“Nos adaptaremos a viajar con riesgos sanitarios, como pasó con el terrorismo”

Marián Muro, directora de Turisme de Barcelona, advierte de que los mensajes contradictorios que se están lanzando son un problema

En la imagen Marian Muro, directora de Turisme de Barcelona. FMASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

Marián Muro (Barcelona, 1969) asumió la dirección del consorcio Turisme de Barcelona el 1 de marzo, menos de dos semanas antes del confinamiento. Por eso ironiza al decir que tuvo “ojo” para dar el salto en ese momento de la dirección del grupo Julià en España a un consorcio público. Abogada especializada en Derecho de Turismo, fue directora general de Turismo de la Generalitat entre 2011 y 2016 y, antes, gerente de la Asociación Catalana de Agencias de Viajes (ACAVE). Dice que para ella era un sueño gestionar la marca Barcelona en un momento en el que se había producido cierta pérdida de repu...

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Marián Muro (Barcelona, 1969) asumió la dirección del consorcio Turisme de Barcelona el 1 de marzo, menos de dos semanas antes del confinamiento. Por eso ironiza al decir que tuvo “ojo” para dar el salto en ese momento de la dirección del grupo Julià en España a un consorcio público. Abogada especializada en Derecho de Turismo, fue directora general de Turismo de la Generalitat entre 2011 y 2016 y, antes, gerente de la Asociación Catalana de Agencias de Viajes (ACAVE). Dice que para ella era un sueño gestionar la marca Barcelona en un momento en el que se había producido cierta pérdida de reputación. A ella le estalló la pandemia cuando diseñaba un plan y una estrategia para reforzar la marca de la ciudad, que ahora se enfrenta a un verano sin apenas turistas.

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Pregunta. ¿Qué pasará con el turismo mientras no exista una vacuna contra el coronavirus?

Respuesta. Es muy complejo. Ahora la población percibe que no hay solución y eso causa miedo; y el miedo, retracción y el turismo se basa en el movimiento. Hasta que no haya vacuna iremos trampeando. El problema, además, son los mensajes contradictorios. Por un lado, pedimos a los países que no establezcan cuarentenas y, por otro, se lanzan mensajes de que en diez días estamos confinados si no se revierte la curva de contagios.

P. ¿Se refiere al discurso del president Quim Torra?

R. No hay que lanzar esos órdagos de o se baja la curva de contagios o nos confinamos. Uno tiene la autoridad y está para ejercerla. Menos amenazas y más actuaciones. Por ejemplo, se sabe perfectamente dónde y a qué horas se hacen botellones. Hace falta más actuaciones sobre el terreno.

P. La ciudad tiene ahora casi un 70% de los hoteles cerrados. ¿La estructura aguantará?

R. Ahora se están cancelando reservas de septiembre. No creo que aguanten todos los hoteles porque la situación es muy difícil.

P. ¿Cuándo cree que se recuperará el sector?

R. Lo que es seguro es que el turismo volverá porque el ser humano necesita moverse. Hasta ahora antes de viajar se pensaba en las variables meteorológicas y en el terrorismo global desde hace unos años. Ahora hay otro riesgo, el sanitario. Nos adaptaremos a viajar con riesgos sanitarios como pasó con el terrorismo. Se interiorizará y nos adaptaremos a los protocolos que se fijen.

No hay que lanzar esos órdagos de que o se baja curva o nos confinamos

P. ¿Hemos pasado de cierta turismofobia a echar en falta el turismo?

R. En parte sí. La reputación de un destino no cae de un año para otro. Se descubre cuando la ciudad deja de ser candidata para según que eventos o no interesa como sede central de una compañía. Y eso es lo que ha pasado. Se piensa que los beneficios del turismo son solo del sector y es un gran error. Aporta un 12% del PIB y un 14% de puestos de trabajo directos, que indirectos pueden ser hasta del 17%. Ahora bien, reconozco abiertamente que Barcelona no ha hecho promoción y tampoco gestión del destino y eso es imprescindible para controlar los efectos negativos.

P. Por ejemplo, ¿qué se hace para evitar la concentración de viajeros de cruceros que invadían Ciutat Vella?

R. Las riadas de gente que llegaban en varios cruceros el mismo día deberían gestionarse de otra manera más sostenible. Hay que regularlo. La ciudad no puede ser invadida y eso se tiene que mitigar con calendarios con las navieras. No se puede decir que nos molesta el turismo. Hace falta un equilibrio entre turismo y residentes. Hará falta generosidad por todas las partes, que no quiere decir restringir o prohibir.

P. Otra realidad: el turismo de despedidas de soltero. ¿Se puede evitar?

R. Sí, con la aplicación rigurosa de las ordenanzas. Si hay gente haciendo botellón y medio desnuda en la calle no hay que hacer más normas, se trata de aplicar las que hay.

Barcelona ha vivido de la inercia de los Juegos y hay que hacer promoción

P. ¿Barcelona podrá seguir siendo ciudad de convenciones y congresos?

R. Ese segmento estará afectado hasta que no se recupere el movimiento de las personas, especialmente desde Estados Unidos. Es posible que convivan fórmulas presenciales y digitales. Ahora estamos trabajando de cara al 2021 y en tres años la ciudad quiere posicionarse mucho mejor en los mercados de USA, sudeste asiático y China. Ahora estamos sembrando para recoger más tarde.

P. ¿Es posible un giro en turismo?

R. Barcelona ha vivido de la inercia de los Juegos Olímpicos. No se ha hecho promoción y hay que hacerla para fijar los atributos, para que nos reconozcan por lo que nos interesa. Mi objetivo es que Barcelona sea un ejemplo de turismo urbano y sostenible. Y que ponga a la cultura en el centro de su estrategia.


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