El Sant Jordi de verano cortará el passeig de Gràcia

Los tenderetes se concentrarán en una calzada central vacía de coches, con puestos de firmas vallados y control de acceso

Barcelona -
El paseo de Gràcia de Barcelona se llenarà de libros.Joan Sánchez

Ni La Rambla, ni la Rambla de Catalunya ni el Paseo de Sant Joan: en el Sant Jordi de verano del próximo 23 de julio los tenderetes con libros, rosas y autores firmando se concentrarán en el Passeig de Gràcia de Barcelona, donde se cortará la circulación, por vez primera en una diada del libro y de la rosa. Desde la plaza de Catalunya hasta muy presumiblemente la calle Valencia se podrán concentrar hasta unas 250 paradas, que contarán con las máximas medidas de seguridad: estarán valladas, habrá un único punto de entrada y otro de salida y un control de acceso que, amén de limitar el af...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ni La Rambla, ni la Rambla de Catalunya ni el Paseo de Sant Joan: en el Sant Jordi de verano del próximo 23 de julio los tenderetes con libros, rosas y autores firmando se concentrarán en el Passeig de Gràcia de Barcelona, donde se cortará la circulación, por vez primera en una diada del libro y de la rosa. Desde la plaza de Catalunya hasta muy presumiblemente la calle Valencia se podrán concentrar hasta unas 250 paradas, que contarán con las máximas medidas de seguridad: estarán valladas, habrá un único punto de entrada y otro de salida y un control de acceso que, amén de limitar el aforo, ayudará a regular una especie de cita previa exprés que los lectores solicitarán para que los escritores les firmen ejemplares.

La decisión, tomada por la Cambra del Llibre la noche del miércoles, tiene sabor a victoria para el mundo del libro en tanto las autoridades sanitarias cuestionaron el modelo de tres o cuatro puntos de concentración en los tradicionales espacios santjordiescos de la capital catalana en que estaban trabajando los organizadores. El motivo fueron los rebrotes del coronavirus que se produjeron hace apenas 10 días en Alemania. Fuentes conocedoras de las negociaciones admiten que hubo que hacer “gestiones políticas notables” para reconducir la situación finalmente pactada.

Otro gran obstáculo estaba siendo que, a pesar de que el Sant Jordi de verano está limitado exclusivamente a profesionales del mundo del libro y de la floristería bajo el pretexto de que no se trata de un 23 de abril, diada de Catalunya, los puestos (reducidos a un tercio de una diada clásica) ocupaban las aceras, obligando, como se hace en primavera, a que los bares y restaurantes no puedan tener mesas en las calles. La crisis que atraviesa el sector de la hostelería fruto del confinamiento hacía muy difícil que se les pidiera ese nuevo sacrificio. Esa fue una de las razones por las que se descartó el uso de Rambla de Catalunya, cuyo paseo central está cargado de terrazas.

Los organizadores no creen que se colapse el paseo de Gràcia no ya solo por las medidas de control que se aplicarán sino porque buena parte de las librerías medianas y pequeñas no pedirán acudir por razones de logística y costes y optarán por la instalación de un tenderete frente a sus establecimientos, como también estará permitido. El protocolo elaborado es tan detallado que regula los tipos de mesas a utilizar; para el caso de las firmas de libros, éstas deberán ser de tres metros para mantener la distancia entre lectores y escritores. Estos firmarán mayormente en solitario. Está previsto que la actividad se mantenga, excepcionalmente, hasta las 11 de la noche.

El modelo de Barcelona, al igual que los protocolos, se aplicará también al resto de grandes ciudades catalanas. Así, en Girona ha sido el parque de La Devesa el lugar escogido para visibilizar la fiesta del libro y de la rosa, mientras en Vic será la plaza Mayor.

Amén de la intervención para conjugar las necesidades de la gente del mundo de libro con las medidas sanitarias que exigían los expertos, las instituciones públicas, especialmente Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat, asumirán buena parte de los costes de una infraestructura especialmente compleja este año y que requiere de elementos de seguridad, miles de vallas, sistemas de control e ingentes cantidades de gel hidroalcohólico. El Sant Jordi del 23 de julio será atípico en todo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Archivado En