“Todas a la vez y en todas partes”. Las obras en Sevilla levantan críticas por la falta de planificación y de un modelo de movilidad
El alcalde (PP) pide perdón a los ciudadanos por el medio centenar de actuaciones, pero advierte de que habrá más para “recuperar los años perdidos”
Cortado por obras. Es el aviso que cuelga de las vallas metálicas que cortan el tránsito a la altura de la plaza de la Campana, una de las principales vías de acceso al corazón histórico de Sevilla. Este lunes comienzan aquí los trabajos del tranvibús que unirá el centro de la capital andaluza con el barrio de Sevilla Este, de 100.000 habitantes, a unos seis kilómetros. Esta actuación se suma al otro medio centenar de obras que se están desarrollando en todos los rincones de la ciudad y a las que se añaden las de...
Cortado por obras. Es el aviso que cuelga de las vallas metálicas que cortan el tránsito a la altura de la plaza de la Campana, una de las principales vías de acceso al corazón histórico de Sevilla. Este lunes comienzan aquí los trabajos del tranvibús que unirá el centro de la capital andaluza con el barrio de Sevilla Este, de 100.000 habitantes, a unos seis kilómetros. Esta actuación se suma al otro medio centenar de obras que se están desarrollando en todos los rincones de la ciudad y a las que se añaden las de la ansiada línea 3 del metro. La mayoría son para mejorar la movilidad y las comunicaciones, pero otras tienen que ver con la modernización del alcantarillado y el suministro de agua o con intervenciones del departamento de Parques y Jardines. Una coincidencia que ha sumido a la ciudad en un caos circulatorio, levantando las críticas por la ausencia de planificación del Ayuntamiento a la hora de acometer las actuaciones y dejando en evidencia la falta de un modelo de ciudad sostenible, donde la presencia del coche se hace inevitable.
“Vayas donde vayas te encuentras una valla con el dichoso cartelito de cortado por obras, el suelo abierto y ni una indicación de cuándo van a comenzar o a parar. Todas a la vez y en todas partes”. María Gutiérrez trabaja en la plaza del Duque, una de las zonas afectadas por los trabajos que han comenzado hoy en el centro de la ciudad y vive en Sevilla Este. Desde hace unos meses llegar hasta su oficina se ha convertido en una odisea. “Dejé de coger el coche porque tenía que ir por la Avenida de las Ciencias y ahora con las pruebas del tranvibús circular por allí es un calvario, así que opté por el autobús, que me dejaba justo al lado, pero como ahora también han empezado aquí con la excavadora, pues me tengo que bajar bastante antes”, cuenta.
Precisamente un vídeo de esa avenida en el que se veía cómo un carril estaba completamente colapsado por las pruebas del tranvibús se ha hecho viral en las últimas semanas, acompañado de críticas en redes de vecinos que consideran que este medio de transporte, después de los atascos por las obras para su construcción, no ha ayudado a descongestionar el tráfico al ocupar un carril. “Es un conflicto en la ciudad sin duda. Está calando en la sociedad la falta de previsión y la continua improvisación”, sostiene Indalecio de la Lastra, experto en movilidad de la plataforma ciudadana Sevilla por el Clima.
“Sevilla se está quedando a la cola de las ciudades de España en sostenibilidad”, abunda De la Lastra. “Aunque se pongan en marcha proyectos, como el tranvibús, si no no hay un modelo, nada funciona. Si incluyes un nuevo sistema de transporte, pero no le das preferencia y sigues manteniendo los carriles para los coches, no transformas, simplemente restringes uno y generas más problemas”, explica sobre este medio de transporte. Se trata de la primera línea de autobús 100% eléctrico de la ciudad en plataforma segregada cuyo primer tramo construido, entre el barrio de Torreblanca, uno de los más humildes de la capital, y la estación de Santa Justa, comenzará a circular con pasajeros el 30 de septiembre.
Con una sola línea para sus 700.000 habitantes, Sevilla es la única ciudad de Europa de sus dimensiones que no cuenta con una red de metro. La distancia entre sus barrios y la ausencia de un plan de cercanías que conecte la capital con el área metropolitana ha abocado a los sevillanos a tener que tirar del coche, pese a las dificultades para encontrar aparcamiento. El anterior equipo de Gobierno (PSOE) aprobó en 2021 un nuevo plan de movilidad que pretendía poner cerco al uso del vehículo en el centro, pero con la llegada del PP al Ayuntamiento, esa iniciativa se paralizó, sin que se hayan presentado alternativas. “Este Ayuntamiento solo apuesta por el coche como única solución a la movilidad”, critica De la Lastra.
