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La crisis del cribado de cáncer de mama en Andalucía trastoca la estrategia electoral de Moreno Bonilla

El PP quiere evitar dar alas a la oposición, pero es consciente de la dificultad tras la polémica: “Se trata de rebatir testimonios de mujeres que han padecido un cáncer”

Esta era la semana que el Gobierno andaluz de Juan Manuel Moreno había diseñado para poner en valor el talante moderado de su presidente y su gestión pragmática enfocada a las clases medias y alejadas de la hipérbole que rezuma la política en Madrid: ...

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Esta era la semana que el Gobierno andaluz de Juan Manuel Moreno había diseñado para poner en valor el talante moderado de su presidente y su gestión pragmática enfocada a las clases medias y alejadas de la hipérbole que rezuma la política en Madrid: las rebajas fiscales enfocadas a dueños de mascotas, usuarios de gimnasios, inquilinos menores de 35 y mayores de 65, padres y madres; el libro del dirigente popular Manual de convivencia: la vía andaluza, sobre esa tercera vía que explota el PP regional y que enfatiza el diálogo y la buenas formas en un contexto de polarización; o incluso el Consejo de Gobierno que se celebró este miércoles en las Atarazanas de Sevilla para demostrar la que considera eficacia en el ámbito cultural. Pero el escándalo en los retrasos en la información de los diagnósticos de los cribados de cáncer de mama ha obligado al barón popular a cambiar el paso de manera abrupta y a tener que meter los pies en la gestión de la sanidad pública, donde las arenas para él y su partido son muy movedizas .

En sus últimas comparecencias públicas Moreno se ha visto obligado a pedir perdón por los fallos en el protocolo de comunicación e incluso a enmendar, este mismo viernes, a su consejera de Salud, que sostuvo que las mujeres que habían denunciado la angustia que les había supuesto no saber si padecen cáncer eran “alarmistas”. “Les digo a todas esas mujeres que evidentemente tienen esa enorme inquietud y ese sufrimiento que cuentan, con el cariño y con el respaldo del Gobierno andaluz”, dijo desde el Foro La Toja Vínculo Atlántico. En plena precampaña electoral apenas ha podido hablar de su séptima rebaja fiscal, ni de su vía andaluza. Todo lo contrario, se ha visto obligado a dar explicaciones sobre la gestión sanitaria, uno de los asuntos que más desgasta al PP, tal y como la formación ha identificado en sus encuestas, y al que se aferra la oposición para resquebrajar su mayoría absoluta.

Tanto en Gobierno de la Junta como en el PP andaluz tratan de minimizar las consecuencias de lo que, en privado, reconocen como una de las “peores crisis” de los últimos años. Con el problema añadido de que en este caso no se trata de confrontar con la oposición por las listas de espera o el abuso de los contratos de emergencia que están siendo investigados en los tribunales. “Se trata de rebatir el testimonio de mujeres que han padecido un cáncer”, precisan fuentes cercanas al Ejecutivo andaluz. Por eso Moreno no ha querido perder ni un minuto y ha tratado de contrarrestar el reproche social y político anunciando medidas inmediatas. Un plan de choque, que incluye medidas que la consejera de Salud ha ido desgranando estos últimos días, pero que se han topado con su frialdad en las formas —que también han cuestionado las mujeres de Amama, la asociación que desveló el escándalo, que se reunieron con ella el pasado jueves para abordar los problemas con el cribado de cáncer de mama—, y que le han puesto sordina a la contundencia con la que el presidente andaluz quiere atajar este asunto.

Cada vez que la Junta tiene un problema, suele acudir a la puesta en marcha de un plan de choque. Pasó con el plan de choque para la atención primaria, para las listas de espera, para la vivienda y ahora otro para atajar esta crisis que supone un cambio en los protocolos de comunicación a las mujeres con diagnósticos dudosos, de manera que en lugar de esperar a que el radiólogo decida que tiene que hacerse otra prueba —“para no introducir un elemento de ansiedad”, según Moreno— se les informará de inmediato de que su diagnóstico no es concluyente; pero también implica la realización de una auditoría para detectar dónde se han producido los problemas.

