Un guardia civil lleva a juicio a Òmnium por usar su voz en un vídeo promocional
Vista para sentencia la demanda del agente, que reclama 10.000 euros de indemnización
El Juzgado de Primera Instancia 57 de Barcelona ha celebrado esta mañana el juicio por la demanda presentada contra Òmnium Cultural por un sargento de la Guardia Civil que acusa a la entidad de vulnerar su derecho a la intimidad por difundir un vídeo con su voz. El agente solicita 10.000 euros de indemnización porque considera que el vídeo le causó un grave perjuicio al tener una amplia difusión en las redes sociales y se pretendió “mercadear con su voz”.
El vídeo de la polémica se elaboró dentro de la campaña publ...
El Juzgado de Primera Instancia 57 de Barcelona ha celebrado esta mañana el juicio por la demanda presentada contra Òmnium Cultural por un sargento de la Guardia Civil que acusa a la entidad de vulnerar su derecho a la intimidad por difundir un vídeo con su voz. El agente solicita 10.000 euros de indemnización porque considera que el vídeo le causó un grave perjuicio al tener una amplia difusión en las redes sociales y se pretendió “mercadear con su voz”.
El vídeo de la polémica se elaboró dentro de la campaña publicitaria Juicio a la democracia que puso en marcha Òmnium durante la celebración del juicio contra los líderes del procés en el Tribunal Supremo. El guardia civil ahora demandante declaró como testigo porque intervino en un registro en la sede del Departamento de Exteriores de la Generalitat.
En un momento de su declaración el sargento explicó en el Tribunal Supremo que vio banderas de Òmnium en señal de protesta por el registro que se estaba realizando y fue preguntado para que describiese la bandera de esta entidad: “era un trozo de tela cuadrado, que pone Òmnium, de color verde, que llevaba alguna raya y un palo”. La entidad independentista elaboró el vídeo a partir de esa declaración en el que enseña su bandera, con un rostro y la palabra democracia. El vídeo finaliza con la frase: “Quien se inventa banderas se inventa la rebelión y la sedición” y pide: “hazte socio”.
El guardia civil se ha declarado en el juicio de este jueves “un gran defensor de la libertad de expresión” y ha asegurado que la demanda no responde a “ningún tema ideológico”, sino a que Òmnium pretendió beneficiarse económicamente y captar socios utilizando su voz. “Lo hubiera hecho igual si el vídeo fuera de la Cruz Roja, del PSOE o de Ciudadanos”, ha dicho. El agente ha añadido también que se asociaba su voz a su número de identificación profesional y que solo por eso le reconocieron “cientos de personas”, incluso un compañero del cuerpo con el que no hablaba desde hacía 20 años.
El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ha testificado desde la cárcel de Lledoners y ha explicado que ni conocía el contenido del vídeo ni participó en su elaboración. También han declarado tres trabajadores de la entidad independentista para explicar que no aquel no fue un video aislado, sino que se realizaron un total de 50 con extractos de las declaraciones de varios testigos a los que, al igual que el guardia civil, no se les pidió autorización para utilizar su voz.
Los testigos de Òmnium también han relatado que se trataba de una campaña informativa, no política, y que la entidad no pretendía vender ningún servicio, la tesis que defiende la defensa del guardia civil y la fiscalía, que ha solicitado que se estime la demanda y ha pedido a la juez que valore ella si la indemnización de 10.000 euros es la adecuada.
El abogado de la defensa Benet Salellas ha recordado que la frase “hazte socio” con la que finalizaba el vídeo fue retirada después de que el guardia civil presentara la demanda y ha recordado que el Tribunal Supremo autorizó la difusión de la señal de aquel juicio y que las declaraciones de todos los testigos y acusados fueron públicas. Por su parte, Ainoa Sorrosal, técnica de comunicación de Òminum, ha explicado que la declaración del guardia civil tuvo un “impacto” en la sala de vistas y generó una “sensación de incredulidad, risas, perplejidad en el tribunal e indignación” entre el independentismo, porque era un testigo de cargo que servía para pedir penas muy altas de cárcel.