Marruecos llega a la cumbre con España reforzado por el aval de la ONU a su tesis sobre el Sáhara
Los gobiernos de Sánchez y Ajanuch revisan en Madrid el cumplimiento de una hoja de ruta con sombras y lagunas
Los Gobiernos de España y Marruecos llegan a la reunión de alto nivel (RAN) que se celebra este jueves en Madrid con la hoja de ruta pactada en marzo de 2022, tras el giro del Gobierno español en favor de las tesis marroquíes en el conflicto del Sahara, aún con sombras y lagunas. Las autoridades e...
Los Gobiernos de España y Marruecos llegan a la reunión de alto nivel (RAN) que se celebra este jueves en Madrid con la hoja de ruta pactada en marzo de 2022, tras el giro del Gobierno español en favor de las tesis marroquíes en el conflicto del Sahara, aún con sombras y lagunas. Las autoridades españolas elogian la colaboración marroquí en la lucha contra la inmigración irregular ―con una caída del 63% de las llegadas por vía marítima a Canarias hasta el pasado 15 de noviembre―, pero la apertura de las aduanas terrestres de Ceuta y Melilla, abiertas finalmente en enero pasado, no ha dado el resultado esperado y el tráfico comercial que registran es insignificante. La cita estará marcada por los avances de Marruecos en el reconocimiento internacional a su control sobre la excolonia española, con el aval del Consejo de Seguridad de la ONU al plan de autonomía.
La cita vendrá precedida el miércoles por un foro empresarial y reunirá el jueves a una quincena de ministros encabezados por los respectivos jefes de Gobierno, Pedro Sánchez y Aziz Ajanuch. En principio, no está previsto que participe ningún ministro de Sumar, muy crítico con el giro de Sánchez sobre el Sahara, aunque fuentes de La Moncloa sostienen que la lista no está cerrada y dependerá de los acuerdos que se firmen. Fuentes próximas a Ernest Urtasun, ministro de Cultura y portavoz del socio menor de la coalición, señalan que este no estará presente porque no tiene temas para tratar. Entre otras materias, se han negociado acuerdos sobre deportes (ambos países compartirán con Portugal la organización del mundial de fútbol de 2030), digitalización, prevención de desastres naturales, energía, transporte, formación profesional y gestión de flujos migratorios. La última cita de alto nivel se celebró en Rabat en febrero de 2023 y estuvo marcada por el plantón de Mohamed VI, ausente del país. Ello obligó a Pedro Sánchez a volver a Rabat al año siguiente para reunirse con el rey.
Las autoridades marroquíes llegan a Madrid reforzadas por el éxito diplomático que supuso la aprobación sin ningún voto en contra el pasado 31 de octubre en el Consejo de Seguridad de la ONU de una resolución que respalda su propuesta de autonomía como base para una solución negociada del conflicto del Sáhara Occidental. Ahora, Rabat aspira a que otros países reconozcan su soberanía sobre el territorio que controla de facto desde la salida de España hace medio siglo, como ya lo han hecho Estados Unidos (2020), Israel (2023) o Francia (2024). En contraposición, el Frente Polisario, respaldado por Argelia, reclama un referéndum de autodeterminación que abra la vía de la independencia. De momento, el Gobierno de Rabat no ha pedido públicamente a España un reconocimiento formal en esta línea.
En vísperas de la cita de Madrid, medios marroquíes han vuelto a airear una eventual reactivación de los proyectos legales adoptados por su país en 2020 para la delimitación de las fronteras marítimas en aguas situadas frente a las Islas Canarias y de una expansión de su Zona Económica Exclusiva (para el aprovechamiento de los recursos en unos fondos marinos con minerales estratégicos y tierras raras) que se solapa con la del archipiélago español. Fuentes diplomáticas en Rabat han restado credibilidad a estas informaciones periodísticas y a otras que se refirieren a la cesión a Marruecos del control del espacio aéreo sobre el Sáhara, que sigue ejerciendo España desde Canarias tras haber abandonado su antigua colonia.
