Gobierno y Generalitat empiezan de cero la tramitación de los accesos del puerto de Barcelona
Sellan un nuevo protocolo de actuación que pone fin al firmado en 2013
En diciembre de 2014 un acto protocolario presidido por la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, y el consejero de Territorio, Santi Vila, sirvió para poner la primera piedra de unos nuevos accesos viarios al puerto de Barcelona. No solo esas obras no han continuado sino que el actual Gobierno central y la Generalitat firmaron este miércoles un nuevo protocolo que sustituye el firmado en 2013 y vuelve a poner a cero el cronómetro de los reivindicados accesos, no solo para el transporte rodado si...
En diciembre de 2014 un acto protocolario presidido por la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, y el consejero de Territorio, Santi Vila, sirvió para poner la primera piedra de unos nuevos accesos viarios al puerto de Barcelona. No solo esas obras no han continuado sino que el actual Gobierno central y la Generalitat firmaron este miércoles un nuevo protocolo que sustituye el firmado en 2013 y vuelve a poner a cero el cronómetro de los reivindicados accesos, no solo para el transporte rodado sino también para el ferroviario.
Para que las obras puedan empezar definitivamente el Gobierno central tendrá que elaborar nuevos estudios y un proyecto básico de los nuevos accesos sur, lo que permitirá decidir la titularidad de cada infraestructura, la financiación y la tramitación definitiva de una infraestructura que permitirá descongestionar los actuales accesos. Pasarán al menos nueve meses, con las elecciones catalanas de por medio. La Autoridad Portuaria de Barcelona tendrá que asumir la mitad de la inversión que, según los cálculos anteriores, se preveía en casi 500 millones de euros.
“Damos un gran paso”, señaló el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, en un acto celebrado en el Museo Marítimo de Barcelona. El consejero de Territorio, Damià Calvet, lamentó que no fuera el primer acuerdo que se firma para una conexión clave para el Corredor Mediterráneo y exigió que no se produzcan nuevos retrasos. “La lentitud que acompaña a este proyecto es un factor de irritación”, señaló un quejoso Calvet.
El retraso se debe, en parte, porque el trayecto aprobado anteriormente no contaba con la validación de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria.