Vecinos de Sevilla contra la ampliación del estadio del Betis: “No queremos que pase como en el Bernabéu”

Temen que la edificación de una parcela anexa, para un hotel o un auditorio, cedida por el Ayuntamiento agrave los problemas de movilidad y ruido provocados por los partidos y los conciertos.

Miembros de diferentes asociaciones contrarias al proyecto de ampliación del estadio Bento Villamarín del Real Betis Balompié, posan en los terrenos sobre los que el club va a levantar un edificio.PACO PUENTES

No hay que esperar a que pase como en el Santiago Bernabéu”. Es la advertencia que lanza Jesús Villarreal, presidente de la Asociación de Vecinos Bermejales Activa, una de las nueve asociaciones vecinales que ha presentado alegaciones al proyecto de ampliación del estadio Benito Villamarín que el Real Betis Balompié pretende acometer en los próximos meses. Los residentes de los barrios aledaños al campo de fútbol recelan del estudio presentado por la entidad verd...

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No hay que esperar a que pase como en el Santiago Bernabéu”. Es la advertencia que lanza Jesús Villarreal, presidente de la Asociación de Vecinos Bermejales Activa, una de las nueve asociaciones vecinales que ha presentado alegaciones al proyecto de ampliación del estadio Benito Villamarín que el Real Betis Balompié pretende acometer en los próximos meses. Los residentes de los barrios aledaños al campo de fútbol recelan del estudio presentado por la entidad verdiblanca, que incluye también la edificación sobre una parcela de titularidad municipal cedida en 2003 al equipo. El destino final de lo que albergue ese edificio, pero, sobre todo, los problemas de movilidad y ruido en una zona que se colapsa los días de partido y cuando hay conciertos y la calidad de vida de quienes allí viven todos los días cuando finalicen las obras, es lo que más les preocupa.

“Lo que queremos es un proyecto integrador, que no se haga de espaldas a los vecinos y las necesidades del barrio”, explica Rafael Doñoro, vicepresidente de la Asociación de Vecinos Los Andes, la organización que ha ejercido un control continuado del proyecto desde que en 2003 se firmó el convenio de cesión de los terrenos entre el entonces alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el que era presidente del Betis, Manuel Ruiz de Lopera. En 2004 y 2008, Los Andes presentó sendas alegaciones en contra de lo que se consideró un ejemplo de “urbanismo a la carta”. La crisis económica paralizó la iniciativa que ahora se ha vuelto a retomar. El Avance del Estudio de Ordenación presentado por el club, está ahora pendiente de la autorización medioambiental de la Junta de Andalucía. Después deberá aprobarse el Estudio de Ordenación definitivo y la modificación del PGOU para transformar su actual uso deportivo privado a uso deportivo, como paso previo al otorgamiento de la licencia.

Pero antes, el consistorio tendrá que responder a las alegaciones presentadas por las nueve asociaciones de vecinos que representan a barrios en los que viven 20.000 personas. “El proyecto se presenta como ‘una actuación de mejora urbana’ que actúe como ‘nodo activador de sinergias urbanas de centralidad”, indica Antonio Fajardo, presidente de la Asociación de Vecinos Parque Vivo del Guadaíra y portavoz del resto de organizaciones vecinales, que parafrasea el contenido del Avance de Estudio de Ordenación redactado por el Betis. “No estamos en contra de que se remodele el Estadio, pero nos oponemos a la construcción que se quiere realizar en la parcela anexa, que es suelo público, y que se califique como mejora urbana, lo que es un pelotazo especulativo. No necesitamos nueva centralidad, porque en esta zona ya hay un campus universitario, hospitales y un colegio”, alega Fajardo.

Además de la remodelación del estadio, el proyecto del Betis prevé la edificación en la parcela aledaña de un edificio de 47 metros de altura y 31.500 metros cuadrados, con un aparcamiento subterráneo de unas 400 plazas o la construcción de un auditorio para albergar eventos deportivos. El objetivo del club es que en toda esa zona la oferta de servicios, ocio y restauración sea constante, con la intención de escalonar la entrada y la salida del estadio y aliviar los problemas de movilidad.