El clima político en ambos países no parece acompañar nuevos pasos como el dado en 2022 en apoyo al plan de autonomía. Mientras en Madrid el Gobierno se sustenta sobre una mayoría parlamentaria crecientemente debilitada, en Rabat la coalición gubernamental se prepara para afrontar elecciones legislativas el año que viene.
Restricciones marroquíes
La hoja de ruta rubricada hace casi tres años entre los dos países muestra evidentes debilidades. Diez meses después de la apertura efectiva de las aduanas de Ceuta, de nueva planta, y Melilla, clausurada por Rabat en 2018, las organizaciones empresariales de ambas ciudades autónomas denuncian que el tránsito de mercancías sigue casi paralizado por las restricciones que impone el país vecino.
En una respuesta parlamentaria de octubre pasado en el Senado, el Gobierno señala que empresas de Ceuta han importado desde Marruecos 738 toneladas de mercancías, en su mayoría de áridos para la construcción, en 42 expediciones comerciales; y solo ha realizado una expedición comercial, con 88 kilos, por la aduana de El Tarajal. En Melilla, las importaciones por Beni Enzar se han limitado a 29.101 kilos y las exportaciones a 4.835. Entre ambas plazas suman nueve licencias de exportación y 125 de importación desde Marruecos.
El país vecino cerró las aduanas comerciales el pasado verano durante la Operación Paso del Estrecho, en la que 857.851 vehículos, en su mayoría de migrantes marroquíes de visita a su país durante las vacaciones, embarcaron en puertos españoles. Poco antes de la convocatoria de la RAN, Marruecos ha iniciado obras en su tramo de la frontera con Ceuta que amenazan con agravar la congestión del tránsito rodado durante unos seis meses en el colapsado paso del Tarajal. En los últimos días, se han registrado retrasos de hasta tres horas para atravesar la frontera, según informan medios de la ciudad autónoma.
Inmigración irregular
Más resultados ha dado la cooperación contra las redes de inmigración ilegal. Según los últimos datos facilitados por el Ministerio del Interior, entre el 1 de enero y el 15 de noviembre pasados entraron irregularmente en España 31.742 inmigrantes, un 41,5% menos que en el mismo periodo del año pasado. La caída fue especialmente significativa en Canarias, a cuyas costas arribaron 14.690 inmigrantes en 236 embarcaciones, lo que supone una reducción del 63% y del 59,18% respectivamente.
También se redujeron, aunque en menor medida, solo un 5,5%, totalizando 6.629, los inmigrantes llegados por vía marítima a la Península; mientras que se dispararon en un 41,7% los llegados a Baleares, hasta sumar 6.683, aunque en este caso la mayoría de las embarcaciones proceden de Argelia. No sucede lo mismo con las entradas a Ceuta y Melilla, que se han incrementado en más del 40%, especialmente las terrestres, con 3.380 inmigrantes en total.
Relaciones económicas
El capítulo que marcha viento en popa es el de las relaciones económicas, con España convertida en primer socio comercial de Marruecos en la última década. Después de haberse asentado con 12.859 millones en exportaciones en 2024 (frente a 9.834 millones en importaciones), España está incentivando las inversiones en Marruecos con el fin de escalar posiciones en un podio en el que aún tiene por delante a Francia y Emiratos Árabes Unidos.
Para ello, avala con más de 1.000 millones de euros en créditos la construcción de la mayor planta desaladora de Marruecos, adjudicada en Casablanca a un consorcio encabezado por Acciona, y la compra a Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) de al menos 40 trenes de altas prestaciones que deben entrar en servicio antes del Mundial de 2030. Pese a ello, las constructoras españolas no figuran en las licitaciones de la ampliación de la línea férrea de alta velocidad hasta Marraquech y de la nueva terminal del aeropuerto de Casablanca, por las que pujan compañías francesas y chinas.