La fría mirada de Toni Sala sobre la crueldad humana gana el Crexells

La novela ‘Persecució’, que un editor no ha querido publicar en EE UU por el racismo del protagonista, obtiene los 6.000 euros del veterano galardón que concede el Ateneu Barcelonès

Toni Sala en el Ateneu Barcelonès.
Barcelona -

Un minucioso y casi siempre despiadado, frío análisis de los instintos crueles o morbosos de la naturaleza humana forman el humus de los personajes y las tramas de, para la crítica, uno de los mejores novelistas actuales de las letras catalanas, Toni Sala. Persecució, su última obra, no es una excepción: un hombre confiesa, con laxitud moral y de manera gratuita, a su compañera sentimental que asesinó a su antigua mujer y estuvo en la cárcel por ello. “Está explicado de manera impecable, con...

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Un minucioso y casi siempre despiadado, frío análisis de los instintos crueles o morbosos de la naturaleza humana forman el humus de los personajes y las tramas de, para la crítica, uno de los mejores novelistas actuales de las letras catalanas, Toni Sala. Persecució, su última obra, no es una excepción: un hombre confiesa, con laxitud moral y de manera gratuita, a su compañera sentimental que asesinó a su antigua mujer y estuvo en la cárcel por ello. “Está explicado de manera impecable, con una prosa quirúrgica: nos habla del mal y de la muerte narrado todo con escenas muy crudas”, admite el jurado del 49º premio Crexells, argumentos por los que ha decidido otorgarle el título de mejor novela publicada en 2019, atributo implícito del histórico galardón que convoca el Ateneu Barcelonès, que lo dota con 6.000 euros y una escultura de la artista Alícia Viñas.

Más reflexivo que narrativo, el ya 16º libro de Sala (Sant Feliu de Guíxols, 1969) enmarca la historia de su protagonista, Albert Jordi, con la violencia implícita de desastres naturales o la corrupción económica y moral, una mirada apocalíptica del mundo que ha hecho que la crítica haya visto en esa obra puntos de contacto con la del celebrado autor francés Michel Houellebecq. Pero la propuesta de Sala es muy rica y diversa y desde el primer momento reconocida, obteniendo ya el premio Documenta con su debut, los relatos de Entomologia (1997). Desde entonces, diversas obras suyas han obtenido galardones reputados, como el Sant Joan por Rodalies (2004), el Nacional de Literatura de la Generalitat al año siguiente, el Ciutat de Barcelona por El cas Pujol (2014), reflexión sobre el poder, la cultura y las imposturas de la política, y, aquel mismo año, el de la Crítica de narrativa catalana con Els nois, de trasunto moral y estilístico parecido al ahora premiado con el Crexells. Por el camino, ha transitado también otro tipo de ensayo y la experiencia personal, con obras como la polémica Petita crònica d’un professor a Secundària (2001), o jugando con la autobiografía, Goril·la blanc (2003), supuestas memorias y vivencias del famoso albino Copito de nieve del zoo barcelonés.

Persecució trata sobre “la capacidad que tenemos de mirar el mal, no mirarlo es el último paso de la hipocresía porque el paso siguiente es el cinismo”, según Sala. En nombre del jurado, Joan Santanach ha reconocido que es “una novela políticamente incorrecta porque nos sitúa ante un maltratador, pero no lo juzga, y por eso es una novela incómoda, una novela que golpea, pero que tampoco adoctrina”, informa Efe. La novela ha tenido problemas en EEUU, según admite su autor, que asegura que Els nois se acabó publicando en California y “la editorial pagó un adelanto por la siguiente, ésta, que ya he cobrado, pero a última hora el editor se asustó y se ha echado atrás ante la oleada de protestas antirracistas, porque el protagonista, además de maltratador, es racista”.

Con el reconocimiento a Sala y a su Persecució, el Crexells (galardón que adopta el formato del Goncourt francés reconociendo obra ya publicada) parece encauzar de nuevo la trayectoria de uno de los galardones más veteranos y reputados de las letras catalanas, después de que la polémica salpicara consecutivamente dos ediciones: la de 2016, cuando se decidió premiar Crui. Els portadors de la torxa, de Joan Buades, un libro autopublicado y de escasísima circulación de un autor novel, y, la del año siguiente, cuando se suspendió la convocatoria tras una agria polémica porque el jurado decidió añadir a las deliberaciones obras que no habían sido preseleccionadas previamente por los socios del Ateneu Barcelonès, como dictaban entonces las bases. El año pasado, el ganador fue Melcior Comes, con Sobre la terra impura.

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