“Las obras, sobre todo de infraestructuras de movilidad, que tienen un alto impacto en el día a día de la gente, requieren de una planificación y de una programación. Porque si no convertimos el transitar por la ciudad en algo tortuoso”, indica Antonio Muñoz, portavoz municipal del PSOE y antiguo alcalde de la capital hispalense. En el Ayuntamiento son conscientes de los trastornos que genera a los ciudadanos tal cúmulo de trabajos en todos los barrios, en un lugar como Sevilla, cuyas calles, tanto en el centro como en muchas zonas de la periferia, deben estar perfectamente asfaltadas de cara a la Semana Santa, lo que obliga también a concentrar las actuaciones en los meses del año posteriores o previos. “Pedimos disculpas a los vecinos por las molestias ocasionadas, pero Sevilla estaba muy abandonada y había que actuar en todos los barrios”, dijo la semana pasada el alcalde, José Luis Sanz (PP), que, no obstante, advirtió de que aún se iban a hacer más intervenciones para “recuperar los años perdidos, obra a obra, calle a calle”.
Desde la plataforma Sevilla se Mueve también buscan poner el foco en el beneficio que se derivará para el futuro de todos los inconvenientes que supone el rosario de obras en la ciudad, conscientes de que ese malestar puede canalizarse precisamente en demonizar el cambio en el uso de transporte público que debería derivarse de muchos de los trabajos actualmente en marcha. Su presidente, Manuel Fernández, reclama “pedagogía política” a la hora de concienciar sobre el uso del vehículo “teniendo en cuenta que la mayoría de los sevillanos llevan toda su vida desplazándose en coche”. “El problema de los atascos que genera el tranvibús no se arregla aumentando los carriles para el coche, pero la contestación de muchos ciudadanos es la de ir contra la evolución hacia los modelos que impulsen el transporte público”, abunda como reacción a las críticas que cada vez se extienden entre los sevillanos y que tienen su eco en redes sociales.
“El tranvibús no viene a resolver los problemas de movilidad del mayor distrito de Sevilla”, advierte un portavoz de Sevilla quiere metro, una plataforma ciudadana que ha llevado la necesidad de que se terminen de construir las líneas 2 y 3 del metro hasta la Comisión Europea. “Lo que los vecinos demandan es acelerar la construcción de la Línea 2”, demanda. Esta es la línea que uniría Sevilla Este, con 100.000 habitantes, y el centro histórico, para cuyo trayecto y de manera transitoria, se pensó la construcción del tranvibús, como recuerda el anterior regidor de la ciudad. “El alcalde no alza la voz ni presiona a la Junta de Andalucía, que es quien tiene que redactar el proyecto y licitarlo. Por eso surgió el tema del tranvibús, como una solución transitoria que podía paliar parte de los problemas, pero que se ha convertido en un problema más”, indica Muñoz.
“Esto no debería ser un problema político, sino un modelo de ciudad sostenible”, abunda Fernández que recuerda que Sevilla tiene “una triste experiencia en planes de movilidad de todos los colores de todas las administraciones y ninguno termina ejecutándose”. “Para que un plan tenga éxito debe consolidarse en el tiempo y estar en manos de técnicos, de lo contrario solo vamos dando bandazos”, añade De la Lastra.
Molestias para los comerciantes
El descontento no solo se concentra en el tranvibús. Las obras de la ansiada Línea 3 del Metro se han convertido en una amenaza para los comerciantes del barrio de La Macarena afectados por los trabajos. Vallas en las puertas, aceras levantadas, cambios o eliminación de paradas… complican que los clientes se acerquen a los establecimientos a comprar. La plataforma ¡El Metro Así No! cifra entre el 15% y el 20% las pérdidas. “Las obras suponen un trastorno tanto físicamente, porque impiden a los ciudadanos desplazarse en medios públicos o aparcar con sus coches, pero también afectan psicológicamente por las complicaciones para acceder”, reconoce Tomás González, presidente de la Asociación Provincial del Pequeño Comercio de Sevilla (Aprocom).
Esa pérdida de clientes es la que temen también muchos de los propietarios de los establecimientos del centro de la ciudad con las obras que han empezado hoy justo en una de las zonas que mayor número de comercios concentra de Sevilla. “De momento estamos con incertidumbre, no sabemos cuánto tiempo vamos a tener la valla delante de la puerta”, dice la dependienta de uno de los establecimientos afectados. “Lo importante es que terminen cuando tienen que terminar”, precisa González.
El Ayuntamiento ha parcelado las obras de este ramal del tranvibús de modo que no duren más de seis meses -período máximo en el que podrían activarse las subvenciones por pérdidas a los comercios-, si bien desde Aprocom se muestran esperanzados en que, finalmente, sí se ofrezcan ayudas “porque las obras afectan también a muchas calles aledañas y no hay que olvidar que esta zona es la puerta al centro”. “Vamos a intentar que las ayudas lleguen a todos los comerciantes”, expone González. Mientras, los conductores despistados, se sorprenden ante las vallas que cortan su trayecto camino al centro y ven cómo los van desviando. “¿Y se sabe hasta cuándo va a durar esto?“, pregunta uno de ellos al operario que le indica con una señal que gire a su derecha. Quizás, cuando llegue el Tranvibus, sea de los que no necesite llegar al centro en coche.