Fase 2 a medio gas en playas, comercio y restauración

Las zonas más turísticas de Barcelona, las que tienen menos afluencia de gente

Los centros comerciales, como el de Illa Diagonal, en Barcelona, abrieron en la fase 2 de desconfinamiento.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

Centros comerciales y grandes tiendas con una afluencia de público variable según la zona de Barcelona, un tercio más de restaurantes y bares abiertos con un límite del 40% de aforo en su interior y playas aptas para el baño aunque no del todo acondicionadas. El pase de Barcelona a la fase 2 de desescalada se estrenó ayer con más gente en la calle, aunque de forma desigual y con un tiempo fresco y nublado que no animaba demasiado a estrenar ...

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Centros comerciales y grandes tiendas con una afluencia de público variable según la zona de Barcelona, un tercio más de restaurantes y bares abiertos con un límite del 40% de aforo en su interior y playas aptas para el baño aunque no del todo acondicionadas. El pase de Barcelona a la fase 2 de desescalada se estrenó ayer con más gente en la calle, aunque de forma desigual y con un tiempo fresco y nublado que no animaba demasiado a estrenar las playas, hasta ahora solo aptas para los deportistas o para el paseo.

El ambiente en los centros comerciales se fue animando a medida que pasaba el día, como en el de Glòries o en L’Illa Diagonal. La afluencia por la mañana fue más bien discreta tanto en los centros comerciales como en las grandes tiendas que abrían la totalidad de sus superficies al pasar a la fase 2. “La verdad es que hemos tenido colas en la entrada a primera hora de la mañana de los que querían entrar pronto”, explican portavoces de El Corte Inglés de plaza de Catalunya. Dos amigas salían a mediodía cargadas de bolsas: “Teníamos ganas de venir. Vivimos en Badalona y nos gusta esto”, explicaba Nuria. En ese almacén están abiertos los probadores. En otros grandes comercios han optado por ampliar el tiempo de devolución a 100 días y los probadores están cerrados. En todos los casos, las prendas que se prueban y se devuelven pasan una cuarentena de dos días después de ser sometidas a un tratamiento con vapor.

En todos, es obligatoria la mascarilla y la desinfección de manos con gel. “Todo el mundo es muy consciente y no hay problemas”, resume una dependienta de un H&M. “La zona centro sigue a medio gas porque falta el turismo, en cambio, los centros comerciales de los barrios sí que están animados”, admite Nuria Paricio, directora de Barcelona Oberta. Junto con Glòrias, los centros de La Maquinista, Diagonal Mar y Arenas tenían bastante público ayer por la tarde. En algunos puntos del centro, no obstante, se recuperaba la afluencia de gente, como en el establecimiento de Apple en plaza de Catalunya donde se habían colocado cintas separadoras para formar cola en la calle.

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En la restauración, ayer abrieron 3.000 negocios más, según datos del gremio, con lo que el colectivo ha recuperado 6.000 de sus cerca de 9.000 bares y restaurantes con el límite del 40% del aforo interior. La mayoría de los que siguen cerrados están en zonas turísticas por lo que su reapertura probablemente no se retomará hasta que la ciudad reciba visitas.

Vallas en la playa

Y en las playas, el cambio de fase permite el baño en los casi cinco kilómetros del litoral barcelonés, que desde ayer cuenta con socorristas. Un primer día con un tiempo que no acompañó en unas playas que todavía no están preparadas y con tractores y excavadoras reparando los desperfectos que provocó el temporal Glòria en enero. A primera hora de la mañana, el Ayuntamiento comenzó a instalar 18 cámaras que permitirán, mediante videosensores, informar en tiempo real sobre la ocupación de las diez playas de la ciudad. Gracias a este sistema, los 22 informadores que este año trabajarán en las playas podrán distribuir a los bañistas para que se cumplan la distancia social y evitar el riesgo de contagios. Las cámaras permitirán que los propios usuarios comprueben el estado de las playas antes de salir de casa. El Ayuntamiento considera que con las medidas sanitarias el aforo será de un máximo de 38.000 personas.

En playas como la del Somorrostro, se decidió en las últimas semanas eliminar los cimientos de las antiguas barracas que han quedado al descubierto en la orilla tras la pérdida de arena. Varias máquinas picaban y acumulaban ayer el escombro de estar antiguas chabolas en una playa totalmente cerrada. Precisamente fue en este punto donde los operarios colocaban estacas a lo largo de toda la arena para cerrar la playa y solo permitir el acceso por unos puntos. Estas vallas se colocarán, en un principio, en las playas de Ciutat Vella ( Somorrostro, Barceloneta, Sant Miquel y Sant Sebastià) pero no descartan vallar todo el litoral barcelonés.


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