Penas de 25 y 20 años de prisión por el crimen de la Guardia Urbana

El magistrado establece además diez años de libertad vigilada para los dos amantes condenados por un asesinato con alevosía

Barcelona -
Rosa Peral, durante el juicio.Massimiliano Minocri

Los exagentes de la Guardia Urbana Rosa Peral y Albert López han sido condenados a 25 años y 20 años de cárcel, respectivamente, por el asesinato de la pareja de ella, Pedro Rodríguez, en mayo de 2017. Los tres formaban parte de la policía local de Barcelona. El magistrado Enrique Rovira establece también 10 años de libertad vigilada una vez cumplan la condena de asesinato con alevosía, con ...

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Los exagentes de la Guardia Urbana Rosa Peral y Albert López han sido condenados a 25 años y 20 años de cárcel, respectivamente, por el asesinato de la pareja de ella, Pedro Rodríguez, en mayo de 2017. Los tres formaban parte de la policía local de Barcelona. El magistrado Enrique Rovira establece también 10 años de libertad vigilada una vez cumplan la condena de asesinato con alevosía, con el agravante de parentesco en el caso de Peral. El jurado popular ya les consideró culpables del delito el pasado 23 de marzo.

La sentencia también ordena la prohibición de acercarse a menos de 1.000 metros al “domicilio y puestos de trabajo” y tampoco “comunicarse de forma verbal, telefónica y telemática” con el hijo, el padre, hermanos y la expareja de la víctima por un periodo de 10 años, una vez cumplida la condena. Asimismo, deberán indemnizar solidariamente con 685.000 euros a los familiares de Pedro Rodríguez.

El conocido como caso de la Guardia Urbana supuso un gran escándalo en la policía local de Barcelona, de la que formaban parte la víctima y sus dos asesinos. Durante casi dos meses, y con la amenaza del coronavirus, el juicio se celebró en la Audiencia de Barcelona. La sentencia establece las penas para los dos encausados, Albert López y Rosa Peral, a los que el jurado popular consideró cómplices de un asesinato con alevosía que empezaron a planear en abril de 2017 y que materializaron la madrugada del 1 al 2 de mayo de ese mismo año.

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Ni la investigación policial ni el juicio han sido suficientes para disipar algunas dudas de un crimen del que los dos condenados se han declarado inocentes. ¿Por qué mataron a Pedro Rodríguez? La sentencia afirma que “ambos acusados llegaron a la conclusión de que” Pedro Rodríguez, por “diversas razones obstaculizaba su relación y situación”. Y repasa el nudo sentimental en el que participaron los dos acusados, la víctima, los episodios de celos y los intentos de Peral y López de incriminar a terceras personas, como el exmarido de ella.

Tampoco se ha aclarado cómo murió Pedro Rodríguez, ni si uno de los condenados fue el autor material y el otro le ayudó. La sentencia señala que no existen pruebas directas que lo acrediten, pero si una suma de pruebas indiciarias que les señalan de manera conjunta. En la sentencia, el magistrado aprovecha para recriminar la “selectiva laguna memorística” tanto de Rosa Peral como de Albert López.

El cuerpo de Pedro Rodríguez fue hallado calcinado en el interior de su vehículo, un Volkswagen Golf, al lado del pantano de Foix. Estaba en tan mal estado, que la autopsia no pudo determinar la forma de la muerte. Las pruebas analizadas durante el juicio, entre ellas las declaraciones contradictorias de los dos condenados, que se acusan mutuamente del crimen, demuestran únicamente que falleció antes de ser quemado y que recibió “al menos un golpe en el cráneo cuando estaba dormido o dormitando o narcotizado o al menos indispuesto por la ingesta de medicación que lo atontaba”, según recoge la sentencia.

El origen fue un “posible enfrentamiento y pelea en la habitación” de la planta baja de la casa que compartían Rosa Peral y la víctima, “cuando no un mero ataque súbito y repentino”. En esa planta baja se halló sangre en una bombilla, en la parte baja de una puerta y en unos botines de mujer. La habitación también fue pintada después y se tiró un sofá de la estancia. Todo, sostiene la sentencia, planeado por Peral y por López desde el mes de abril, cuando “ambos acusados empezaron a trazar un plan con el fin de quitar la vida” a Pedro Rodríguez.

De esta forma se cierra, al menos por ahora, un crimen con una de las tramas más enredadas de los últimos años, y que ha suscitado un enorme interés. Las sesiones finales del juicio -abierto al público y con colas para acceder- se celebraron sin la presencia de Rosa Peral, que dio positivo por coronavirus. Hasta casi el último día existió el temor de que debiese suspenderse la vista, o que algunos de los miembros del jurado se viese afectado por la pandemia sin poder seguir adelante con las deliberaciones. La sentencia no es firme y todavía se puede recurrir.


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