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La cumbre de la extrema derecha europea en Madrid sirve de altavoz a Putin

Un enviado del oligarca ruso Malofeev, próximo al Kremlin, interviene en un acto con partidos ultras de ocho países de la UE

La cumbre celebrada este domingo en Madrid por la Alianza por la Paz y la Libertad (APF), una internacional de partidos europeos a la derecha de las formaciones del español Santiago Abascal (Vox) o la francesa Marine Le Pen (Reagrupamiento Nacional), a quienes tachan de “populistas”, ha servido para difundir la versión rusa de la invasión de Ucrania. En un acto del que ha sido anfitrión el partido español Democracia Nacional, el presidente de la internacional de extrema derecha y líder de la formación italiana Forza Nova, Roberto Fiore, ha asegurado que Moscú se limitó a reaccionar ante una conspiración orquestada por EE UU, la OTAN y la UE frente a la que “tenía derecho a protegerse”. “No se puede decir que la guerra la iniciara Rusia. Militarmente es así, pero desde el punto de vista político y estratégico no”, ha zanjado.

Las partidos situados en el extremo derecho del espacio político de ocho país países de la UE (España, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Rumania, Grecia y Serbia) no solo han justificado la invasión rusa de Ucrania, sino que le han dado altavoz. La intervención que más expectación ha suscitado ha sido la del enviado de la Hermandad de Academistas de Rusia, la única formación participante en la cumbre que no es formalmente un partido. Al contrario que los demás oradores, el ruso -un joven pálido y atildado- ha eludido facilitar su nombre para evitar problemas con el visado, según fuentes de la organización. El líder de su hermandad es el oligarca ruso Konstantin Malofeev, próximo al Kremlin, sancionado por Estados Unidos, la UE y el Reino Unido por prestar apoyo material y económico a los separatistas rusos del Este de Ucrania. Dueño de la cadena de televisión rusa Tsargrad TV, ha financiado la creación de webs que replican propaganda del Kremlin en Europa occidental. Ortodoxo y ultraconservador, ha sido acusado de implicación en el secuestro de niños ucranios en las zonas ocupadas por Rusia y tiene vínculos con lobbies integristas católicos, como Hazte Oír.

Malofeev fue el anfitrión de la reunión que los partidos de la APF celebraron en San Petesburgo entre el 12 y el 14 del pasado mes de septiembre, a la que asistieron, por parte española, el vicepresidente y responsable de Relaciones Internacionales de Democracia Nacional, Gonzalo Martín, y el jefe nacional de La Falange, Manuel Andrino, entre otros. El evento contó con el beneplácito de las autoridades rusas, que le cedieron un escenario de lujo, el Palacio Mariinski, actual sede de la Asamblea Legislativa de San Petesburgo, y concluyó con una marcha por el centro de la antigua capital imperial. A la reunión acudió como invitado Alexandr Dugin, filósofo de cabecera de Putin y teórico del neoimperialismo ruso, cuya hija fue asesinada en agosto de 2022, seis meses después de la invasión de Ucrania.

Algunas de las ideas de Dugin sobre Eurasia han sido repetidas este domingo en Madrid por representantes de la extrema derecha europea. Fiore ha defendido que Europa incluye a la Rusia “blanca y ortodoxa” y que sus límites se extienden hasta el Estrecho de Bering, que separa Siberia de Alaska, y no acaba en los Urales: o que Moscú es “la tercera Roma”, capital de la cristiandad, tras Roma y Constantinopla. Para el exeurodiputado italiano, el enemigo no es Putin, sino aquellos que “quieren arrastrar a Europa a la destrucción a través de una guerra con Rusia”. “Nosotros estamos del lado de quienes defienden los valores cristianos, no de los globalistas”, ha proclamado el español Gonzalo Martín, metiendo en esta última categoría a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Aunque todos los oradores se han alineado con las tesis de Rusia, incluido Nick Griffin, expresidente del Partido Nacional Británico, uno de los más explícitos ha sido el representante del partido ultranacionalista serbio, Goran Davidovich. Este ha sustituido a última hora al líder de su formación, Misa Vasic, que ha alegado problemas de salud a pesar de que informó el sábado a través de las redes sociales de la llegada de la delegación serbia a Madrid. Vasic presume de haber sido condecorado por el Ejército ruso en la provincia ocupada de Donetsk y ha sido sancionado por EE UU por colaborar en el referéndum ilegal para anexionar las repúblicas separatistas ucranias a Rusia.

Al contrario que otros partidos de ultraderecha que se sientan en las instituciones, como el español Vox, los socios de la APF han hecho gala de su antisemitismo, situando a magnates de origen judío como George Soros en el Deep State, el Estado profundo que maneja el mundo desde la sombra. Para justificar su ruptura con los nacionalistas ucranios que defienden su país de la invasión rusa, Fiore ha asegurado que antes de empezar la guerra les reprochó que aceptaran hacer caja con “dinero sionista para usarlo contra Rusia”.

La internacional de extrema derecha tuvo representación en el Parlamento europeo hasta que el auge de los que ellos llaman partidos populistas les dejó, a partir de 2019, sin espacio político. Una de las formaciones más fuertes del grupo era la griega Aurora Dorada, que en 2020 fue ilegalizada y declarada banda criminal por los tribunales griegos debido a su implicación en acciones violentas. Zois Bechlis, representante de K21, partido heredero de Aurora Dorada, ha pedido en Madrid la liberación de sus líderes, que siguen en prisión. Atenas será precisamente escenario de la próxima cumbre de la APF, que a principios de año se reunirá también en Roma.

Por su parte, el presidente de Democracia Nacional, Pedro Chaparro, anfitrión del encuentro, ha asegurado que su partido mantiene una línea “aperturista” hacia otras formaciones de ultraderecha, como Falange o Núcleo Nacional, con las que se ha mostrado seguro de que “va a haber confluencia en el futuro”. Como sus homólogas europeas, Democracia Nacional quedó laminada por el auge de Vox. La última vez que se presentó a las elecciones, dentro de la coalición ADÑ, en las europeas de 2019, obtuvo 11.700 votos en toda España, mientras que en las generales de 2023, Falange en solitario sacó 4.700. Ahora, estas fuerzas confían en renacer de sus cenizas aprovechando la ebullición en que ha entrado ese espacio político a partir de las concentraciones ante la sede federal del PSOE en la calle Ferraz, en noviembre de 2023, que tanto Vox como el PP quisieron capitalizar sin responsabilizarse de sus consecuencias.

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