El Premio Internacional Manuel Chaves Nogales reivindica el periodismo “de andar y contar” en tiempos de precariedad y teletrabajo

Los ganadores de la primera edición defienden la calidad y el rigor para hacer frente a los retos de la transformación digital de los medios

En primera línea, los galardonados en los Premios de Periodismo Manuel Chaves Nogales, Bernat Armagué, María Paz López, Diego Suárez, que recogió el premio por Ana Palacios, Óscar Justo, Sara Selva y Daniel Ramírez García-Mina. / DIPUTACIÓN DE SEVILLA

En la crónica sobre unos premios con el nombre del periodista Manuel Chaves Nogales parece inevitable apelar a alguna de sus frases sobre lo que es y supone hacer un periodismo de calidad y riguroso. Sin embargo, en la entrega de la Primera Edición del Premio Internacional de Periodismo Manuel Chaves Nogales, organizados por la Asociación de la Prensa de Sevilla y la Diputación Provincial de Sevilla, que anoche se celebró en la capital andaluza, fueron los galardonados quienes, a través de sus trabajos reconocidos y sus ...

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En la crónica sobre unos premios con el nombre del periodista Manuel Chaves Nogales parece inevitable apelar a alguna de sus frases sobre lo que es y supone hacer un periodismo de calidad y riguroso. Sin embargo, en la entrega de la Primera Edición del Premio Internacional de Periodismo Manuel Chaves Nogales, organizados por la Asociación de la Prensa de Sevilla y la Diputación Provincial de Sevilla, que anoche se celebró en la capital andaluza, fueron los galardonados quienes, a través de sus trabajos reconocidos y sus palabras, reivindicaron la esencia del buen periodismo, más necesario que nunca en unos momentos en los que la transformación digital ha acentuado la precariedad laboral de los profesionales de la información, limitando, cuando no impidiendo, la premisa del “andar y contar”, como Chaves Nogales definió su oficio y donde radican los valores de la profesión.

“Andar y contar” o “entrar, salir y después compartir”, que es como Bernat Armangué definió su trabajo como fotoperiodista que le ha valido el premio en la modalidad de Fotografía gracias a la imagen publicada por Associated Press que captó en plena crisis migratoria con Marruecos de Luna, la voluntaria de Cruz Roja, abrazada a Abdul, un migrante que acaba de arribar a las costas de Ceuta. “Esta intromisión, además de polémica, espero que sirva para entender que hay más perspectivas desde las que mirar una historia y más historias aparte de las nuestras, otras vidas y personas que merecen aunque sea un instante de nuestra atención”, destacó Armangué, en su discurso.

“Un buen reportaje no se puede hacer a través de vídeos de Twitter, hay que ir, ver y contar”. Casi las mismas palabras, pero para destacar el esfuerzo y el rigor de las más de cinco horas que los periodistas Sara Selva y Óscar Justo estuvieron con los hermanos Nati y Antonio Alcaraz en el trascurso de la operación en la que ella le donó a él su riñón y que plasmaron en el podcast Cinco horas, dos hermanos y un riñón, emitido en el programa Hoy por Hoy de la Cadena Ser, y que recibió en premio en la categoría de radio. Selva, además de reivindicar la importancia de estar en los sitios para contar a la gente lo que le pasa a otra gente, también defendió la importancia de que quienes lo cuentan estén bien remunerados. “Si no se pagan buenos sueldos, a veces ni siquiera decentes, difícilmente se pueden hacer buenos reportajes. Para eso se requiere tiempo y dinero”, señaló Selva. Su compañero puso sobre la mesa la precariedad no solo del mundo del periodismo, sino de la sanidad pública, otro de los protagonistas del podcast premiado.

Y tiempo fue también lo que pidió a las empresas informativas María Paz López, la corresponsal de La Vanguardia en Berlín, que obtuvo el premio en prensa por su reportaje El trabajo forzado de los Rotspanier. López desgranó la reglas básicas del buen periodismo, el periodismo clásico que, como sus compañeros antes habían defendido, son válidas para cualquier medio. “Observación de la realidad, rastreo de fuentes relevantes, entrevistas en profundidad, cotejo de cifras y datos, acudir al lugar de la acción, enfoque propio, conocer al público al que te diriges y buena prosa”, enumeró. “La exigencia de la velocidad no puede dar al traste con la credibilidad”, abundó.

A la recuperación de esa credibilidad por parte de los ciudadanos a través de una vuelta a la esencia y las raíces del buen periodismo apeló el presidente de la APS, Rafael Rodríguez, quien se lamentó de que, en tiempos de “teletrabajo en pijama”, “ni andamos, ni contamos”. “Hay que ir, ver, oír, preguntar, repreguntar, investigar, pensar… Una práctica poco habitual”, señaló. Rodríguez advirtió de que “el paro y la precariedad es el mayor enemigo de la información veraz y el mayor amigo de la mentira”, una situación “de la que se aprovecha el poder”.

Y a la importancia de mantener la lealtad a “los principios del buen periodismo y de la libertad”, frente a la inercia y las consecuencias derivadas de la transformación que están experimentando los medios de comunicación y la precariedad de la profesión, apeló Antony Jones, el nieto de Chaves Nogales y uno de los miembros del jurado, junto con los periodistas Eva Díaz Pérez, Charo Ramos, Lola Álvarez, Inma Carretero, Emilio Morenatti, e Isabel Ruiz y la directora general del Área de Cultura y Ciudadanía de la Diputación, Carolina Morales.

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