Uso privado de un espacio público

Zona anexa al estadio Bento Villamarín del Real Betis Balompié donde está previsto realizar el proyecto de ampliación.PACO PUENTES

Es esa idea de “ocio 365″ y el destino que se vaya a dar a ese edificio lo que preocupa a los vecinos. Primero se barajó la idea de un centro comercial, una propuesta que fuentes del Real Betis explican a este diario que nunca se quiso realizar. Lo que se está estudiando es la instalación de un hotel y un centro sanitario vinculado con el deporte. La decisión final dependerá de las conclusiones del estudio económico que está realizando el club. “El proyecto es muy difuso y todo va a ser impulsado por el sector privado y en su beneficio. Como asociación no creemos que nos tengan que quitar espacio público”, opina Diego Caralt, presidente de la Asociación de Vecinos Puerto, cuya movilización ha conseguido paralizar otro proyecto urbanístico en la zona. “Vemos paralelismos porque se trata de dos suelos públicos, uno de Puertos del Estado y en este caso, uno municipal”, señala. “Este es un espacio público y de dominio público y el Ayuntamiento tendrá que consultar a los ciudadanos si están de acuerdo en el esquema elegido para promover el negocio del Betis”, indica Alfonso Rodríguez, arquitecto municipal jubilado y miembro del colectivo Palmera 2029. “En lugar de un hotel, podrían hacer algo que pueda ser para toda la gente, una biblioteca, un mercado, un centro cívico...”, añade Carmen, de Parque Vivo de Guadaíra.

Lo que más les preocupa a las asociaciones son los problemas de movilidad. “Cada vez que hay un partido, esto se colapsa. Estamos desbordados”, indica Rafael Ruiz, miembro de la Asociación Foro Heliópolis. “Los coches aparcan en doble fila y los que no encuentran aparcamiento están dando vueltas continuamente, la falta de aparcamiento hace que barrios que están bastante alejados también se vean afectados. Eso supone un incremento de la contaminación”, abunda Villarreal. “Nuestra vida cambia cuando hay fútbol. Ha habido veces que hemos tenido que sacar la camilla entre los vecinos hasta la ambulancia, porque no todas llegan a todas las calles del barrio. Cuando se edifique la parcela, ya no sé qué más puede pasar”, llama la atención Teresa Florido, presidenta de Foro Heliópolis.

Las fuentes del Real Betis consultadas son categóricas: “Esto no se va a convertir en un Santiago Bernabéu”, dicen, en referencia a las quejas de los vecinos de Madrid por los conciertos que se organizan en ese estadio y aseguran que lo previsto es que se realicen los mismos eventos musicales que hasta ahora. Su modelo de negocio, aseguran, no es el de promover conciertos allí. Comparten la preocupación por la movilidad y aseguran que las plazas de aparcamiento previstas en el proyecto se destinarán a los usuarios del hotel que eventualmente se edifique en el solar. Tampoco quieren que los 60.000 aficionados vengan en coche y han planteado con el Ayuntamiento reforzar las líneas de autobús o crear lanzaderas desde aparcamientos que se puedan ubicar a las afueras de la ciudad. Cuentan, además, con la finalización de la Línea 3 del metro, que tiene una parada al lado del Benito Villamarín.

“Basado en un proyecto obsoleto”

Recreación nocturna del nuevo estadio del Real Betis Balompié. / RBB

El barrio de Heliópolis alberga buena parte del legado regionalista y la mayoría de los edificios mejor conservados que dejó la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. En el Avance del Estudio del Betis se alude a que el modelo de estadio “será un destino turístico” que promoverá la actividad económica, la restauración o las empresas turísticas y de ocio de la ciudad. “El modelo turístico no es un modelo de éxito, sino de subsistencia. Heliópolis es una zona residencial donde no hay bares ni el tipo de ocio que nos quieren vender como modelo de éxito, que en ningún caso es éxito para sus residentes”, advierte Caralt.



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