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El PP de Madrid fuerza a Feijóo a reabrir el debate del aborto que evitó en su congreso

Génova enmienda su estrategia y avala que se informe a las mujeres de un supuesto síndrome posaborto no avalado por la comunidad científica

“En ningún lugar donde gobierne el PP se puede coaccionar a una mujer durante su embarazo”, sentenció Alberto Núñez Feijóo en enero de 2023. “Ningún médico, y mucho menos un político, puede interferir en este contexto”, incidió en una entrevista en Telemadrid. El líder del PP respondía con esas palabras a la polémica de alcance nacional que Vox había provocado entonces al PP en Castilla y León,...

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“En ningún lugar donde gobierne el PP se puede coaccionar a una mujer durante su embarazo”, sentenció Alberto Núñez Feijóo en enero de 2023. “Ningún médico, y mucho menos un político, puede interferir en este contexto”, incidió en una entrevista en Telemadrid. El líder del PP respondía con esas palabras a la polémica de alcance nacional que Vox había provocado entonces al PP en Castilla y León, cuando forzó a los populares a obligar a las mujeres que querían abortar a escuchar antes el latido del feto. El PP castellanoleonés terminó dando marcha atrás por el revuelo, pero también forzado por Génova, que no quería pisar charcos en un terreno tan delicado como el aborto, históricamente divisivo para el PP. Sin embargo, ahora, dos años después, la dirección nacional ha avalado otra iniciativa que los ultras han colado al PP en el Ayuntamiento de Madrid sobre un supuesto síndrome posaborto no avalado por la comunidad científica. El PP de Madrid ha obligado a Feijóo a reabrir el debate del aborto, que había sorteado con éxito hace solo dos meses en el congreso que le reeligió como líder.

La dirección nacional del PP avaló este miércoles la decisión del PP del Ayuntamiento de Madrid de aprobar una propuesta de Vox para que sea obligatorio informar a las mujeres que quieren abortar de las consecuencias de un supuesto síndrome tras el aborto. Según Vox, autor de la iniciativa, la interrupción voluntaria del embarazo puede causar a las mujeres, entre otros efectos, un trauma que conlleva “depresión, un profundo sentimiento de culpa, aislamiento, alcoholismo, anorexia y bulimia”. El supuesto síndrome no está recogido como tal en los dos catálogos de clasificación de trastornos mentales de referencia: el DSM-5, más usado en Estados Unidos, o el CIE-11, en Europa.

Pese a que el PP de Feijóo dejó fuera el aborto de la ponencia ideológica del congreso, Génova ha optado por respaldar ahora al PP de José Luis Martínez-Almeida, con el argumento de que “la información nunca es un problema”, según defendió ayer la portavoz parlamentaria, Ester Muñoz.

Para los expertos y la oposición en Madrid, informar obligatoriamente a las mujeres de un supuesto síndrome no avalado por la ciencia es en realidad una medida “ideológica” y antiabortista que busca coaccionar a las mujeres que quieran abortar.

La estrategia de la cúpula popular avalando esta iniciativa de los ultras se aparta de la que había sido hasta ahora la línea del PP de Feijóo. Después de que el líder del PP asumiera en febrero de 2023 la ley de plazos del aborto, no sin revuelo interno, Génova decidió soslayar este espinoso asunto en la ponencia ideológica que se aprobó en el congreso del pasado mes de julio.

Ese texto, el ideario vigente del PP aprobado por todo el partido, ni siquiera menciona la interrupción voluntaria del embarazo. Tras la sentencia del Tribunal Constitucional que avaló la ley de plazos, Feijóo dijo públicamente que respetaría la norma vigente, y aceptó, por tanto, que el aborto es un derecho (aunque “no un derecho fundamental”, defendió).

Fuentes del equipo directo del líder popular aseguran que la postura del PP “es clara” y “no ha cambiado”, pero defienden que es compatible con lo que ha defendido la portavoz parlamentaria, Ester Muñoz, “que no le incomoda que se dé información” sobre ese supuesto trauma después de abortar. “Nuestra postura con la ley de plazos es conocida y no ha cambiado”, remachan estas fuentes, tratando de zanjar el asunto.

En el partido no queda claro por qué el PP madrileño ha reabierto un melón sin tener una necesidad política, ya que los populares cuentan con mayoría absoluta en el Ayuntamiento de la capital y no necesitan los votos de Vox. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, justificó este miércoles la decisión, que ha desconcertado a sectores del PP. “Yo no tengo por qué compartir el discurso que hizo ayer Vox y, de hecho, hay muchas partes de ese discurso que no comparto”, dijo desde Málaga, aunque insistió en que el PP sí defiende que las mujeres reciban información “cuando se tiene que tomar una decisión tan complicada y tan difícil”. En el entorno del regidor inciden en que el movimiento no ha estado condicionado por Vox, un partido con el que tiene muchas discrepancias en el Ayuntamiento, ni tampoco por la izquierda, sino que es lo que piensa que es mejor para las mujeres.

Los populares pactaron una enmienda transaccional con Vox en el Ayuntamiento que dice lo siguiente, según el texto al que ha accedido EL PAÍS: “Que el Ayuntamiento de Madrid, a través de las diferentes Áreas implicadas, y previamente estudiado por los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Madrid, proporcionen información a las mujeres sobre el trauma posaborto en la ciudad de Madrid. La información será de manera verbal y escrita y estará de manera permanente y visible en los Centros Municipales de Madrid Salud, Espacios de Igualdad (futuros Centros de Atención Integrales a la Mujer CIAM), Samur Social y Centros de Servicios Sociales. Dicha información estará incluida en las páginas web oficiales, cartelería y folletos informativos de los recursos mencionados”.

La iniciativa del PP madrileño ha provocado desconcierto y malestar en algunos sectores del partido. Génova había definido como prioritaria la pelea por el voto femenino después del problema que ha provocado al Gobierno progresista el fallo de las pulseras antimaltrato. El PP consiguió la semana pasada la reprobación en el Congreso de la ministra de Igualdad, Ana Redondo y, después de abrirle una vía de agua al PSOE por este asunto, ha pisado una cáscara de plátano con el aborto.

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