La villa olímpica que busca convertirse en referente del turismo sostenible
La barriada de El Toyo, a las afueras de Almería y desarrollada para los Juegos Mediterráneos de 2005, será protagonista de un plan de renovación con tres millones procedentes de los fondos Next Generation
Almería acogió en el año 2005 los Juegos Mediterráneos. Con ellos llegaron unos 600 millones de euros de inversión que permitieron levantar grandes infraestructuras deportivas como el estadio protagonista de aquella competición o el canal de remo construido en Cuevas del Almanzora. También sirvieron de impulso para el nacimiento de El Toyo, zona destinada a ser villa olímpica para los deportistas que luego sería reconvertida en destino turístico. Cumplió con el primer objetivo, pero el segundo quedó lejos. La u...
Almería acogió en el año 2005 los Juegos Mediterráneos. Con ellos llegaron unos 600 millones de euros de inversión que permitieron levantar grandes infraestructuras deportivas como el estadio protagonista de aquella competición o el canal de remo construido en Cuevas del Almanzora. También sirvieron de impulso para el nacimiento de El Toyo, zona destinada a ser villa olímpica para los deportistas que luego sería reconvertida en destino turístico. Cumplió con el primer objetivo, pero el segundo quedó lejos. La urbanización pasó años de abandono, con escasa oferta de ocio y pocos servicios. La inversión privada lo ha ido levantando poco a poco y ahora un plan municipal busca su renovación para convertirlo en referente del turismo sostenible en Andalucía con una inversión de tres millones de euros gracias a los fondos Next Generation europeos.
A mitad de camino entre Cabo de Gata y la ciudad de Almería —a la que pertenece y de la que está separada 12 kilómetros— siempre hubo grandes planes para El Toyo y pocos se cumplieron. Las zonas verdes se diseñaron con vegetación autóctona, el urbanismo se desarrolló con fidelidad a una baja densidad de población, espacios abiertos y zonas comunes para mantener una buena calidad de vida. No fue fácil, sin embargo, su despegue. Los partidos políticos se pasaron años culpándose unos a otros hasta que, poco a poco, la situación fue mejorando. Ubicado junto a la antigua urbanización Retamar y al sur del hospital público inaugurado en 2005, el espacio es hoy un oasis verde en el desierto almeriense donde el arquitecto Antonio González Cordón levantó un atractivo paseo marítimo repleto de palmeras.
El epicentro es la Plaza del Mar, que tras años enquistada mantiene ahora una amplia actividad gracias a los locales de ocio y restauración ubicados junto a su laguna artificial frente al Mediterráneo. La actividad urbanística también se ha recuperado en los últimos años, con nuevas viviendas modernas. Y el turismo, poco a poco, sale también de los márgenes del verano más estricto. La estacionalidad, con parte de los establecimientos hoteleros cerrados durante medio año es justo uno de los aspectos que se pretende mejorar con la inversión planteada, además de la accesibilidad y la movilidad sostenible. Entre otros objetivos, la idea es atraer clubes de fútbol, ciclismo y otras modalidades deportivas durante el suave invierno.
“Queremos hacer una zona de turismo sostenible referente a nivel europeo. Reúne las características climáticas para que así sea”, sostiene la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, que subraya que la transformación va a ser “espectacular”. Los planes municipales dibujan en total 14 actuaciones diferentes hasta el año 2025 englobadas en cuatro ejes: transición verde y sostenible, mejora de la eficiencia energética, transición digital y competitividad. Pilares que pretenden desarrollar un modelo que tenga como eje “la sostenibilidad en su triple dimensión: medioambiental, socioeconómica y territorial”, según avanzó el pasado diciembre la delegada de la Junta de Andalucía la provincia almeriense, Aránzazu Martín.
El deporte, como en el origen de la urbanización, es uno de los aspectos que contará con mayor inversión. Así, se prevén casi 800.000 euros para la construcción de instalaciones para la práctica de distintas modalidades deportivas en la playa y equipamientos para deportes náuticos, así como la construcción de una casa club para el campo de golf de 18 hoyos que hay en la zona, que contará con otros 600.000 euros. También se pretende mejorar la infraestructura ciclista de la zona para fomentar el uso de la bicicleta y hacer lo propio con el itinerario senderista que une Costacabana (cerca del aeropuerto) y El Toyo con Cabo de Gata a través del GR-92.
La idea se completa con un plan para atraer congresos, reuniones y eventos deportivos o de turismo activo, dando uso además a su palacio de congresos. El recinto acogerá el próximo otoño la nueva edición del Sun&Blue Tourism Innovation Congress, encuentro de profesionales del sector turístico que busca “analizar, conceptualizar y diseñar los servicios y herramientas tecnológicas con las que debe contar una playa u otro espacio natural para aproximarse al modelo de gestión inteligente”, según explicó Arturo Bernal, consejero de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, durante la celebración de Fitur, en Madrid.
Otra de las actuaciones más significativas es el equipamiento tecnológico que se instalará en la Torre de San MIguel, una vieja atalaya militar del siglo XVIII declarada como Bien de Interés Cultural en 1985. La intención es mejorar la atención turística a quienes visiten la zona, objetivo para el que también se mejorará la conectividad wifi en el entorno y se utilizarán herramientas de gestión inteligente en el propio destino. La inversión de los fondos Next Generation también servirá para la instalación de fuentes de energía renovable en los edificios municipales o la rehabilitación del pabellón deportivo y otros espacios públicos para reducir su consumo y su impacto ambiental. El Toyo quiere ser ejemplo de sostenibilidad.
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