El Rey llama al espíritu de concordia y diálogo de la Transición en tiempos de “desacuerdo y crispación”
Felipe VI recuerda el papel de Juan Carlos I, gran ausente de los actos por el 50º aniversario de la monarquía parlamentaria, en la construcción de la democracia
La palabra frente al grito, el respeto frente al desprecio, el acuerdo frente a la imposición. En un momento en el que el país está sumido en una gran polarización política, social e institucional, Felipe VI hace un llamamiento al diálogo y la concordia. En el acto institucional por el 50º aniversario de la monarquía parlamentaria que se celebra este viernes en el Palacio Real, el Rey ha recurrido en su discurso a los valores que en 1975 catalizaron el paso de la dictadura del general Francisco Franco a una democracia liberal; y ha reconocido también el papel que tuvo su padre, Juan Carlos I ―el gran ausente en la celebración por decisión de La Zarzuela―. “[El rey emérito] Contribuyó decisivamente a abrir en nuestro país el camino hacia la democracia”, ha remarcado el actual jefe del Estado, que rara vez se refiere a su padre en público, especialmente desde que sus escándalos sentimentales y financieros le llevaron a tomar la decisión de autoexiliarse en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) en verano de 2020.
La ausencia del que lideró la Corona durante 39 años ya había marcado el bajo perfil del acto, que se ha limitado a la entrega del Toisón de Oro ―máxima distinción de la Corona― a la reina Sofía, al expresidente del Gobierno Felipe González y a los dos padres de la Constitución aún con vida, Miguel Herrero Rodríguez de Miñón y Miquel Roca. Felipe VI ha dejado, sin embargo, para mañana ―día oficial de la efeméride― el encuentro con su padre, su madre y sus hermanas, las infantas Elena y Cristina. Una reunión familiar que se traducirá en un almuerzo “estrictamente privado” en El Pardo, dicen el La Zarzuela, algo que no se producía desde 2023, cuando toda la familia del Rey celebró la mayoría de edad de la heredera, día en el que también Leonor de Borbón, llamada a capitanear la jefatura del Estado, juró la Constitución. Esta vez cada actividad, pública o privada, está envuelta además por la resaca de la publicación de Reconciliación (Stock, 2025), las polémicas memorias del rey emérito publicadas a principios de mes en Francia y que verán la luz en España en un par de semanas.
El clima político actual también ha contribuido a enrarecer una celebración que de por sí se concibió “compleja”, según fuentes de La Zarzuela, por la ausencia de Juan Carlos I. El todavía fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, uno de los cargos invitados a este tipo de actos ―como la presidencia del Congreso, del Senado, del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial―, comunicó anoche a La Zarzuela su ausencia en el acto debido al fallo condenatorio del Tribunal Supremo, aún sin sentencia redactada, en el marco del caso de Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ausente también en el Palacio Real.
Otros ausentes en el acto han sido el lehendakari, Imanol Pradales; la presidenta navarra, María Chivite; el presidente valenciano en funciones, Carlos Mazón; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; y la presidenta extremeña en funciones, María Guardiola. Por parte del Gobierno han asistido, además del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, los ministros de Defensa, Margarita Robles; de Justicia, Félix Bolaños; la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; de Interior, Fernando Grande-Marlaska; de Política Territorial y Memoria histórica, Ángel Víctor Torres; y de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. Alberto Núñez Feijóo también ha acudido como líder de la oposición así como los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy.
En un solemne discurso pronunciado en el salón del Trono y cargado de críticas al ambiente político actual, Felipe VI ha reconocido también que “la Transición no fue perfecta”. “Fue un proceso paulatino, incierto, con riesgos y abierto en sus resultados, en el que cada paso estuvo precedido por conversaciones, pactos y concesiones (...), solo fue posible porque se sostuvo sobre una base firme: el respeto mutuo (...). Fue un gesto político revolucionario”, ha dicho el monarca, vestido de civil y acicalado tan solo con la insignia de la orden del Toisón que recibió de manos de su padre en 1981, cuando tan solo tenía 13 años. El Rey ha querido que el de este viernes sea un homenaje “a una generación que supo anteponer el diálogo al enfrentamiento”.
“En tiempos en los que el desacuerdo se expresa con crispación, mirar hacia ese periodo [los años 70 y 80 del siglo pasado] puede servirnos”, ha dicho el jefe del Estado ante un centenar de personalidades, muchos de ellos protagonistas en primera persona de aquel proceso, matizando también que tampoco hay que idealizar todo aquel periodo.
Poco antes de las 10.30 de la mañana, y bajo el frío sol de invierno de Madrid, entraban los Reyes en coche por la plaza de la Armería al Palacio Real seguidos de la princesa Leonor y la infanta Sofía. En el interior les esperaban ya los dos padres de la Constitución, el expresidente del Gobierno y la reina emérita, para la que Felipe VI ha tenido palabras de cariño al cierre del acto: “[Ha tenido] una vida entera de servicio ejemplar y de lealtad a España y a la Corona, apoyando con convicción al rey Juan Carlos en su acertada y temprana apuesta por la apertura democrática y las libertades. Gracias por tu compromiso sostenido durante décadas ─todavía hoy─ y ejercido con un profundo sentido del deber", ha remarcado Felipe VI. “Se ha ganado para siempre el respeto y afecto del pueblo español”, ha añadido Felipe González.
Del expresidente del Gobierno y antiguo líder del PSOE, Felioe VI ha valorado que “consolidó la alternancia política”. González, además, firmó el tratado de adhesión de España a la Comunidad Europea, un hito que Felipe VI recuerda, y valora, en sus alocuciones, así como la entrada ―en su momento polémica― de España en la OTAN y la proyección exterior, especialmente a Iberoamérica. Fue “una de las mayores etapas de modernización económica, institucional y social del país”. González ha admitido, emocionado, que el día de la entrada en el club comunitario fue de los días “más relevantes” de toda su carrera.
De los padres de la Constitución, Felipe VI ha valorado su “capacidad de diálogo y voluntad de acuerdo” porque supieron convertir la “necesidad de consenso” en una “guía eficaz” para construir un marco de libertades. “Pudo más la voluntad de hacer lo posible que acomodarnos e inventariar las dificultades”, ha lanzado Roca.
Según una reciente encuesta de 40dB. para EL PAÍS, casi una cuarta parte de los jóvenes de entre 18 y 28 años cree que ahora puede ser preferible un sistema no democrático. El acto de este viernes se celebra precisamente un día después del 20-N, el aniversario de la muerte de Franco, y el Rey ha querido dirigirse también a ellos. “Quizás las generaciones que han nacido en una democracia consolidada no lleguen a hacerse una idea de todo lo que implicó dar forma a aquella convivencia, dar cauce a aquel deseo de libertad ‘sin ira’ ―un guiño al conocido himno, símbolo de la Transición― y de formar parte de la Europa democrática”, ha dicho Felipe VI. A lo largo de su discurso, ha ensalzado el papel de la Corona como vertebradora de la estabilidad en tiempos convulsos -con el “vil azote de la violencia terrorista y extremista”, en referencia a ETA y al yihadismo- y ha afirmado que supo acompañar un proyecto de país “de todos y para todos”.