Sin Junts para negociar, se bloquean las puertas de la legislatura
El PP simula la escenografía de Sánchez ante la justicia y da por hecho que el presidente mentirá en el Senado y cometerá un delito
No será esta una semana más en la agitada vida política del jefe del Gobierno. La decisión de la cúpula de Junts de este lunes sobre si rompe definitivamente con el Gobierno español, a la que seguirá un referéndum a sus afiliados, inquieta al Ejecutivo. Lo probable es que se proponga la rupt...
No será esta una semana más en la agitada vida política del jefe del Gobierno. La decisión de la cúpula de Junts de este lunes sobre si rompe definitivamente con el Gobierno español, a la que seguirá un referéndum a sus afiliados, inquieta al Ejecutivo. Lo probable es que se proponga la ruptura definitiva. Aunque lo habitual en los independentistas del partido de Carles Puigdemont es que apenas apoyen los proyectos esenciales de la coalición, sí hay diferencias entre mantener abierta la puerta a la negociación, día a día, a que se cierre definitivamente. Si eso ocurre, aunque sea por los problemas y zozobra interna de Puigdemont, acosado por Aliança catalana y con la orden de detención vigente, los asideros de Sánchez para mantener la legislatura se aflojan hasta casi la extinción. Rota la expectativa de negociar, “el Gobierno está desnudo”, reconocen interlocutores de distintas formaciones, con evidente disgusto, a excepción del PP.
El debate sobre si apoyar o no al Gobierno español es permanente en la formación independentista desde las elecciones del 23 de julio en la que sí salió el apoyo a Sánchez pero solo para la investidura. Ahora recuerdan que se fueron del Ejecutivo que presidía ERC, tras poner en marcha el mismo procedimiento que ahora proponen: consulta a la militancia. Quienes no son partidarios de romper definitivamente con el Gobierno apuntan a que Junts se quedará “en punto muerto”, al descartar, una moción de censura con el PP, según previsiones iniciales. Ellos sin horizonte; el Gobierno de coalición, también.
Por si fuera poco, el posible golpe definitivo de Junts, la comparecencia de Pedro Sánchez en el Senado en la llamada comisión Koldo marcará el ecuador de la legislatura. El PP, sin ambages, preconiza que Pedro Sánchez acabará ante los tribunales. Y si no ocurre, por el momento, no existen datos objetivos que avalen esta tesis, el PP propagará que ocurrirá.
A lo largo de este año los dirigentes del PP han colocado en sus discursos al presidente del Gobierno ante la Justicia como conclusión de todos los asuntos que sí están bajo investigación judicial. Los casos Ábalos, Koldo y Cerdán; la investigación a su esposa, Begoña Gómez y a su hermano, David Sánchez, dan apoyatura al primer partido de la oposición para defender esta tesis y situar al jefe de gobierno ante los jueces. El jueves 30 de octubre, el presidente se someterá al interrogatorio del PP en el Senado en la comisión de investigación sobre la presunta corrupción del PSOE. Esa comisión fue creada, hace casi año y medio, con el objetivo de que Sánchez compareciera en el momento que la dirección popular estimara que era el más adecuado para sus intereses políticos. Ya ha llegado.
“Será un tercer grado”, apuntan en el PP, en referencia coloquial al interrogatorio exhaustivo que le espera a Sánchez. “Si miente irá al Juzgado y si dice la verdad, también”, ha sentenciado Alberto Núñez Feijóo.
El día antes de que el PP siente a Sánchez en el Senado, el jefe de la oposición tendrá ocasión de reiterar sus vaticinios judiciales sobre el presidente en la sesión de control del Congreso. “¿Va a decir la verdad?”. Este es el escueto enunciado que ha registrado Feijóo en el turno de preguntas en el Pleno.
Que Sánchez “lo sabía todo” es un juicio que el PP estableció desde que saltaron los presuntos delitos de sus colaboradores. Si era conocedor de delitos, él también es culpable; es más; él es el “jefe de la trama”, se reitera desde las tribunas parlamentarias, donde la inmunidad y la jurisprudencia constitucional y del Tribunal Supremo permite acusar de delitos sin pruebas.
Aunque interlocutores del mundo jurídico no ven base alguna para concluir en que Sánchez será investigado judicialmente, en el PSOE son conscientes de que el PP ya ha tomado el camino de señalar a Sánchez como el presidente que será llamado a declarar por presuntos delitos. En la democracia española los presidentes Felipe González, PSOE, primero, y, después Mariano Rajoy, PP, declararon como testigos en el Tribunal Supremo en el curso de investigaciones judiciales a sus respectivos partidos.
“Si miente irá al Juzgado, y si dice la verdad también”, ha apuntado Feijóo, que no ve “escapatoria”. Hasta ahora, el PP solo había contemplado que el presidente iba a mentir en la comisión; de ahí que le imputara de antemano el delito que conlleva no decir la verdad en una comisión de investigación parlamentaria. Ahora, añade que si confiesa que ha cometido delitos del brazo de Ábalos, Koldo y Cerdán, pues el camino hacia los tribunales es el mismo. En el relato procedimental, el PP o cualquier grupo parlamentario debe dar cuenta a la Fiscalía si tiene conciencia o base para afirmar que de lo declarado en la comisión parlamentaria se deducen indicios de ilícitos penales.
Los populares han dado suficientes pistas, además de las muy explícitas de las últimas horas para que Pedro Sánchez prepare con esmero sus respuestas a las preguntas que le van a formular los senadores. El presidente del Gobierno solo tendrá el bálsamo de los suyos, los socialistas; el resto hará un interrogatorio exigente. El PP no dudará en partir de la presunción de culpabilidad.