El hundimiento de la mina asturiana en la que murieron dos trabajadores fue “súbito, fortuito e imprevisto”
El Gobierno regional confirma la casualidad del accidente en Vega de Rengos que investigan el Servicio de Minas y la Guardia Civil
Las primeras indagaciones indican que el accidente de la mina asturiana de Vega de Rengos (Cangas del Narcea), en la que el pasado viernes perdieron la vida dos mineros, se debió al hundimiento “súbito, fortuito e imprevisto” del techo de una galería, según ha afirmado este lunes el consejero de Ciencia, Industria y Empleo del Principado, Borja Sánchez, tras la reunión semanal del Consejo de Gobierno.
“A la espera de la toma de declaración a los testigos, puedo avanzarles que todo hace indicar que se produjo un hundimiento súbito del taller de arranque, en una galería de unos 70 metros con una capa ancha, de unos tres metros. El desprendimiento, calculan los técnicos, fue de entre seis y ocho metros del techo, lo suficiente para atrapar a los dos trabajadores”.
Es la primera explicación de la tragedia repetida en la mina asturiana que se salda con la muerte de los mineros Óscar Díaz, de 32 años, y Anilso Soares de Brito, de 42, en un accidente sobre el que el Servicio de Minas del Principado va a llevar a cabo una investigación al margen de la que acometa la Policía Judicial de la Guardia Civil.
El titular de Industria del Gobierno asturiano ratificó que el mismo viernes profesionales del Servicio de Minas accedieron a la zona del derrumbe y el punto de la mina donde se produjo el desprendimiento había sido revisado en la víspera por dos inspectores del Principado. “Estuvieron justamente en la zona en la que ocurriría el accidente, no detectando riesgo alguno ni indicio de lo que iba a ocurrir”, confirmó Borja Sánchez.
El consejero recordó que Tyc Narcea, propietaria de la mina, es objeto de inspecciones cada tres semanas, parte de las cuales no son avisadas. Tiene en vigor un Proyecto de Investigación Complementaria (PIC) que le faculta a extraer 90.000 toneladas de carbón de alta calidad con el objetivo de evaluar su resultado en la fabricación de arrabio. Aunque está lejos de haber agotado ese cupo, los resultados de las pruebas están siendo satisfactorios, en cuanto a que la antracita permite a la siderúrgica sacar adelante su producción reduciendo sus emisiones. Por ese motivo desde el pasado mayo Tyc Narcea está tramitando un permiso de explotación al uso.
“La compañía ha sido objeto de supervisión permanente por parte del Servicio de Minas y estamos hablando de algo completamente diferente a lo ocurrido en Cerredo”, insistió Sánchez. En esa mina murieron cinco trabajadores el pasado 31 de marzo por una explosión de grisú cuando se hacía una extracción no autorizada de carbón, sin respetar tampoco las medidas de seguridad y ventilación prescritas por la normativa. La empresa de Cerredo, Blue Solving, también tenía concedido un PIC, pero no lo tenía activado, limitándose la autorización en vigor a un permiso para retirar chatarra. Otra diferencia entre ambos casos es que en Cerredo el Servicio de Minas llevaba seis meses sin realizar una inspección, mientras que desde ese accidente la vigilancia en Vega de Rengos se redobló. “Tyc Narcea tenía todos los permisos en regla y pasaba inspecciones de forma periódica. Son dos cuestiones totalmente diferentes, con la desgracia de que han coincidido en un espacio temporal muy corto”, añadió el consejero asturiano.
Explotación cerrada
En un comunicado, Tyc Narcea explica que “desde el primer momento, la empresa ha puesto todos sus medios técnicos y humanos a disposición de las administraciones, porque entendemos que, ante una tragedia de esta magnitud, lo esencial es colaborar sin reservas. Nada prepara para la devastación que supone mirar a los ojos a unas familias rotas por el dolor y no encontrar palabras capaces de aliviar, aunque sea mínimamente, su sufrimiento”.
“La propiedad se siente profundamente conmocionada y, a la vez, frustrada. Sabemos que trabajamos bajo los más estrictos niveles de seguridad, sometidos a controles constantes y rodeados de equipos formados por profesionales con una enorme experiencia en el ámbito minero, tanto de la empresa como de la propia Administración. Y, aun así, un giro cruel del destino, un fenómeno natural imposible de anticipar, ha desencadenado lo que jamás debería haber ocurrido. Ese pensamiento pesa enormemente, y no existe consuelo para nadie”.
Además de solidarizarse con las víctimas y sus familias, desde la propiedad de Tyc Narcea señalan que “ahora, lo más importante es permitir que la Administración realice su labor con serenidad, rigor y respeto. Cuando concluya su trabajo, seguiremos con total responsabilidad cada una de las indicaciones que determinen las autoridades competentes”.
La explotación de TyC Narcea permanece cerrada en señal de duelo por los dos trabajadores fallecidos. No está previsto retomar la actividad al menos durante esta semana, pendientes de cómo discurra la investigación para determinar las causas el accidente.
Óscar Díaz, vecino de Cangas del Narcea, y Anilso Soares de Brito, vecino de Villablino, son los nombres de las víctimas del accidente del pasado viernes. Anilso era natural de Cabo Verde y residía en la comarca leonesa de Laciana, origen también de cuatro de los cinco muertos en marzo en Cerredo.