Jordi Sevilla prepara un manifiesto para buscar una alternativa en el PSOE
El exministro lamenta que no haya contrapesos en la dirección de los socialistas, que define como cesarista
El exministro y expresidente de Red Eléctrica, Jordi Sevilla, ha anunciado en una entrevista con Europa Press que en enero presentará un manifiesto con el que pretende dar comienzo la preparación de una alternativa socialdemócrata en el PSOE. Su objetivo es que pueda sustituir la actual deriva que, en su opinión, ha adoptado el partido con el liderazgo de Pedro Sánchez desde que pactó con Pablo Iglesias noviembre de 2019. Sevilla considera que la dirección del PSOE es cesarista y se lamente de que no haya contrapesos.
Sevilla ha explicado que tenía en mente lanzar una “recuperación para la socialdemocracia del PSOE”, que hasta ahora ha sido la “tradición” del partido y ha dado buenos resultados. En este sentido, ha indicado que no pretende, como le han acusado, “montar otro tipo de partido”, ni se ha pasado al PP: “Siempre habrá algún tonto o tonta que diga eso, pero no es eso”, ha precisado antes de explicar que trabaja en la idea de sacar un manifiesto después de las fiestas navideñas que será la base para ir creando la alternativa que propone.
El manifiesto será un “documento inicial de declaración de principios”, donde explícitamente quiere que aparezca que “el objetivo es recuperar al PSOE para una política socialdemócrata” porque cree que llevan unos cuantos años haciendo política más “populista” que socialdemócrata: “Estoy intentando que en torno a ese manifiesto haya un número suficiente de voces experimentadas y valoradas dentro del PSOE”, pero también “con voces jóvenes que están queriendo luchar todavía por su futuro político y por el futuro político de España”, ha expuesto el exministro.
Sevilla dice que está hablando con “mucha gente” y que siente “receptividad”. No obstante, admite que también hay mucha “prevención”, porque aunque asegura que las personas con las que ha contactado ven la situación como la ve él, pero algunas no tienen claro que sea el momento para empezar a plantearlo, ya que hay mucha “resignación” y gente “tirando la toalla” porque ha perdido la ilusión.
Recuerda que este planteamiento de crear una “alternativa socialdemócrata” en el PSOE se debe a que esta formación se ha podemizado desde que Pedro Sánchez se dio el “abrazo” con Pablo Iglesias, pactaron el Gobierno de coalición y han dejado de aplicar políticas socialdemócratas. Además, asegura que “este no es el Sánchez” con el que él trabajó y critica que haya cedido a aprobar la “amnistía” cuando la había rechazado o a los pactos con Bildu, una formación con la que dice no tener “nada que ver”.
El exministro admite que “estas cosas necesitan su tiempo” y para recuperar la ilusión de sus compañeros quiere presentar esta alternativa “en positivo” y que se plasme en un proyecto que dure “como mínimo hasta el Congreso” del partido. Cree que los resultados de las convocatorias electorales, la derrota en Extremadura, y las siguientes elecciones autonómicas van a ir “moviendo el terreno, van a ir cambiando las percepciones, las urgencias”. En su opinión, no sería lo mismo una derrota de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, en Andalucía que la de un candidato poco conocido como el de Extremadura. No obstante, Jordi Sevilla dice ser “muy pragmático” y que no pretende que esto se convierta en un enfrentamiento entre los jóvenes y los viejos socialistas.
Un partido cesarista
El que fuera ministro de Administraciones Públicas durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero dice ser contrario a que su partido se asiente sobre una estructura de “club de fans” de Pedro Sánchez. En este sentido, critica que no haya contrapesos ni en el Comité Federal, en la Ejecutiva o en las federaciones porque Pedro Sánchez ha colocado ministros para “controlarlas”. “Eso es una situación, algunos le llaman de cesarismo, que no habíamos visto nunca en un partido socialdemócrata”, ha señalado, al tiempo que hace cierta autocrítica al recordar que los que, como él, defendían las primarias nunca se les ocurrió la posibilidad de que hubiera un secretario general “sin ningún contrapeso”.