La Barcelona que la pandemia dejó atrás
El anuario estadístico de 2019 muestra cómo antes de la covid la mayoría de los indicadores de la ciudad mejoraban o batían récords
Pocas veces el anuario estadístico de Barcelona tiene el valor que tendrá el de 2019: la mayoría de indicadores mejoraban, cuando no batían récords: las cifras de demografía, economía, turismo, actividad comercial, uso del transporte público, espectadores de la cultura, condiciones de vida o de renta de los vecinos... La pandemia ha pegado tal hachazo que el anuario de 2019 quedará para la historia como la foto de la ciudad prepandemia. A estas alturas del año del coronavirus es una certeza que el año que viene los gráficos se llenarán de columnas y líneas que en vez de subir, bajan. La incógn...
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Pocas veces el anuario estadístico de Barcelona tiene el valor que tendrá el de 2019: la mayoría de indicadores mejoraban, cuando no batían récords: las cifras de demografía, economía, turismo, actividad comercial, uso del transporte público, espectadores de la cultura, condiciones de vida o de renta de los vecinos... La pandemia ha pegado tal hachazo que el anuario de 2019 quedará para la historia como la foto de la ciudad prepandemia. A estas alturas del año del coronavirus es una certeza que el año que viene los gráficos se llenarán de columnas y líneas que en vez de subir, bajan. La incógnita es cuánto tiempo tardarán en recuperarse o si lo harán todos los sectores. Vistas las condiciones de partida, la ciudad tiene músculo.
En 2019, Barcelona ganó población gracias a la inmigración: había vecinos procedentes de 179 países, según el anuario que publica la Oficina Municipal de Datos. La cifra de personas centenarias subió un 10,8% y fue récord: 863. Las defunciones cayeron por segundo año consecutivo y la media de edad, 44 años, seguía mostrando que la población envejecía. Con una sobremortalidad que desde marzo ha superado las 4.000 personas (un 45% más de lo habitual, según datos de la Agencia de Salud Pública) y teniendo en cuenta que más de tres cuartas partes de los fallecidos como consecuencia del virus son mayores de 75 años, no es descabellado pensar que impactará en la pirámide de población.
Otro capítulo de indicadores que andaban en cifras récord y que se desplomarán en 2020 por las restricciones de la actividad son los económicos, de empleo o renta. La actividad económica de la ciudad creció en 2019 (un 2,3%) y este año se habla de una caída del PIB de dos dígitos. En 2019 se creaba empleo, caía el paro y las cifras de trabajadores afiliados a la Seguridad Social se situaban en máximos históricos: 1.151.665 personas, un 1,1% más que en 2018. El 27,6% eran trabajador es del comercio, el transporte y la hostelería.
Sobre los ingresos salariales, la media de los residentes de Barcelona fue de 30.807 euros brutos, un 1,8% más que un año atrás (y con una brecha entre hombres y mujeres del 21%). La renta familiar bruta, según la última estimación oficial, creció en 2017 (un 0,5%) por quinto año consecutivo. Por primera vez desde 2009 más de la mitad de los vecinos de la ciudad vivían en un barrio de renta media.
Mientras, el paro bajaba y hasta la cifra más baja de los últimos años (69.047 personas). La contratación, esto sí, mostraba con crudeza la rotación y precariedad del mercado de trabajo de Barcelona: solo un 14% de los nuevos contratos fueron indefinidos y un 43% tuvieron una duración inferior a un mes.
En línea con estos indicadores, bajaron un 5,2% las personas atendidas en los centros de servicios sociales. Se rompía la tendencia al alza de una década, desde que estalló la última crisis en 2008. Este año pandémico, las personas atendidas se han disparado de nuevo, como las ayudas de emergencia (el Consistorio les destinó durante el estado de alarma 65.000 euros al día).
Desde la cifra de árboles hasta los cartones de bingo que se vendieron (por cantidad e importe), los gatos recogidos de la calle, el censo de mascotas, datos de contaminación, el número de centros de culto, los kilómetros de carril bici, los días que nevó, o las hectáreas de aceras. Y todo por distritos.
Barcelona cuenta con anuario estadístico desde 1902 “y fue la primera ciudad española en difundir sus datos y el espíritu se mantiene”, celebra María Jesús Calvo, la responsable del departamento de Estadística y Difusión de Datos de la Oficina Municipal de Datos del Ayuntamiento. En esta edición, el anuario cambia de diseño: “Más dinámico y para que tenga un tono narrativo”. Así, además de los cuadros habituales, en cada capítulo incluye un texto de resumen al inicio y gráficos de síntesis al final, explica Calvo. Sobre los datos de 2019, admite que “la foto de 2019 estará muy lejos de la de 2020” debido a la pandemia, pero apunta que “la ciudad tiene potencial para recuperarse”.
Respecto a la actividad económica, aumentó el gasto por persona y por unidad de consumo. Y los datos del último censo de locales comerciales indicaban que el número de establecimientos activos en planta baja subió un 2,2% (en 2019 respecto a 2016), mientras los locales vacíos cayeron del 6% al 4%. Ahora el cierre de comercios, sobre todo en el centro, es uno de los dramas de la pandemia.
Y para cifras históricas, las del turismo: 8,5 millones de visitantes (un 5,9% más) pernoctaron en hoteles, con un total de 21,4 millones de pernoctaciones (un 5,7% más). Aumentaron asimismo los congresos (1.733) y los congresistas (664.607).
El año 2019 también registró récords vinculados a la cultura. Los museos de Barcelona tuvieron casi 13 millones de visitantes (un 1,6% más que un año antes); las artes escénicas concentraron 2,5 millones de espectadores (un 3,5% más) y se celebraron 75 festivales solo de música, con casi un millón de asistentes (993.492). También subieron los espectadores de cine. El desplome de estas cifras por la pandemia sería impensable hace un año.
Desde la cifra de árboles hasta los cartones de bingo que se vendieron (por cantidad e importe), los gatos recogidos de la calle, el censo de mascotas, datos de contaminación, el número de centros de culto, los kilómetros de carril bici, los días que nevó, o las hectáreas de aceras. Y todo por distritos.
Barcelona cuenta con anuario estadístico desde 1902 “y fue la primera ciudad española en difundir sus datos y el espíritu se mantiene”, celebra María Jesús Calvo, la responsable del departamento de Estadística y Difusión de Datos de la Oficina Municipal de Datos del Ayuntamiento. En esta edición, el anuario cambia de diseño: “Más dinámico y para que tenga un tono narrativo”. Así, además de los cuadros habituales, en cada capítulo incluye un texto de resumen al inicio y gráficos de síntesis al final, explica Calvo. Sobre los datos de 2019, admite que “la foto de 2019 estará muy lejos de la de 2020” debido a la pandemia, pero apunta que “la ciudad tiene potencial para recuperarse”.