El año de Feijóo: de la presión de Vox a la normalización de Junts

La dana y la ruptura de los Gobiernos autonómicos con los ultras marcan en la derecha un 2024 de pocos acuerdos

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.Claudio Álvarez

El 3 de enero de este año, el PP registró en el Congreso una propuesta que planteaba la disolución de los partidos que promuevan declaraciones de independencia o un referéndum ilegal, una iniciativa que ponía sobre la mesa el debate sobre la ilegalización de Junts. El año acaba, en cambio, con Alberto Núñez Feijóo defendiendo sus acuerdos parlamentarios con Junts, al que el PP ha terminado normalizado como interlocut...

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El 3 de enero de este año, el PP registró en el Congreso una propuesta que planteaba la disolución de los partidos que promuevan declaraciones de independencia o un referéndum ilegal, una iniciativa que ponía sobre la mesa el debate sobre la ilegalización de Junts. El año acaba, en cambio, con Alberto Núñez Feijóo defendiendo sus acuerdos parlamentarios con Junts, al que el PP ha terminado normalizado como interlocutor pese a defender, al mismo tiempo, que su líder, Carles Puigdemont, es un “prófugo de la justicia” y debería ser detenido. La metamorfosis casi completa de los populares en su relación con los independentistas catalanes es uno de los elementos más significativos del intenso año del PP, marcado también por la competición con Vox y la oposición sin cuartel contra Pedro Sánchez.

Junts: la interlocución que estira las costuras del PP. Medio año le consumió al PP la ofensiva contra la ley de amnistía para los independentistas catalanes, contra la que organizó media docena de manifestaciones en las que se coreaba ¡Puigdemont, a prisión! A principios de 2024, Feijóo llegó a relacionar al procés con el terrorismo y, aunque terminó metiendo en un cajón la propuesta de disolución de partidos, muy criticada, también recurrió la amnistía ante el Tribunal Constitucional. En febrero, durante la campaña para las elecciones gallegas, el PP dio señales de lo que estaba por venir. El partido se mostró abierto a estudiar un indulto condicionado a Puigdemont en un plan de “reconciliación” para Cataluña y admitió que había estudiado “24 horas” la ley de amnistía, según relató una alta fuente del PP a 16 periodistas en una conversación on background, es decir, en la que no se podía citar la fuente.

Tras la entrada en vigor y la aplicación de la medida de gracia (salvo a Puigdemont), el PP retomó la interlocución con Junts. Este diciembre, los populares se han aliado con los independentistas para tumbar el impuesto a las eléctricas. Tras los recelos de Isabel Díaz Ayuso y de otros sectores del PP, el líder popular ha llamado hace unos días a detener a Puigdemont. En 2025 los populares seguirán buscando pactos con Junts, y se inclinan por apoyar su proposición para instar a Pedro Sánchez a que se someta a una cuestión de confianza.

Vox aprieta y contamina. La extrema derecha es un rival correoso para Feijóo. Vox ha vuelto a coger fuelle en las encuestas a escala nacional después de romper los cinco Gobiernos autonómicos que compartía con los populares (Castilla y León, Extremadura, Murcia, Comunidad Valenciana y Aragón). Ahora amenaza, además, con tumbar los Presupuestos de las seis autonomías (junto con Baleares) de las que tiene la llave. La decisión de los ultras aboca a los Ejecutivos regionales del PP a la inestabilidad, y está por ver si también a elecciones. Vox argumentó su ruptura con el PP en el rechazo a que las comunidades gobernadas por los populares aceptaran el reparto voluntario de los menores migrantes en Canarias y, en consecuencia, el PP endureció su discurso. Feijóo ha vinculado la inmigración con la delincuencia y el PP ha defendido desplegar al Ejército en las costas africanas para contener las salidas de pateras.

Además del discurso, los ultras han contaminado también la acción política del PP, forzando la derogación de las leyes de memoria autonómicas en los Gobiernos que compartían, como en Aragón y la Comunidad Valenciana. Tras la ruptura, Castilla y León y Extremadura han dejado sin efecto esos planes.

