Ir al contenido

El pueblo de Zamora que hará una consulta popular para recuperar la ermita que la Iglesia inmatriculó

El alcalde de Venialbo pactó con el Obispado la cesión de la titularidad gratuita del templo y la compra por 11.000 euros de la casa parroquial, pero el párroco ha paralizado la operación porque no está de acuerdo

La Ermita de la Veracruz de Venialbo (Zamora), así como la iglesia y la casa parroquial, fueron tres de las 10.243 fincas (1.613 solo en Zamora) que la Iglesia Católica inmatriculó (las inscribió a su nombre en el registro de la propiedad) entre 1998 y 2015. En concreto, la institución eclesiástica se hizo con la titularidad de esos bienes en 2015 y, desde entonces, asegura en conversación con EL PAÍS el alcalde de este municipio zamorano, Jesús Vara, tanto la ermita como la casa parroquial están en proceso de abandono: “Ya nadie se encarga de la limpieza, ni se hacen actos”.

En junio, el regidor se reunió con la Diócesis de Zamora —de la que depende la parroquia de la Asunción de Venialbo, actual propietaria de los bienes— y llegó a un acuerdo para la cesión de titularidad gratuita al Ayuntamiento de la ermita (con la condición de que se respetara la moral y los usos católicos), y la adquisición (por su valor catastral: 11.000 euros) de la casa parroquial. Pacto que refrendó posteriormente el pleno del Ayuntamiento.

Parecía que la ermita iba a volver al pueblo, que para los vecinos es el legítimo propietario. “La parroquia la formamos todos”, indica el alcalde. Pero, entre junio y septiembre, que es cuando el Obispado de Zamora iba a autorizar de manera oficial la operación, el párroco mostró su discrepancia con la entente y esta se rompió.

Desde la Diócesis de Zamora, en declaraciones a este periódico, aseguran que lo que pueden hacer en este caso es poner en contacto al sistema parroquial de la zona con el Ayuntamiento, y que debe haber un entendimiento entre ellos. Reconocen que lo que les interesa “es que el bien inmueble tenga uso y que la Iglesia se reserva el derecho a utilizarlo en actividades eclesiásticas”.

La consulta popular

Jesús Vara subraya que Venialbo es un pueblo con mucha devoción. Llegó a haber tres ermitas, recuerda, pero ahora ya solo queda la de la Veracruz. Hasta 2015, cuando se produjo la inmatriculación, la Cofradía del Cristo de la Veracruz era la que se encargaba de su mantenimiento y limpieza, además de organizar diferentes actos, como la veneración del 3 de mayo, las procesiones en Semana Santa o la subasta (que otorgaba a los mayores pujantes el “privilegio” de sacar al Cristo a andar unos 15 o 20 pasos). El dinero de la subasta se usaba para pagar los gastos de luz y de mantenimiento en general. Nada de eso se hace ya. Y el deterioro de la ermita es progresivo, y agravado porque recientemente un camión se llevó “media esquina”, aunque ya está arreglada.

Se quiere dignificar y revitalizar la ermita. Con la vía del acuerdo muerta, el alcalde ha decidido hacer una consulta popular y, si mayoritariamente los vecinos y vecinas de Venialbo apoyan que el templo vuelva a ser de todos, le dirán al Obispado “que esa es la voluntad de la gente”.

El regidor deja claro que él no tiene nada contra el párroco y que entiende que, llevando ocho pueblos, no pueda hacer actos en todos. También comprende que no viva en la casa parroquial de Venialbo sino, en este caso, en la de El Piñero. Y alaba el papel del Obispado, “que se ha puesto a favor del pueblo, y está dispuesto a ceder la ermita gratis y a vender la casa parroquial a un precio muy bajo”, resalta. Por ello, si sus convecinos así lo quieren, sostiene que lo mejor es que la cofradía vuelva a encargarse de ella.

Asegura que la quieren en pro de que siga siendo un lugar de culto, “para que cumpla su función como ermita”. Con la casa parroquial, que lleva 10 años sin estar habitada y precisa una restauración, se plantea arreglarla y usarla como centro cultural o, incluso, para alquiler social. Es preferible esto, explica, “que dejarla así y que, en tres o cuatro años, llegue un inversor y haga un negocio privado”. “Yo quiero que sea para todo el mundo, para el pueblo”, agrega.

Las inmatriculaciones de la Iglesia Católica

Según la Real Academia Española, inmatricular es “inscribir por vez primera un bien inmueble en el registro de la propiedad”. La Iglesia ha aprovechado este sistema valiéndose, primero, de la Ley Hipotecaria del franquismo de 1946 y, posteriormente, de la reforma del Reglamento Hipotecario de José María Aznar de 1998. Hasta que, como apuntan desde Europa Laica, “Rajoy, alertado por sentencias judiciales provocadas por este expolio, reformó el 25 de junio de 2015 la Ley Hipotecaria (LH), anulando el privilegio de la Iglesia, pero sin revertir las inmatriculaciones”.

La institución católica aprovechó muy bien esos 17 años (entre 1998 y 2015) ya que, según un estudio presentado por el Ministerio de la Presidencia en 2021, se apropió de más de 35.000 bienes inmuebles en toda España.

Más información

Archivado En