Una fábrica ilegal de tabaco en la granja
Las organizaciones criminales prefieren producir cajetillas falsas en España a importarlas del sudeste asiático
Tras las paredes de ladrillo de color rojo, insonorizada, y con la mayor de las precauciones, se escondía una fábrica ilegal de tabaco. El grupo eligió un lugar discreto: una antigua granja abandonada en un pequeño municipio de Lleida, les Borges Blanques. La alquilaron como almacén, por un precio ajustado, y en lugar de eso se dedicaron a producir a granel, probablemente 24 horas al día, unos 9.000 cigarros a la hora. El pasado 22 de julio, agentes de Vigilancia Aduanera y de la Guardia Civil irrumpieron en las instalaciones y de...
Tras las paredes de ladrillo de color rojo, insonorizada, y con la mayor de las precauciones, se escondía una fábrica ilegal de tabaco. El grupo eligió un lugar discreto: una antigua granja abandonada en un pequeño municipio de Lleida, les Borges Blanques. La alquilaron como almacén, por un precio ajustado, y en lugar de eso se dedicaron a producir a granel, probablemente 24 horas al día, unos 9.000 cigarros a la hora. El pasado 22 de julio, agentes de Vigilancia Aduanera y de la Guardia Civil irrumpieron en las instalaciones y detuvieron en total a siete personas. Los agentes sospechan que funcionaba desde finales del año pasado.
En las imágenes de la operación, hecha pública este jueves a través de una nota de prensa, se ven los cigarros acumulándose en cajas de cartón. Y otros ya listos, empaquetados como si fuesen de las marcas Regal y Winston. Los investigadores calculan que la fábrica tenía una capacidad de producción de 324.000 cajetillas mensuales. Para lograrlo, adecuaron una nave para acoger, en condiciones insalubres, a los trabajadores: en total, 14 camas para ser usadas.
“Son trabajadores que vienen del este, los meten y los sacan en furgonetas, para que nadie piense que se produce algo dentro”, explican fuentes policiales. Llegan el día que deben empezar a trabajar, y los tienen 15 días rindiendo, sin salir. Normalmente, son trabajadores ya formados, que han trabajado en fábricas legales en su país. “Tenían contenedores, tipo vivienda, con su camastro y su cocina”, explican esas mismas fuentes. “Cuando acaban el periodo de producción, mandan un relevo”, añaden. Ninguno de los siete arrestados, de origen polaco y lituano, tiene antecedentes en España.
Desde hace unos años, explican fuentes de la lucha contra el contrabando, las organizaciones han dejado de importar el tabaco del sudeste asiático y han pasado a producirlo en la península. “En España siempre ha habido organizaciones con una logística y con contactos muy sólidos”, cuentan esas mismas fuentes, aunque entre los arrestados no hay ningún español. Como ejemplo, citan que, en los últimos años, se suelen desmantelar entre cinco y seis fábricas en España, mientras que los contenedores con cajetillas falsificadas han caído en picado. “Hemos pasado de 40 o 50 contenedores al año, a coger 2 ó 3″, afirman.
La organización que dirigía la fábrica desmantelada en les Borges Blanques cayó gracias a una incautación en Francia. Vigilancia aduanera del país galo interceptó en marzo un camión que contenía 450 cajas de tabaco con 243.000 cajetillas. Entonces detuvieron al conductor. Posteriormente, en julio, la Guardia Civil intervino otro camión en el área de Canfranc, camino a Francia. En el interior transportaba 43.2000 cajetillas de las mismas marcas que luego encontraron en la fábrica: Winston y Regal. De nuevo, el conductor fue arrestado. El seguimiento del recorrido de los vehículos les llevó hasta la granja abandonada de les Borges Blanques.
En el interior de la antigua nave, los agentes encontraron también 180 kilos de hoja de tabaco. “La materia prima suele venir de países del Este. Igual que la maquinaria, que suele ser de segunda mano de antiguas fábricas de tabaco”, explican fuentes policiales. Una mercancía que es legal, y que hasta el momento no hace falta aclarar cuál es el destino final de la misma. “A nivel comunitario, se está mirando la normativa”, añaden, sobre un problema que afecta a la Unión Europea. Una posible solución, indican esas mismas fuentes, es pedir un documento específico a los transportistas donde indiquen adónde llevan el material.
Vigilancia Aduanera y la Guardia Civil sospechan que las cajetillas intervenidas (335.000, 55.000 de ellas en la propia fábrica) tenía como destino final el mercado francés. También encontraron 72.640 euros en efectivo en casa de uno de los supuestos responsables de la organización, al que detuvieron en Mataró. Otro implicado fue arrestado cuando huía por La Jonquera. El juzgado de instrucción 2 de Lleida ha ordenado el ingreso en prisión preventiva de los siete implicados, a los que se les acusa de delito de contrabando de tabaco, delito de falsificación y de organización criminal.
El mayo del año pasado, la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera desmantelaron en el municipio tarraconense de Constantí una de las fábricas de tabaco más grandes encontradas en España. La organización tenía la capacidad de producir casi medio millón de cajetillas en un día. Entonces fueron arrestadas 22 personas. La red llevaba el tabaco a granel desde Bulgaria y, una vez en España, lo transformaba en cigarrilos de hasta 13 marcas distintas. Los trabajadores llegaban por carretera, desde diversos puntos de Europa, y como en el caso de les Borges Blanques, trabajaban en la clandestinidad, con las puertas cerradas, sin comunicación con el exterior.