El señor Tusquets vuelve al puerto de Barcelona

El Museo Marítimo expone 130 fotografías de la misteriosa colección que se encontró tirada en las calles de Palma

Detalle de la exposición en el Museo Marítimo de Barcelona dedicada a la obra de Joaquín Tusquets.Carles Ribas (EL PAÍS)

Barcelona puede ver por primera vez una colección de fotografía que ha sido un misterio durante más de quince años. Se trata de los más de cuatro mil negativos que aparecieron en 2005 en un contenedor en una calle de Palma de Mallorca, de un gran valor histórico sobre la actividad marinera de la ciudad Condal entre 1940 y 1960. El autor de las fotografías, desconocido hasta el año pasado, es el empresario y químico Joaquín Tusquets de Cabirol (1904-1979). Su familia inauguró este jueves la exposición que le dedica el Museo Marítimo de Barcelona (MMB) hasta el mes de octubre, ...

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Barcelona puede ver por primera vez una colección de fotografía que ha sido un misterio durante más de quince años. Se trata de los más de cuatro mil negativos que aparecieron en 2005 en un contenedor en una calle de Palma de Mallorca, de un gran valor histórico sobre la actividad marinera de la ciudad Condal entre 1940 y 1960. El autor de las fotografías, desconocido hasta el año pasado, es el empresario y químico Joaquín Tusquets de Cabirol (1904-1979). Su familia inauguró este jueves la exposición que le dedica el Museo Marítimo de Barcelona (MMB) hasta el mes de octubre, Imágenes encontradas. La Barcelona marítima de posguerra.

El MMB ha seleccionado 130 imágenes de Tusquets con un valor testimonial de la posguerra que los expertos consideran de primera magnitud. Silvia Dahl, conservadora de fotografía del MMB, ponía ayer como ejemplo el hecho de que en muchas imágenes del puerto aparecieran barcos de vela: esto se debe a que, en los años posteriores a la guerra civil, el combustible era un bien que pocos marineros podían permitirse, por lo que se recuperaron embarcaciones del pasado. Otro detalle apreciado por los comisarios de la exposición son los buques que en la primera mitad de la década de los cuarenta llevaban izada, de forma inusual, una bandera española: al ser embarcaciones de un país neutral en la Segunda Guerra Mundial, la insignia las identificaba para que no fueran torpedeados por algún submarino de las potencias en conflicto.

Joaquín Tusquets fue miembro de una reducida comunidad de fotógrafos amateurs de elevado poder adquisitivo; esto les permitía adquirir un material difícil de encontrar en la posguerra, empezando por las mismas cámaras que utilizaba Tusquets en lo que sus hijos han descrito como “excursiones fotógraficas de fin de semana”. En el MMB se exhibe su equipo principal, una cámara Leica y la que utilizó más, una Rolleiflex.

Otro aspecto destacado por los responsables de la exposición es la temática de la obra de Tusquets, sobre todo momentos de ocio y retratos asépticos en los que quedan al margen la represión franquista y la pobreza imperante: “La fotografía de Tusquets se rige por las pautas de la época, que valoraban una temática ‘amable’, de composición clásica y técnica cuidada”, informa la exposición: “Esta fue la práctica habitual durante las dos primeras décadas de la dictadura, que marcaba una distancia acrítica con la realidad política y social del país”.

Joaquín Tusquets, en un retrato de la familia.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

El misterio sobre Tusquets irrumpió en 2020 en internet cuando varios aficionados compartieron algunas imágenes de su legado. La persona que las había encontrado desechadas en Palma de Mallorca, el coleccionista Toni Amengual, había digitalizado el fondo y había enviado algunas copias a conocidos suyos. Las fotografías captaron la atención de numerosos usuarios en las redes y el caso fue seguido por los medios de comunicación. Amengual ya había intentado vender el archivo al MMB en 2018, sin éxito. Finalmente, el museo las adquirió el pasado junio con fondos de la Diputación de Barcelona.

En verdad, la primera pista sobre el autor de las fotografías la aportó en 2006 desde Mallorca el periodista Andreu Manresa. Este informó en un artículo en EL PAÍS que uno de los pocos sobres con negativos que Tusquets mandó revelar en un laboratorio profesional, llevaba el apellido “señor Tusquets” escrito en bolígrafo —la mayoría de carretes los revelaba él mismo, con la pericia que le daba su formación como químico.

Su hijo, la pista clave

La autoría de la colección hallada en Palma fue descubierta por este diario en 2020 después de que Amengual aportara otra pista: en algunos retratos estaban escritos dos nombres a mano: “Joaquinito” y Rosa. La deducción fue que “Joaquinito” era el diminutivo de su hijo y que, por lo tanto, el padre y fotógrafo podría llamarse Joaquín. Efectivamente, en las hemerotecas de los diarios de la época aparecía un Joaquín Tusquets que participaba de forma regular en competiciones de fotografía para aficionados. Rosa era el nombre de su esposa, otro dato que acabó de confirmar su identidad. Una de las novedades que ofrece la exposición son los documentos que atestiguan que Tusquets ya había expuesto su obra en el MMB, en concreto en dos concursos de fotografía organizados por el museo, uno de ámbito español, en 1948 —quedó el 24 en la competición— y otro en 1961, en el que obtuvo un cuarto premio.

La familia sigue sin aclarar cómo llegó la colección a un contenedor de Palma de Mallorca; Amengual explicó que la encontró tirada frente a una tienda de anticuarios. Enrique Tusquets, hijo del fotógrafo, explica que la familia está inventariando las fotografías que conservan de su padre a partir de 1959, imágenes que pueden descubrir nuevos secretos.

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