De narcolancha a patrulla de los Mossos

Un barco de unos traficantes de hachís, de 12 metros de eslora, es el más grande de la flota de la nueva policía marítima

La lancha intervenida por los Mossos y Vigilancia Aduanera que se reconvertirá en un barco patrulla.Mossos / Vigilancia Aduanera

Una narcolancha es el sueño de cualquier traficante. Rápida, que permita un viaje relámpago entre las olas para descargar la droga y volver a tierra firme. Una de esas tenía lista una organización internacional dedicada al tráfico de hachís internacional, desarticulada en abril por los Mossos d’Esquadra y Vigilancia Aduanera. Estaba nueva, guardada en un almacén en Castellón. La misma lancha se ha transformado en la embarcación soñada por los Mossos d’Esquadra. A la espera de unos últimos retoques, con 12 metros de eslora, será la barca ...

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Una narcolancha es el sueño de cualquier traficante. Rápida, que permita un viaje relámpago entre las olas para descargar la droga y volver a tierra firme. Una de esas tenía lista una organización internacional dedicada al tráfico de hachís internacional, desarticulada en abril por los Mossos d’Esquadra y Vigilancia Aduanera. Estaba nueva, guardada en un almacén en Castellón. La misma lancha se ha transformado en la embarcación soñada por los Mossos d’Esquadra. A la espera de unos últimos retoques, con 12 metros de eslora, será la barca más grande de la nueva policía marítima, inaugurada dos veces pero todavía en ciernes.

“Hay que cambiarle un motor, que estaba mal montado y no podía girar bien”, explican fuentes policiales, sobre la lancha semirrígida. Los traficantes la habían preparado con cuatro motores de 300 caballos fueraborda. Con la nueva pintura, lucirá los emblemas de los Mossos d’Esquadra, y se la verá navegar por Palamós, el primer puerto en el que han empezado a patrullar los mossos.

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La policía marítima es uno de los proyectos estrella del Departamento de Interior. Los mossos destinados a la nueva división (49) todavía se están formando. Y por ahora solo cuentan con una barca de cuatro metros de eslora y dos zodiacs, todas de la unidad acuática de los Mossos, que ya existía. El Departamento de Interior quiere comprar tres embarcaciones más, pero aún no se ha hecho pública la licitación. Fuentes de la institución aseguran que ya hay una reserva de presupuesto de 400.000 euros para cada una, aunque se espera que las barcas más pequeñas se compren por debajo de ese precio.

La narcolancha se sumará al proyecto en septiembre, cuando previsiblemente estará a punto. Proviene de un decomiso de un caso que todavía no se ha sentenciado, pero el juzgado de instrucción número 1 de Tortosa ha autorizado a los Mossos que la usen mientras el proceso sigue su curso. Sus dueños están acusados de intentar recuperar el control de la ruta de la droga entre Marruecos y el Delta del Ebro, y los pillaron con 11 toneladas de hachís. De las 23 personas detenidas, 16 ingresaron en prisión preventiva.

“Es una embarcación que no es la más idónea para patrullar”, explican fuentes policiales, sobre las posibilidades de la narcolancha. Gasta mucho, es muy rápida, y “esos motores gasolina son un riesgo” para los policías. Además, señalan, “tiene poca habitabilidad”. “Con una embarcación más de patrullero, quizá un poco más veloz de lo habitual, ganarán en seguridad laboral”, concluyen.

En la operación policial, Vigilancia Aduanera intervino en alta mar otros dos barcos. Uno fue el velero Open Sea. Los agentes lo interceptaron en un momento crítico para la tripulación: el barco llevaba sobrecarga por los 6.000 kilos de hachís que transportaba y estaba en riesgo de naufragio. El segundo fue en marzo de este año, cuando Vigilancia Aduanera detuvo a los tripulantes del Long Less, que viajaba con 5.200 kilos de hachís.

Ninguno de los dos veleros sirve para patrullar, aseguran fuentes policiales, por lo que no han solicitado su uso al juez. El Open Sea aguarda en un puerto de Ibiza, el más cercano al lugar donde fue interceptado, mientras que el Long Less está en uno de Cartagena. A través de la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA) del Ministerio del Justicia se decidirá qué hacer con ellos.

“Lo más probable es que se subasten”, explican fuentes policiales, sobre el destino más habitual de la riqueza de los narcos, a no ser que sean coches o teléfonos, por ejemplo, a los que se suele dar un uso policial. Si no se encuentra una salida a las propiedades incautadas, quedan en un depósito judicial. Con el paso del tiempo, a la espera del juicio, los bienes se dañan y pierden valor. “La subasta es la mejor solución tanto para el Estado, que tiene que mantener esos bienes todo ese tiempo, como para los dueños, que ven como se deterioran”, opinan. En la web del Ministerio de Justicia hay activas diversas subastas de la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos. Dos son embarcaciones: un barco de recreo, con un valor de subasta de 192.500 euros, y un velero con motor, valorado en 104.000 euros. Solo constan pujas por el segundo.

La narcolancha servirá por ahora para salir del paso a los Mossos d’Esquadra. La intención del Departamento de Interior es que ejerzan competencias en el mar, un territorio hasta ahora reservado a la Guardia Civil y Salvamento Marítimo. En agosto del año pasado, un órgano de coordinación policial (Comisión Nacional de Coordinación de Policía Judicial) subrayó que la Guardia Civil es la competente como policía judicial en el mar. Pero la Generalitat defiende que es un territorio más donde deben desplegarse los Mossos, con al menos competencias plenas como policía administrativa y en seguridad ciudadana. Si se cumple el calendario marcado, en verano del año que viene la policía marítima de los Mossos d’Esquadra patrullará por todas las aguas catalanas. Sus bases estarán en Palamós, Vilanova i la Geltrú, i L’Ametlla de Mar.


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