El coronavirus ‘aparca’ 7.000 autocares en los garajes

Las empresas reclaman ayudas y se movilizarán el 10 de junio en las principales ciudades de España

Aparcamiento de la empresa Hispa Bus con los autocares parados en Cornellà de Llobregat.MASSIMILIANO MINOCRI

La crisis del coronavirus ha dejado encerrados en sus garajes y en naves dispersadas por toda Cataluña a unos 7.000 autocares, la mayoría de ellos que hacían servicio discrecional en el sector turístico y escolar. Dos actividades suspendidas al 100% desde la declaración del estado de alarma. El parón ha provocado un serio quebranto a unas 600 empresas de Cataluña, muchas de ellas de tamaño pequeño y mediano, y ha dejado en sus casas con ERTE a entre 8.000 y 10.000 chóferes y acompañantes de eso...

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La crisis del coronavirus ha dejado encerrados en sus garajes y en naves dispersadas por toda Cataluña a unos 7.000 autocares, la mayoría de ellos que hacían servicio discrecional en el sector turístico y escolar. Dos actividades suspendidas al 100% desde la declaración del estado de alarma. El parón ha provocado un serio quebranto a unas 600 empresas de Cataluña, muchas de ellas de tamaño pequeño y mediano, y ha dejado en sus casas con ERTE a entre 8.000 y 10.000 chóferes y acompañantes de esos servicios.

Como en el resto de España, el 80% del sector del transporte turístico en Cataluña está en manos de pequeñas y medianas empresas que suelen recurrir al leasing para financiar la compra de los vehículos, que suelen oscilar entre los 250.000 y 350.000 euros, en función del modelo y el tamaño. “Desde marzo, todas las empresas que nos dedicamos a esto tenemos cero euros de ingresos y debemos hacer frente al pago de las cuotas mensuales, además de otros gastos fijos como los seguros. Es una situación que no podemos aguantar por mucho tiempo”, explica Carolina Sánchez, responsable de la empresa de autocares Hispabus. Parte de los 25 autocares de esa firma están parados en unas naves de Cornellà del Llobregat desde marzo. Entre ellos, cuatro recién comprados a inicios de este año para estrenarlos durante el Mobile suspendido y que están, todavía, con los plásticos puestos. Además de su flota, tienen otros 25 autocares alquilados a otras empresas: “Pero cómo vamos a intentar cobrar nada si todo el mundo está igual”.

La mayor parte de la actividad del servicio de transporte en autocares que no es regular está ligado a la actividad escolar y, sobre todo, al turismo. Especialmente a los grupos, desde que llegan al aeropuerto o en los cruceros, los que van de excursión a Montserrat, a la Roca Village, a Sitges, a las cavas o a los que hacen un tour por Barcelona. “Nosotros hacemos de conectores y llevamos al turismo a centros de interés cultural y ocio”, añade. Otra actividad que genera mucho movimiento de autocares de todos los tamaños son los congresos y ferias de Barcelona.

La temporada de trabajo fuerte se concentra entre febrero y julio. Representa el 65% de la facturación anual y empieza con el Mobile. “En agosto no hay tanto movimiento porque el turismo es más bien de sol y playa y no hay congresos ni convenciones en Barcelona”, cuenta. Las excursiones escolares, que se suelen programar en los meses de primavera y de otoño, son otra fuente de ingresos de este sector, así como las salidas y viajes del IMSERSO de la tercera edad, el segmento de población especialmente castigado y recluido por la pandemia.

Sánchez es vicepresidenta en Cataluña de la asociación nacional de empresas de autocares Direbus que está planteando medidas urgentes a la administración. “Nos hemos reunido con casi todos los partidos con representación en el Congreso y queremos hacerlo también con responsables de la administración catalana”, comenta. Para hacerse visibles han decidido pasar a la acción y han convocado manifestaciones en las principales ciudades de España para el 10 de junio. En el caso de Barcelona ya cuentan, por ahora, con un centenar de autocares que saldrán a las calles.

No saben si este verano tendrán trabajo con los casales ante la prevención y las medidas de seguridad sanitaria que, entre otras cosas, hará encarecer sus servicios porque los autocares deberán ir a la mitad de su ocupación. Tampoco creen que la apertura de las fronteras el 1 de julio suponga la contratación de autocares: “Nosotros dependemos de los operadores turísticos. Y si ellos no comercializan paquetes, pues nosotros no trabajamos”.

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Ante esa incerteza del reinicio de sus contrataciones, una de las demandas que hacen es que la reincorporación de los trabajadores sea flexible y no a partir de junio, que es cuando finalizan los ERTE que tienen entre 8.000 y 10.000 trabajadores. “Volveremos a trabajar de forma progresiva y no podremos reincorporar a todos los chóferes si solo tenemos cuatro salidas”, subraya la representante de Direbus. El sector también demanda a los bancos una carencia de 12 meses de las cuotas de leasing y pasarlas al final del contrato.


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