Junts, a Sánchez: “Pague lo que debe a Cataluña y deje de freírnos a impuestos”
Feijóo rehúye el debate económico y declara que el presidente “es incompatible con España”
El destino de Pedro Sánchez es estar mirando siempre a dos lados a la vez. Llega el presidente del Gobierno un miércoles a la sesión de control en el Congreso y a su derecha se encuentra a Míriam Nogueras, la portavoz de Junts, que dos días antes ha pactado con el PP a sus espaldas una rebaja impositiva y que persiste en la exigencia: “¡Deje de freírnos a impuestos!”. Acaba Nogueras y por la izquierda toma el micrófono Mertxe Aizpurua, la portavoz d...
El destino de Pedro Sánchez es estar mirando siempre a dos lados a la vez. Llega el presidente del Gobierno un miércoles a la sesión de control en el Congreso y a su derecha se encuentra a Míriam Nogueras, la portavoz de Junts, que dos días antes ha pactado con el PP a sus espaldas una rebaja impositiva y que persiste en la exigencia: “¡Deje de freírnos a impuestos!”. Acaba Nogueras y por la izquierda toma el micrófono Mertxe Aizpurua, la portavoz de EH Bildu, quien reclama al presidente que mantenga intactas las medidas del llamado “escudo social”. En medio, Sánchez se dedica a presumir de un reportaje de The Economist que sitúa a España como la economía con mejor comportamiento del año entre los países desarrollados y a prometer a unos y a otros que cumplirá todos sus compromisos, siempre sin entrar en concreciones, pisando con toda cautela, midiendo cada frase para no agitar más esa complicada coctelera que hace un año lo encumbró a La Moncloa.
Ese fue el panorama que se encontró Sánchez este miércoles en el Congreso, además de un PP que sigue a lo suyo: a glosar cada una de las acusaciones contra el Gobierno del empresario imputado por corrupción Víctor de Aldama, dando por hecha la veracidad de todas ellas. Primero el presidente, con especial empeño, y luego sus ministros intentaron llevar la discusión al terreno de “las cosas que preocupan a la gente”, de “bajar la pelota al terreno”, como le dijo agradecido el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, al diputado de EH Bildu Oskar Matute cuando este le preguntó por el posible cierre del astillero guipuzcoano Balenciaga. Pero el PP, siempre con el coro más minoritario de Vox, solo tenía palabras para la corrupción.
El propio Alberto Núñez Feijóo aprovechó las fechas del año para asestarle al presidente: “Va a tener en la mesa de Navidad al menos a dos imputados”, en alusión a su esposa y su hermano pequeño. Tras asegurar que la “precariedad parlamentaria” de Sánchez “solo es comparable a su debilidad judicial”, el líder del PP remató con una sentencia a lo grande: “Usted es incompatible con España”. El mandatario socialista tiró de condescendencia para decirle a Feijóo que no había tenido “su mejor día” y siguió ufanándose del balance económico de su Gobierno.
Uno de los puntos más esperados de la sesión era la pregunta de Nogueras, tras la exigencia de su jefe, Carles Puigdemont, de que el presidente se someta a una cuestión de confianza, aderezada con el pacto entre Junts y el PP para suprimir el impuesto a la producción eléctrica. Como aperitivo, Feijóo, al mismo tiempo que repetía la cotidiana condena a las cesiones del Gobierno a los independentistas, se dirigía a Junts como buscando complicidad: “Ya se lo dijimos: no es de fiar, los ha engañado”.
Nogueras ignoró a Feijóo y leyó la cartilla a Sánchez: “Mueva el culo, pague lo que debe a los catalanes, demuestre que le indigna tanto como a nosotros que la cúpula judicial se vanaglorie de no aplicar las leyes que aprueba este Parlamento”. Y en una demostración de que la necesidad que tiene el Gobierno de contar con los votos de Junts vuelve inviables algunas de las demandas de los grupos de izquierda, remachó: “¡Deje de freírnos a impuestos!”. En su apresurada lista de exigencias, agregó: “Cuando alguien entra en Cataluña, la policía que tiene que ver es la catalana, la lengua que ha de aprender es el catalán y el país que ha de respetar es Cataluña”.
Rematado el duelo con el presidente, Nogueras se fue a los micrófonos de RNE para subir la apuesta: llegó a vaticinar que en 2025 tampoco habrá Presupuestos del Estado porque, según afirmó, todavía no han negociado nada sobre ellos con el Ejecutivo. En el hemiciclo, Sánchez le había contestado: “Vamos a cumplir con los compromisos firmados con todos los grupos parlamentarios”. Sin descender a detalles. Tampoco ante Aizpurua, después de que esta le pidiese prorrogar medidas sociales que expiran a final de año como los bonos eléctricos y del transporte público, o la protección a las familias vulnerables frente a los desahucios y el corte de suministros básicos.
A partir de ahí, lo habitual de las últimas semanas: un batallón de diputados del PP, con esporádicas incursiones de Vox, para comentar hasta el último detalle de las acusaciones del empresario Aldama o repetir informaciones de prensa supuestamente comprometedoras para el Gobierno. Ni siquiera hubo una tregua para el estreno de la nueva vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen. Los populares la machacaron con las relaciones entre su antecesora, Teresa Ribera, y Aldama, además de sacar a relucir que empresas de su marido y su hermano han recibido en los últimos años subvenciones del Gobierno. Aagesen, imperturbable, no entró a ninguno de los lances y se limitó a proclamar su “honestidad”.
Entre medias, intervenían otros grupos y bajaban la pelota al terreno: Cristina Valido, de Coalición Canaria, preguntaba por los atascos en el control de pasajeros del aeropuerto de Tenerife Sur; Maribel Vaquero, del PNV, por si se aplicará el permiso parental retribuido de ocho semanas; Matute, de EH Bildu, por el futuro del astillero guipuzcoano… Hasta que la pelota caía de nuevo en los pies de algún miembro del PP y este la volvía a elevar hasta las alturas de Aldama. Elías Bendodo asumió sin sombra de duda la afirmación del empresario de que Sánchez prescindió del ministro José Luis Ábalos porque un informe del CNI le advirtió de sus corruptelas. Muy enfadada, la ministra de Defensa, Margarita Robles, lo reprendió: “Si pretende ser juez o fiscal, haga como yo de joven y prepárese una oposición”.
Una de las cuestiones picantes que más festejaron los diputados populares fue “el pisito de Atocha”, haciéndose eco de que, según sugirió Aldama, allí acudió algún miembro del Gobierno para encuentros sexuales clandestinos. El diputado Jaime de los Santos se lanzó en plancha con lo del “pisito” ante el ministro de Transformación Digital, Óscar López: “¿El pisito era para repartirse mordidas o simplemente para seguir abusando de mujeres prostituidas?” Una frase candidata al trofeo a la más gruesa del día, en dura competencia con la pronunciada por la portavoz de Vox, Pepa Millán, quien manifestó que el último congreso del PSOE constituyó una “oda al crimen”.