Torra vuelve al Parlament para acusar al Estado de derrocar al Govern
El independentismo aprueba una resolución que rechaza la sentencia de inhabilitación del expresidente
Dos días después de ser inhabilitado como presidente de la Generalitat por el Tribunal Supremo, Quim Torra regresó ayer al Parlament para intervenir en un pleno extraordinario promovido por Junts per Catalunya y Esquerra Republicana, convertido en una suerte de homenaje postrero al ya expresident. Torra era consciente de que era su última intervención en la Cámara y no se privó de emplear un tono avinagrado para acusar al Estado de “derrocar” al Govern con esa sentencia.
“Ni abandono ni me resigno”, proclamó Torra en su intervención antes de mostrar su plena confianza en que los ...
Dos días después de ser inhabilitado como presidente de la Generalitat por el Tribunal Supremo, Quim Torra regresó ayer al Parlament para intervenir en un pleno extraordinario promovido por Junts per Catalunya y Esquerra Republicana, convertido en una suerte de homenaje postrero al ya expresident. Torra era consciente de que era su última intervención en la Cámara y no se privó de emplear un tono avinagrado para acusar al Estado de “derrocar” al Govern con esa sentencia.
“Ni abandono ni me resigno”, proclamó Torra en su intervención antes de mostrar su plena confianza en que los tribunales europeos enmendarán la plana a los españoles por lo que calificó de “un escándalo de dimensiones internacionales” para referirse a la condena. El expresidente declinó usar el palco de invitados y no permaneció en la sesión para escuchar el debate. Abandonó el Parlament en medio de un largo aplauso de los diputados de Junts y ERC, que lo despidieron gritando “president” e “independència”.
En su intervención construyó uno de sus discursos más ariscos. Volvió a insistir en que había sido inhabilitado durante 18 meses por colgar una pancarta en favor de los “presos políticos y exiliados” e insistió —por enésima vez— en que, con ese fallo, se le priva de su derecho a la libertad de expresión. La realidad es que se le condenó por desobedecer a la Junta Electoral al no retirar la pancarta de la fachada del Palau, que exhibía un símbolo considerado partidista por la autoridad electoral, cuando fue requerido.
Torra también dijo que el culpable de su inhabilitación era un “tribunal de parte a 600 kilómetros de aquí”, en referencia al Supremo, un órgano judicial que dictó esa sentencia resolviendo el recurso que presentó él mismo y confirmó la sentencia que dictaron los jueces del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, con sede en Barcelona.
“El día que me den la razón reiré de alegría”, dijo Torra en otro momento, convencido de que su condena será anulada por la justicia europea “porque esto es impensable que pase en cualquier otro Estado”. “Solo allí podremos tener un juicio justo y ganaremos”, añadió. Por eso vinculó su inhabilitación al llamado “derecho penal del enemigo”, aquel que utiliza el Estado para castigar no solo a los delincuentes, sino a los que considera contrarios a sus intereses. “La condena es una represalia por ser independentista”, deslizó durante su discurso, fruto de la “caduca y decimonónica idea de unidad de la patria” que, a su juicio, tiene “el Estado español”.
Tampoco olvidó el expresidente cargar contra los partidos no independentistas. “Vergüenza para los que lleváis la libertad de expresión de los diputados a la justicia”, dijo en referencia a Ciudadanos, impulsor de la denuncia que ha acabado con su inhabilitación. Torra tampoco olvidó al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, al que pidió “disculpas” irónicamente. “El otro día le dije que llevaba 30 años en política y me equivoqué, porque son 40”.
Los diputados socialistas no acudieron al pleno en disconformidad con el acuerdo de Junts y Esquerra de permitir la intervención de Torra. El reglamento de la Cámara permite que comparezcan personajes de relevancia si así se requiere. “Nunca hemos despedido así a ningún president y el PSC no participará de esa escenificación partidista”, advirtió Iceta. Ciudadanos acabó abandonando el hemiciclo tras la intervención de su líder, Carlos Carrizosa. El partido de Inés Arrimadas presentará en el próximo pleno una iniciativa para acabar con las pensiones y las oficinas de los expresidents.
El exmandatario abundó en la necesidad de “ruptura democrática” que ya reclamó el pasado lunes, durante su última declaración en el Palau. Así, recordó como fechas de referencia el 14 de abril de 1931, cuando se proclamó la Segunda República, y el 1 de octubre de 2017, fecha de celebración del referéndum ilegal del que hoy se cumplen tres años. Las próximas elecciones catalanas, añadió, han de tener un carácter plebiscitario, de “ratificación” de aquel día.
Torra no será candidato en las próximas elecciones ni irá en ninguna lista, pero Junts piensa utilizarlo en su campaña y hoy mismo participará en un acto de conmemoración de la consulta ilegal.
La sesión también sirvió de puesta de largo para la nueva responsabilidad de Pere Aragonès, president en funciones de la Generalitat. El también líder de ERC se dividió con la consejera de Presidencia, Meritxell Budó, el turno de palabra que correspondía al Govern. “Lo dejo claro: después de la inhabilitación de Torra no hay presidente. Y no lo habrá hasta que el Parlament lo escoja”, enfatizó el republicano. Las fuerzas independentistas lograron aprobar una resolución por la cual el Parlament “no reconoce como legítima la sentencia” y se “mantiene la confianza” en Torra. PP, Cs y socialistas no participaron. La líder de los comunes, Jéssica Albiach, calificó la sentencia contra Torra de “desproporcionada” y lamentó que no se convocaran elecciones. “Ante la pandemia no puede haber un Govern fracturado en campaña permanente”, criticó.
Primer reto de Aragonès: la cumbre de presidentes
El acuerdo entre Junts y ERC para pilotar el Govern hasta las elecciones incluye pactar las grandes decisiones y una política de silla vacía en los eventos relevantes para enfatizar la inhabilitación de Quim Torra. En el primer día de Pere Aragonès como president en funciones, ambos socios se mostraron exquisitos en el trato, pero ya se vislumbran en el horizonte algunas decisiones que podrían generar, si no roces, sí algún debate interno. La primera es la asistencia, el próximo lunes, a la reunión del Consejo de Política Fiscal convocado por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Allí se abordará la suspensión de las reglas fiscales en 2020 y 2021. Aragonès, como vicepresidente económico de la Generalitat, renunció a asistir a estas reuniones multilaterales y pide un trato bilateral con Cataluña. En algunas ocasiones sí ha asistido algún representante catalán, aunque de perfil más técnico. Las facilidades para endeudarse durante la respuesta a la pandemia ha sido una de las peticiones más recurrentes del Govern y del grupo de ERC en el Congreso.
Además, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció ayer una nueva cumbre de presidentes autonómicos a la que asistirá la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen. El encuentro será a finales de octubre o principios de noviembre y tendrá como objetivo abordar el destino de los fondos de reconstrucción para España. Se trata de una cita fundamental dentro del relato de recuperación económica y social que la Generalitat promueve. Fuentes de ERC y Junts asumen la importancia de la cita, pero creen que hay que sopesar si, por ejemplo, asistirá el Rey. En la última conferencia, en La Rioja, Torra evitó asistir para no coincidir con el Monarca.