Condenados a 30 años de cárcel dos etarras por el asesinato de López de Lacalle en 2000
El tribunal destaca que los terroristas, pese a que confesaron el crimen en el juicio, no han mostrado “ningún signo de arrepentimiento o disculpa”
La Audiencia Nacional ha condenado a 30 años de cárcel a los etarras Asier Arzalluz y Aitor Aguirrebarrena, conocidos por los alias de Santi y Peio respectivamente, por su participación en el atentado contra José Luis López de Lacalle, intelectual antifranquista y columnista del diario El Mundo asesinado en el año 2000 de cuatro tiros. El tribunal ha impuesto a los dos terroristas la pena solicitada por la familia, personada como acusación particular, frente a los 26 años de reclusión que pedía...
La Audiencia Nacional ha condenado a 30 años de cárcel a los etarras Asier Arzalluz y Aitor Aguirrebarrena, conocidos por los alias de Santi y Peio respectivamente, por su participación en el atentado contra José Luis López de Lacalle, intelectual antifranquista y columnista del diario El Mundo asesinado en el año 2000 de cuatro tiros. El tribunal ha impuesto a los dos terroristas la pena solicitada por la familia, personada como acusación particular, frente a los 26 años de reclusión que pedía la Fiscalía. Los magistrados explican que, aunque los acusados admitieron su implicación durante el juicio, no lo hicieron hasta más de dos décadas después del crimen y sin que su confesión “haya venido acompañada de ningún signo de arrepentimiento o de disculpa para con las víctimas del asesinato”.
López de Lacalle fue asesinado el 7 de mayo de 2000 a las puertas de su casa, en Andoain (Gipuzkoa). El intelectual volvía a su domicilio minutos antes de las 10.00, después de comprar los periódicos y desayunar en un bar situado a escasos metros. Allí le esperaban los miembros del comando Ttotto, que ya habían tratado de matarlo en tres ocasiones anteriores. Este grupúsculo terrorista estaba liderado por José Ignacio Guridi Lasa y operaba bajo las órdenes de Francisco Javier García Gaztelu, Txapote. Según detalla la sentencia, fue Guridi Lasa quien se acercó al columnista para “asegurarse” de que era él y, a continuación, le pegó cuatro tiros a “corta distancia”. Mientras tanto, Santi vigilaba a escasos metros y Peio les esperaba cerca del ambulatorio de la localidad, en el interior de una furgoneta Ford de color rojo en la que huyeron.
En 2002, la Audiencia Nacional ya sentenció a 30 años de cárcel a Guridi Lasa como autor material de los disparos. La Ertzaintza lo había detenido un año antes y, al capturarlo, le encontró el revólver Arminius del calibre 38 usado en el asesinato. En 2009, el tribunal impuso la misma pena de prisión a Txapote, por captar a Guridi para el comando Ttotto y ordenar a sus miembros acabar con la vida de Lacalle. Sin embargo, hasta ahora, Santi y Peio no habían sido condenados. Los dos confesaron durante el juicio celebrado el pasado noviembre contra ellos: “¿Reconoce los hechos?”, les preguntó el presidente del tribunal, el magistrado Fernando Andreu. “Los reconozco”, contestaron ambos.
En su sentencia, fechada el 27 de noviembre, los jueces de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal destacan “la especial abyección” del crimen: “Al cometerse el asesinato, como pone de manifiesto el comunicado reivindicatorio de ETA, por ser la víctima un periodista que opinaba libremente y mantenía ideas propias y distintas a las de la organización terrorista ETA, tratando de silenciar y destruir la libertad de expresión constitucionalmente consagrada”.