Un virus del resfriado para combatir el cáncer de retina infantil
El Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona prueba con éxito una terapia pionera con un adenovirus modificado genéticamente para tratar un retinoblastoma
A ojo del microscopio, el adenovirus también tiene, como el coronavirus, antenas sobresalientes sobre su superficie. Pero nada tienen que ver entre ellos. El adenovirus no es ni tan agresivo ni tan nuevo. De hecho, es un viejo conocido, causante de muchos cuadros catarrales, diarreas, conjuntivitis o cistitis. Lejos de temerlo, la comunidad científica está intentando reinsertarlo en la sociedad, previo paso por el laboratorio, con fines curativos. Investigadores del Hospital Sant Joan de Déu han log...
A ojo del microscopio, el adenovirus también tiene, como el coronavirus, antenas sobresalientes sobre su superficie. Pero nada tienen que ver entre ellos. El adenovirus no es ni tan agresivo ni tan nuevo. De hecho, es un viejo conocido, causante de muchos cuadros catarrales, diarreas, conjuntivitis o cistitis. Lejos de temerlo, la comunidad científica está intentando reinsertarlo en la sociedad, previo paso por el laboratorio, con fines curativos. Investigadores del Hospital Sant Joan de Déu han logrado tratar a un niño con retinoblastoma, un tumor infantil poco frecuente, con una terapia pionera de virus oncolíticos: han modificado genéticamente un adenovirus para que ataque las células cancerígenas e inactive el tumor. El menor ha logrado conservar la visión, pero los científicos advierten de que los ensayos tienen que seguir para garantizar la eficacia.
El retinoblastoma es un tumor poco común y exclusivo de niños. Afecta a uno de cada 15.000 menores, normalmente, de menos de tres años. En España hay entre 40 y 50 casos al año; unos 8.000 en el mundo. “El primer signo es un reflejo blanco en la pupila cuando se hace una foto. En vez de ser rojo o anaranjado, es blanco. Sin tratamiento, este tumor, que puede afectar a uno o a los dos ojos, crece y puede matar al niño”, explica Jaume Català, oftalmólogo y cirujano del Sant Joan de Déu. El tratamiento habitual son entre tres y seis sesiones de quimioterapia, que se libera directamente en el ojo a través de un catéter por la arteria femoral. En la mayoría de los casos, los niños se curan —la supervivencia a cinco años es del 95%—. Y mantienen el ojo y la visión. Pero cuando falla la quimioterapia, poco más se puede hacer.
Félix fue uno de esos casos refractarios al tratamiento habitual. Apenas tenía unos meses cuando fue diagnosticado y con dos años ya había perdido la visión de uno de los ojos a causa de la enfermedad. El pequeño, de origen venezolano, viajó entonces a Barcelona a través de la Fundación Simón Bolívar para probar en el Sant Joan de Déu otro tratamiento. Los médicos consiguieron desactivar el tumor un tiempo, pero volvió a aparecer ocho meses después.
El niño ya no respondía a ningún tratamiento, así que entró a la desesperada en un ensayo clínico con este virus del resfriado modificado genéticamente. A diferencia de la quimioterapia, que barre todo lo que encuentra a su paso y provoca graves efectos secundarios (como toxicidad en el oído, leucemia o segundos tumores), el tratamiento con el virus oncolítico es una terapia dirigida a atacar específicamente las células tumorales.“Lo que se hace es que se modifica el ADN del virus y se inserta un gen que reconoce las células del retinoblastoma, se reproduce dentro de ellas e las ataca”, explica Català, que ha participado en el ensayo.
Los investigadores del Sant Joan de Déu y la biotecnológica VCN Biosciences, de la farmacéutica Grífols, llevan cinco años en este proyecto. El caso de Félix, que ha sido considerado de éxito porque han frenado el tumor y han conservado el ojo, es, sin embargo, el punto de partida. Están todavía en la fase 1 del ensayo, comprobando la seguridad y que la dosis que se administra es la más adecuada para garantizar la eficacia. Tienen previsto reclutar a 13 pacientes con retinoblastoma refractario a quimioterapia, pero por ahora solo han tratado, aparte de a Félix, a otros dos menores. “A pesar de que la respuesta tumoral fue buena, el tumor estaba muy avanzado y tuvimos que sacar el ojo”, lamenta Català.
Los virus oncolíticos se han convertido en otra herramienta prometedora contra el cáncer. Se comercializan en China para tratar el cáncer de cabeza y cuello y también en Europa y Estados Unidos hay una versión modificada del herpes virus para combatir el melanoma. En VCN Biosciencies también tienen ensayos en fase 1 con adenovirus para páncreas y cáncer de cabeza y cuello. “Con páncreas hemos acabado la fase 1 y los resultados son grises. Aumenta la supervivencia con respecto a lo que se esperaba con el tratamiento estándar, la quimioterapia, pero los pacientes no se curan”, lamenta Ramon Alemany, investigador del Instituto Catalán de Oncología (ICO) y uno de los impulsores de la compañía biotecnológica.
Un virus con potencial
El adenovirus tiene un futuro prometedor en el lado bueno de la Medicina. Aunque ahora solo enferme, la comunidad científica está probando con este microorganismo su potencial como virus oncolítico para otros tumores, como el de páncreas o el de cabeza y cuello. Además, el adenovirus, también previamente modificado en el laboratorio, es el punto de partida para el desarrollo de algunas vacunas contra la covid-19, como la de la Universidad de Oxford y la farmacéutica Astrazeneca, que usan una versión debilitada de un adenovirus del resfriado común de los chimpancés.