Cuatro narcos detenidos por la muerte de un migrante al que arrojaron de una patera en Barbate

Los arrestados están investigados por organizar un viaje de inmigrantes en una embarcación recreativa y lanzar a los ocupantes al mar cuando estaban lejos de la costa

Dos guardias civiles llevan detenido a uno de los cuatro narcotraficantes acusados de homicidio por organizar un viaje de migrantes en el que uno falleció ahogado.EL PAÍS

Una embarcación recreativa viajaba por la línea de costa, mientras parte de sus ocupantes eran arrojados al mar. Así ocurrió con hasta siete personas, cuando el barco todavía estaba lejos de la costa. Quienes caían al agua eran migrantes de origen magrebí y uno de ellos falleció intentando llegar a la orilla. Ocurrió el pasado 21 de octubre en Los Caños de Meca, Barbate. La Guardia Civil ha detenido a los responsables de e...

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Una embarcación recreativa viajaba por la línea de costa, mientras parte de sus ocupantes eran arrojados al mar. Así ocurrió con hasta siete personas, cuando el barco todavía estaba lejos de la costa. Quienes caían al agua eran migrantes de origen magrebí y uno de ellos falleció intentando llegar a la orilla. Ocurrió el pasado 21 de octubre en Los Caños de Meca, Barbate. La Guardia Civil ha detenido a los responsables de ese viaje, cuatro supuestos narcos, que están acusados de delitos de homicidio, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y contra la salud pública.

Las detenciones por esta operación policial, conocida como Inbalu/Lonas, se han dado a conocer este lunes, apenas cuatro días después de que otras tres personas arrojasen con violencia y amenazas desde una narcolancha a 35 personas entre las costas de San Fernando y Chiclana de la Frontera. Cuatro de ellos acabaron ahogados. En el caso del suceso de Barbate, los supuestos traficantes emplearon una embarcación recreativa. Fueron arrojando a los migrantes “con total desprecio hacia sus vidas”, según ha asegurado el Instituto Armado en Cádiz en un comunicado.

La Guardia Civil tuvo conocimiento del suceso después de que testigos presenciales alertasen de lo que estaba ocurriendo en el mar, a la altura de la playa de Los Castillejos, una zona conocida popularmente como La pequeña Lulú. La central operativa alertó a las unidades de seguridad ciudadana sobre la presencia de siete personas en el agua, “aún lejos de la orilla”, “que se encontraban angustiados y agotados por sus incansables intentos de llegar a tierra firme”. Al llegar a la playa, los agentes se encontraron a uno de los migrantes haciendo maniobras de primeros auxilios a otro de los ocupantes de la embarcación que estaba tendido en la arena, según el relato de la Comandancia de Cádiz. Los sanitarios continuaron con la reanimación durante media hora más, pero no pudieron hacer nada por salvar la vida del hombre de 31 años.

Con las primeras pesquisas, los investigadores averiguaron que el viaje estaba organizado por varios contrabandistas con la intención “de lucrarse con la introducción ilegal de inmigrantes por la vía marítima”. Durante el desarrollo de la investigación —realizada por la Policía Judicial de Barbate y el Servicio de Información de la Comandancia de Cádiz—, los agentes identificaron a cuatro organizadores del viaje. Los investigados eran sospechosos también de haber protagonizado un intento de frustrado de alijo en el puerto de Barbate con numerosos fardos de hachís.

Los sospechosos fueron detenidos el 19 de noviembre. Esa noche, los agentes realizaron cinco registros en viviendas y uno en la embarcación recreativa, en un despliegue en el que intervinieron varias unidades de la Guardia Civil en la provincia. Los cuatro investigados, naturales de Barbate y con numerosos antecedentes policiales, están ahora en libertad provisional, acusados de ser supuestos autores de un delito de homicidio, un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y otro contra la salud pública.

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Hace años que las fuerzas del Estado detectaron que las mafias del hachís usaban su operativa en el norte de Marruecos para traficar también con migrantes. La información de inteligencia de la Guardia Civil apuntaba a que no es una actividad muy extendida, pero sí hay organizaciones que lo usan como una “operativa rentable”, aprovechando que ya tienen las embarcaciones en el mar, según apunta un mando acostumbrado a luchar contra el narcotráfico en el sur. En esos casos, es más habitual que los traficantes aprovechen el poco espacio que los fardos de droga dejan en el barco para embarcar a personas a las que pueden llegar a cobrar hasta 10.000 euros por viaje.

Esta forma de delinquir se viene detectando en España, al menos desde 2018, en un fenómeno conocido también como pateras taxi. Son embarcaciones que suelen tener un máximo de 12 metros de eslora y dos motores de 250 caballos, que también se han usado tradicionalmente para el contrabando de tabaco o el tráfico de drogas, como fue el caso de la narcolancha implicada en la muerte de los cuatro migrantes de la semana pasada en Chiclana.

Pese a que, hasta ahora, los agentes habían detectado que esta operativa no estaba tan extendida por los submundos del hachís, este año los datos parecen mostrar un cambio de tendencia que tiene en alerta a los investigadores. Frente a un año 2022 en el que apenas se registraron episodios relacionados con la inmigración irregular con este tipo de lanchas, este año casi se alcanzan las 200 embarcaciones involucradas en el transporte de inmigrantes, según relataron a EL PAÍS fuentes conocedoras de un fenómeno en el que los recién llegados suelen ser de Marruecos.

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