Las fuentes cercanas al Gobierno de la Junta consultadas insisten en que el asunto del cribado del cáncer de mama se ha “sacado fuera de contexto”. “Es una gran mentira y una tergiversación interesada por parte de la oposición”, sostienen. Los interlocutores hablan desde la tranquilidad de que, alegan, la crisis se han derivado de un problema “en el protocolo informativo, no en el clínico”. Por eso, aparentemente, tampoco les preocupa que desde la asociación Amama puedan presentar una denuncia, como avanzó su abogado. “Están en su derecho, pero el sistema de cribados funciona”, sostienen.

La estrategia es presentar este asunto como una forma de reforzar un sistema, el cribado de cáncer de mama, que ya se había mejorado con el Gobierno del PP y de poner en valor otros programas de prevención impulsados por la Junta desde que está Moreno, como la ampliación del cribado de cáncer de colón o la puesta en marcha del del cuello de útero. Este mismo viernes deslizaba esa idea el propio presidente andaluz: “Lamentablemente, lo sucedido nos va a servir para mejorar y perfeccionar el cribado de cáncer de mama y otros cribados”. En esta línea se enmarca el anuncio lanzado esta semana por la Consejería de Salud de que se ampliará este programa de prevención a las mujeres de entre 41 y 75 años (ahora está entre 45 y 71), una medida que entraba dentro de la estrategia del Gobierno andaluz, pero que se ha vuelto a recordar coincidiendo con la crisis por los fallos en la comunicación del diagnóstico.

“La consejera no se va a ir”

Consciente también de que todas las voces críticas reclaman dimisiones, Moreno no ha descartado depurar responsabilidades y ha citado entre los altos cargos que podrían estar bajo el punto de mira a la propia consejera, Rocío Hernández. No es la primera vez que pone su puesto en el disparadero, ya lo hizo a finales de verano pasado cuando se comprometió a cesarla ante las madres con hijos que requieren de cuidados paliativos pediátricos. Hernández no se plantea dimitir por este escándalo, tal y como aseguró este viernes en Granada —eso “sería lo fácil”, dijo— y tampoco lo hace el presidente, menos en año electoral, con dos consejeros que han pasado por ese puesto en siete años y con sus tres gerentes del SAS investigados por prevaricación. En el Ejecutivo andaluz son conscientes de su aparente frialdad —“puede parecer seca o siesa”, reconocen— y saben que en la entrevista con Àngels Barceló para hablar sobre los retrasos en la comunicación de los cribados, “no estuvo afortunada” —“estaba tensa”, justifican las fuentes del PP—, pero están contentos con su gestión. “La consejera no se va a ir, es una buena gestora”, inciden.

En el PP andaluz defienden la “transparencia” con la que ha actuado el Gobierno de la Junta y confían, igual que en el Ejecutivo autónomo, en que la polémica irá amainando y que el Congreso regional previsto para la principios de noviembre será un buen escaparate para revitalizar los mensajes fuerza de centralidad y moderación. “Estamos muy seguros en lo que estamos haciendo, vamos a seguir trabajando en la misma senda”, insiste un alto dirigente de los populares andaluces que niega que este escándalo les haya cambiado el paso en su estrategia.

La oposición, sin embargo, que lleva toda esta legislatura tratando de horadar la mayoría absoluta de la que goza Moreno centrando los ataques en la gestión de la sanidad, ha visto en los fallos de los cribados del cáncer de mama la vía más clara para abrir una grieta y poner en evidencia el deterioro del sistema andaluz de salud. Al PSOE le permite reforzar la idea central de que todos servicios públicos están en peligro con el PP de Moreno y confrontar modelos y formas de gestionar. “Si esto ha colapsado, no es un problema de un programa es que el Gobierno andaluz del PP ha hecho insostenible el sistema sanitario público”, ha dicho este viernes la vicepresidenta primera del Gobierno y candidata de los socialistas a la Junta, María Jesús Montero, que, como ha recordado, no habla solo como política o consejera andaluza de Salud, sino como médica de profesión.

El PSOE andaluz se ha sumado a las iniciativas de Por Andalucía y Adelante Andalucía de pedir una comisión de investigación que analice los errores en el programa de cribado de cáncer de mama y han responsabilizado de buena parte de los problemas a la privatización del Gobierno de la Junta y los conciertos por los que se derivan pruebas diagnósticas a hospitales privados. “La confianza cuesta muchísimo tenerla y se pierde en un día. Y esto pasa en la vida y en la política”, ha advertido el portavoz parlamentario de Adelante, José Ignacio García.

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