico de la Pesca Marítima Recreativa en Cataluña, publicado el pasado julio y en el que han sido encuestados el 16% de los aficionados. Por volumen, sin embargo, la práctica que más impacto tiene sobre el mar es la pesca de embarcación, con 760 toneladas sacadas al año, seguida de la captura con caña desde la costa (508), y la submarina (98). Fuentes de la Cofradía de Pescadores creen, sin embargo, que la cantidad podría ser mucho mayor. El estudio también constata que dos de cada diez pescadores recreativos que salen al mar en Cataluña lo hacen sin licencia.
El informe fue, de hecho, la primera gran fotografía sobre la actividad recreativa en Cataluña. La información que aportó, admite Tudela, está siendo muy valiosa para implantar futuras restricciones. “Lo estamos estudiando. Es un tema complejo y son medidas que necesitan consenso”, incide Joan Ylla, jefe del Servicio de Control y Acción Marítima, competente en aguas autonómicas.
Las medidas que baraja el Govern no consistirían tanto en limitar el número de licencias como en imponer vedas a las especies más sobrexplotadas (actualmente hay vedas sobre la sepia y al atún rojo). También están sobre la mesa otras medidas, como aumentar el tamaño mínimo de las capturas o reducir el límite de kilos de pescado por persona y salida, actualmente establecido en 10 para el pescado y cinco para cefalópodos.
El pasado mes de febrero, científicos y pescadores propusieron a la Comisión Europea cerrar 400 kilómetros cuadrados de litoral, en los que la pesca de arrastre y el palangre de fondo tendrán el acceso vedado. La sobrexplotación en el mar es clara y peligra el futuro del sector. Y si los profesionales se están apretando el cinturón, el Govern creen que los recreativos también deberían hacerlo.
Los puertos donde la actividad recreativa es más importante son los de Sant Carles de la Ràpita, Torredembarra, Port Ginesta, Badalona, Mataró, L’Estartit y L’Escala. Entre las especies más capturadas por los recreativos destacan principalmente la dorada o los sargs. Y especies comerciales y cotizadas como los déntols y el bonito. Hay un dato que aporta una fotografía muy clara: el 10% de pescadores recreativos acumulan cerca del 50% de las capturas totales. Esto demuestra la existencia de grandes pescadores que, sin ser profesionales, capturan de manera masiva, algunos de ellos sobrepasando el límite legal y capturando mucho más de lo necesario para el consumo propio. “Es una competición directa con los profesionales”, cree Ylla. Estos datos también pueden ser un síntoma, explican fuentes del sector, de la existencia de un mercado negro en el que pescadores de costa y barca sin licencia profesional y pescadores submarinos fusileros, como se les conoce en el mundo marino) venden directamente a a restaurantes de primera línea de mar.
Al Govern también le inquietan las cifras de aficionados que salen a pescar sin licencia: dos de cada diez no tienen permiso de pescador recreativo pese a que el Govern ofrece un amplio abanico: desde permisos temporales, de solo un día, hasta de larga duración, de cuatro años sin necesidad de renovación. La actividad, recoge el Diagnóstico de la Pesca Marítima Recreativa en Cataluña del Departamento de Agricultura y Pesca de la Generalitat, es una actividad fundamentalmente masculina. El 95% de los que la practican son hombres con edades comprendidas de media entre los 40 y los 50 años.
En lo económico, la pesca recreativa supone un impacto indirecto de unos 90 millones de euros, de los cuales una tercera parte corresponde a ingresos directos a tiendas y distribuidoras de material.