Cazado por Google Maps en una aldea de Soria: la foto de un hombre metiendo un bulto en su maletero ayuda a esclarecer un asesinato
Una imagen obtenida por causalidad por esta aplicación ha llevado, junto con otras pistas, a la detención de dos personas por la muerte de un hombre que llevaba desaparecido un año
En el tranquilo municipio de Tajueco (Soria, 56 habitantes) nunca pasa nada y, si pasase algo, seguramente nadie se enteraría, o eso debió de pensar uno de sus vecinos cuando hace dos meses trasladó supuestamente un bulto envuelto en lo que parece una bolsa de plástico, que la policía sospecha que puede ser el cadáver de un hombre, en el maletero de su coche a plena luz del día. Ese momento fue captado en octubre pasado por un coche de Google Maps, la aplicación que permite navegar visualmente casi por cada rincón del planeta y que llevaba 15 años sin pasar por Tajueco. La imagen acabó en manos de la Policía Nacional, que la ha presentado como pista, junto a unos mensajes de móvil y otras pruebas, para detener el pasado 12 de noviembre a dos personas por, supuestamente, matar y desmembrar en esa localidad a un hombre de nacionalidad cubana y, finalmente, trasladar el cuerpo en el coche fotografiado por Google.
La imagen captada por Google Maps proporcionó una pista “determinante”, aunque no fue la única, según ha dicho este miércoles la Policía Nacional en una rueda de prensa para explicar el caso. La víctima llegó al municipio hace un año para visitar a la detenida, que estuvo casada en el pasado con el otro arrestado, Manuel Isla Gallardo, de 48 años. No está clara la relación entre la víctima y la detenida, ni todavía está claro el móvil del supuesto crimen. Es el detenido quien supuestamente aparece en la imagen de Google Maps: una figura encorvada en vaqueros, con una chaqueta azul del Club Deportivo Numancia, botas marrones y manos ocupadas en un largo paquete blanco con forma sospechosamente humana. Mientras, la calle se ve vacía con las cortinas de los vecinos echadas, excepto por una señora con un bote de pintura en su garaje, un paisano de paseo, que probablemente no vieron al vecino,… y el coche de Google que capta el momento. Hay otra pista de Google Maps: una segunda imagen que muestra, al fondo de una calle cuesta arriba, en otro sitio del pueblo, la silueta borrosa de alguien vestido de azul oscuro que porta un bulto grande y blanco en una carretilla.
En el municipio, un par de habitantes que pasean en la gélida mañana soriana admiten ahora su sorpresa por la noticia que corre como la pólvora, pues Isla “no era conflictivo, no se llevaba ni mal ni bien con nadie”. Ellos vieron hace tiempo la imagen de Google Maps con el individuo cacharreando en el maletero, pero: “¡No imaginábamos que estuviera haciendo nada raro y no le dimos importancia!”. Sí percibieron en las últimas semanas una inusual presencia de forasteros en el lugar, creen ahora que eran policías de paisano. “Era solitario, no lo oíamos hablar de su vida, cooperaba en el bar y últimamente daba la sensación de estar integrándose”, añaden. La dupla se asombra cuando se les muestra la imagen de la aparente carretilla con un bulto blanco: “No parece 100% que sea él, podría ser alguien cargando leña… pero tampoco pensábamos que en la foto del maletero pudiera haber un cadáver”.
La investigación comenzó en noviembre de 2023, cuando un primo cubano de la víctima, J. L.P.O. (33 años y residente en Soria), denunció que había desaparecido. El pariente sospechó cuando empezó a recibir mensajes de WhatsApp de su primo, quien le contaba que había conocido a una mujer y se iría de Soria y dejaría su teléfono. El pariente no se creyó en ningún momento que le hablaba J. L., sino otra persona, y alertó a la Policía Nacional. De esa manera comenzó la investigación.
La aparición de la foto de Google en octubre pasado fue una de las claves para resolver el caso. El 12 de noviembre detuvieron a los dos implicados, quienes habían estado casados en el pasado. Los investigadores siguen buscando el móvil del crimen, pues ella y la víctima también habían mantenido una relación, y acusan a los detenidos de detención ilegal y homicidio. Las pesquisas condujeron a la Policía al cementerio de Andaluz, bajo cuyo suelo hallaron el 11 de diciembre, enterrado y desmembrado, “el torso en avanzado estado de descomposición”. Las demás partes del cuerpo se siguen buscando. No se sabe en qué momento entre su desaparecidión y al supuesto traslado del cadáver, murió la víctima.
Dicho cementerio, con un solitario ciprés, acompaña a la iglesia románica de San Miguel Arcángel. Por allí faena un obrero que acompaña al visitante a la puerta del cementerio y señala el lateral derecho, donde la tierra removida contrasta con los hierbajos que cubren el resto de la superficie: “Allí estuvo la Policía”. Los agentes también hurgaron entre la escombrera donde estos modestos empresarios depositan sus sobrantes. Su acción se nota, con parte excavada en busca de algunos restos aún no localizados. “Madre mía, las cosas que pasan en los pueblos”, reflexiona el trabajador, alucinando cuando se le enseñan las capturas culpabilizadoras de Maps.
Google ha rehusado explicar a este periódico con qué frecuencia se toman imágenes de las calles para su aplicación Google Street View, ni si planean retirar la imagen que ha activado este caso, al mostrar presuntamente un cadáver. En la web de la compañía se indica a modo genérico que “el contenido visible puede tener una antigüedad de entre unos meses y algunos años” y que, para eliminar una foto, hace falta que haya una petición que lo justifique.
Los vecinos de Tajueco no se dieron cuenta de estos movimientos y aseguran: “No sabíamos nada”. En el también desértico Bayubas de Arriba poco más aportan. En el bar local, gestionado por el Ayuntamiento, trabajó el detenido, apodado El Lobo. Un lugareño destaca que al principio fue “peón municipal” e hizo un poco de todo: “¡Mira qué bien pintó ese depósito de agua!”. Luego cogió el bar y en el último año estuvo más disperso: “Ahora la verdad es que encaja, estaba últimamente como más despistado”. Le acabaron quitando la gerencia por las quejas sobre su desidia. El soriano de Bayubas alguna vez vio al cubano fallecido, al que describe como un hombre “de mucha corpulencia”. “¿Dónde meterían semejante cuerpo? Hay que tener mucho valor”, continúa. Por la zona circulan fotos haciendo bromas sobre la pareja ahora detenida, jugando con su mote, antes de que trascendiera el caso. Antes eran bienintencionados, pero ahora resultan macabros. “Esta Navidad, turrón del bueno”, dice el montaje, con ambos en un muelle, el mar de fondo y, superpuesto, un turrón de El Lobo y otro de Delaviuda.