Los barrios turísticos se vuelcan ahora en atraer a los barceloneses
El vecino ha reconquistado algunos espacios para sí, como el Park Güell o Montjuïc, y hay iniciativas que persiguen atraerlo de nuevo a La Rambla o al Born
Después de tres meses de encierro obligado por la pandemia del coronavirus, Barcelona empieza a despertar de un extraño letargo que ha dejado la ciudad, además, sin los millones de turistas que ya formaban parte de la foto fija de La Rambla, el Gòtic o la ...
Después de tres meses de encierro obligado por la pandemia del coronavirus, Barcelona empieza a despertar de un extraño letargo que ha dejado la ciudad, además, sin los millones de turistas que ya formaban parte de la foto fija de La Rambla, el Gòtic o la Sagrada Família. El barcelonés ha reconquistado algunos espacios para sí, como el Park Güell o Montjuïc, y se están produciendo algunas iniciativas que persiguen atraerlo de nuevo a La Rambla o al Born. En la hostelería, uno de los sectores más castigados, también hay algún proyecto para ofrecer experiencias a los propios barceloneses.
A pesar de toda la vitalidad que hay en los barrios a medida que se han ido superando las fases de desconfinamiento, el centro de la ciudad, especialmente La Rambla, el Gòtic y la Ribera, siguen desiertos. Son los barrios en los que los residentes han sido desplazados por la actividad turística, y sin turistas, sus calles, comercios y restaurantes —los que han abierto— están vacíos. En algunos de estos barrios el comercio y la restauración intentan ponerle remedio a la situación con iniciativas para acercarse de nuevo a unos vecinos que los habían abandonado.
La Rambla. La asociación Amics de la Rambla está trabajando una propuesta que implica a dos o tres hoteles y a equipamientos culturales de Ciutat Vella. “La idea es hacer paquetes de fin de semana a media pensión que incluya, además del hotel, otra oferta según el público que lo reserve. Si es un público más familiar las actividades podrían ser visitas a equipamientos culturales, como el Museo Marítimo, el CCCB o el Macba. Si se trata de parejas y gente joven el paquete incluirá locales como el Jamboree, el Sidecar o el tablao flamenco”, explica Fermí Villar, presidente de esa asociación. La propuesta ya la ha presentado al Ayuntamiento de Barcelona y está trabada, de momento, con dos hoteles que tienen previsto abrir el 12 de julio.
En la misma arteria, el mercado de la Boqueria, con bastantes de sus paradas cerradas, se ha propuesto retomar parte de las actividades que había programado para celebrar su 180 aniversario para reconquistar al barcelonés. De esa forma reiniciará, a partir de septiembre, propuestas como las cuines del món un espacio de talleres de cocina que se desarrollará dentro del mercado, y pondrá en marcha la Gastroboqueria, una jornada en la plaza de la Gardunya que será un tast de la elaboración de los productos del mercado. “La Boqueria quiere recuperar el público de Barcelona, más allá del turismo, y las actividades en torno al 180 aniversario pueden ser una forma”, explica el gerente del mercado, Óscar Ubide.
El Born. “A la primera te invitamos nosotros”, es el sugerente enunciado de la iniciativa Mengem-nos el Born que se ha puesto en marcha esta semana con la apertura de la restauración, más allá de las terrazas. Entre el 8 de junio y el 5 de julio, 23 restaurantes y tiendas gourmet del Born ofrecerán a sus clientes una consumición gratuita con su reserva. “Es una manera de animar a la gente a que venga al Born, que vuelva, y que disfruten tras los meses de confinamiento”, apunta Juan Carlos Arriaga, de la asociación del Born . Una campaña que ha contado con el apoyo de los diseñadores y artistas Javier Mariscal y Mikel Urmeneta, que han diseñado un cartel de promoción.
Hoteles. La ciudad de Barcelona y el área metropolitana tiene ahora 55 establecimientos abiertos y 135 creen que abrirán de forma paulatina hasta septiembre, lo que representará solo un tercio de la oferta hotelera. En un panorama que el sector califica de incierto, hay iniciativas que incluyen propuestas ideadas para un público barcelonés. Es el caso de Cotton House, uno de los primeros hoteles sanitarios que acogió a pacientes convalecientes del coronavirus, que abre su restaurante y terraza el próximo 17 de junio con una oferta dirigida a parejas: cena y servicio de nanny en casa para cuidar de los niños durante tres horas. “Creemos que puede ser una forma de autorecompensa con una oferta gastronómica de calidad a un precio más que razonable y en una espléndida terraza”, comenta Laura Garcia, responsable de ese hotel. El Cotton empezará a alojar a huéspedes a partir del 1 de julio y para tres días concretos ha preparado tres noches musicales que se podrán disfrutar en la terraza o desde los balcones de las habitaciones, también con una oferta de precio muy por debajo de las tarifas de un hotel de cinco estrellas.
Parques y espacio público. Los barceloneses, en cuanto lo permitieron las fases de desescalada, se han lanzado a las calles a hacer deporte y a pasear. Lo mismo ha pasado con los parques. Algunos de ellos los han reconquistado literalmente. Como es el caso del Park Güell, liberado de las vallas de las visitas turísticas desde que reabrió. Si los primeros días, su afluencia era discreta, ahora la media es de 3.000 personas en días laborables y 5.000 en los fines de semana. Las vecinas baterías del Turó de la Rovira también han incrementado sus visitantes —se ha marcado el sentido del paseo— y hasta la montaña pelada, a caballo entre el Park Güell y las baterías, se ha visto sorprendida por mucha gente que nunca la había pisado. En la otra punta de la ciudad, la montaña de Montjuïc, tradicionalmente frecuentada por turistas y no por barceloneses, se ha convertido en otro lugar de paseo de cientos de ciudadanos los fines de semana. Y otro tanto ha ocurrido con los jardines Cervantes en el extremo sur de la ciudad.