La dana gripa el motor electoral valenciano. La gota fría en Valencia ha impactado de lleno en las expectativas electorales del PP en la cuarta comunidad más poblada de España, y ha agrietado la ya tensa relación entre Feijóo y el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, muy tocado por la crisis. Tras divergir en las estrategias ante la catástrofe, el líder del PP pactó con Mazón que este abriera la puerta a no presentarse a la reelección para preservar el motor electoral valenciano. Génova vigila sus movimientos y aguarda, pero tiene por delante la compleja maniobra de tratar de sustituirlo como próximo cartel electoral.

Escasísimos acuerdos y con mediación europea. Tras cinco años de bloqueo, el PP aceptó este mes de junio renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con mediación de la Comisión Europea. Los populares solo han pactado con el Gobierno una mínima reforma constitucional para sustituir el término disminuidos por el de discapacitados. El pacto para aliviar la situación de colapso de Canarias con la llegada de inmigrantes está todavía empantanado.

Grietas entre los barones populares por la financiación. Feijóo organizó una cumbre de barones a la vuelta del verano para consensuar una posición común ante la posible reforma del sistema de financiación autonómica. En el cónclave, la presidenta de la Comunidad de Madrid arrastró al resto a no aceptar negociaciones bilaterales con el Gobierno de Pedro Sánchez, y después ha llevado al PP a aceptar solo una quita de la deuda para la Comunidad Valenciana. En enero se celebrará un Consejo de Política Fiscal y Financiera en el que volverá a discutirse la financiación, con los barones populares en diferentes posiciones.

Las propuestas: la jornada de cuatro días que enfadó a la patronal. Los populares han planteado unas pocas iniciativas políticas: la más importante es la propuesta de concentrar la jornada laboral en cuatro días, una medida que terminaron diluyendo tras las críticas de los empresarios y el PP de Ayuso. El PP también ha planteado que las primeras seis semanas de permiso por paternidad y maternidad no sean simultáneas y presentará una ley de Vivienda a principios de 2025.

Ayuso afronta la investigación fiscal a su novio. La presidenta de la Comunidad de Madrid sigue acaparando los focos en la derecha, pero este año, además de diferenciarse ideológicamente de Feijóo, ha tenido que afrontar la investigación por fraude fiscal a su pareja. Pese a centrar sus esfuerzos en la defensa de González Amador, Ayuso ha tenido tiempo también de plantar a Sánchez en La Moncloa y de citar a su esposa, Begoña Gómez, en la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid, desafiando el criterio de Génova con ambos asuntos.

Estrategias fallidas y victorias electorales. El PP sufrió goles en propia puerta con estrategias que no salieron bien, como la querella por financiación irregular contra el PSOE, archivada; o el veto a Teresa Ribera en Europa, que sin embargo se convirtió en vicepresidenta de la Comisión Europea. Los populares sufrieron también con el error del voto a favor de la reforma que permite excarcelar a algunos presos de ETA. En cambio, el PP se ha anotado victorias electorales como la de las europeas y las gallegas, donde revalidó la mayoría absoluta. En Cataluña y Euskadi el PP creció discretamente.

La oposición sin cuartel a Sánchez que continuará en 2025. El PP ha desplegado una estrategia de ruido y furia contra el Gobierno progresista, primero contra la amnistía, y después por los casos de corrupción que investiga la justicia, que no piensa detener el año que viene. Feijóo se ha marchado de descanso navideño después de activar al partido, advirtiendo a los suyos de que el 2025 será intenso. El líder del PP no descarta elecciones generales ni tampoco en algunas autonomías gobernadas por los populares, pero sobre todo quiere evitar que Sánchez vuelva a pillarle con el pie cambiado, como cuando adelantó las generales en 2023. “Nos pilló una vez, pero no nos pillará una segunda”, admiten en el gabinete del líder popular.

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