El presidente de China visita Las Palmas por turismo y cierra un hotel para su séquito de 150 personas
Xi Jinping aterrizó en Gran Canaria a las 14.30 del miércoles entre un fuerte dispositivo policial, se reserva el hotel más emblemático de la isla para su comitiva y visita el museo Casa de Colón como única actividad privada
El todopoderoso presidente chino, Xi Jinping, se dirige a Perú para asistir a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) y a la de Líderes del G20 en Brasil. Constituye un viaje estratégico al continente americano tras la victoria de Donald Trump y la más que previsible estrategia de confrontación entre ambas potencias. Pero antes de volcarse en la alta política, el mandatario ha decidido hacer algo de turismo y girar por tercera vez una visita privada a Canarias, sin agenda oficial y con una mínima visita cultural. Su aparatoso periplo incluye reservarse para sí mismo el hotel más emblemático de la ciudad, y requerir un fuerte dispositivo policial por toda la ciudad que ha necesitado de la llegada de agentes desde otros puntos de España. “La seguridad es extrema”, explican fuentes oficiales. Todo, envuelto en un secretismo máximo.
No ha habido recepción oficial, ni presencia de miembros del Gobierno central ―más allá del delegado, Anselmo Pestana―. A su llegada al aeródromo de la isla a las 14.30 hora local (una hora antes de lo previsto), Xi sí ha encontrado esperándole al presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, a la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias y al propio Pestana. El adelanto en la llegada imposibilitó que estuviese presente el presidente canario, Fernando Clavijo, que no llegó a tiempo desde Tenerife, isla en la que se desarrolló la sesión parlamentaria de aprobación de presupuestos. Clavijo sí acudió este jueves al aeropuerto a despedir al mandatario asiático. El del miércoles, sin embargo, ha sido un acto discreto sin declaraciones públicas, presencia de medios ni comunicaciones de ningún tipo. “Nada de nada”, sentencian fuentes del Gobierno canario al ser requeridas por información o imágenes del acto.
“Eso es porque viene el presidente chino, ¿sabe usted?”. Manuel Sánchez volvía en la tarde del martes de pasear por el Parque Romano de la capital y observaba curioso la actividad de una pareja de agentes del departamento de Subsuelo de la Policía Nacional. Los dos uniformados estaban agachados en la acera, y revisan minuciosamente el alcantarillado en los exteriores del Santa Catalina, el histórico hotel de cinco estrellas en la zona más exclusiva de la ciudad que desde su inauguración en 1890 suele hospedar a las personalidades que visitan la isla. Al igual que sucediera con la visita del rey Felipe VI en septiembre, la estancia de Xi ha requerido cerrar por completo el establecimiento, según han asegurado fuentes conocedoras, para alojarse él y su comitiva, de unas 150 personas.
Este miércoles, se ha agudizado la presencia policial en los exteriores del hotel. Ahí, entre los suntuosos jardines, se acumulaban furgonetas de cristales tintados y decenas de agentes de seguridad españoles y chinos. La Delegación del Gobierno ha rehusado facilitar detalles del operativo, si bien han confirmado la presencia de personal de otros puntos de España para completar el dispositivo. Los jardines del hotel permanecen cerrados desde primera hora de la mañana del miércoles hasta las 9 de la mañana del jueves.
Tanto a la salida de la base aérea de Gando como a su llegada al Hotel Santa Catalina, Xi ha sido recibido por decenas de compatriotas engalanados con gorras y banderines que saludaban educada y discretamente al paso del coche blindado del mandatario. La visita del líder chino ha sido ampliamente percibida por la población local: su comitiva ha requerido numerosos cortes de tráfico, tanto a las calles aledañas como a la propia GC1, la autopista que une Las Palmas de Gran Canaria con el aeropuerto y los centros turísticos del sur y que ha sufrido cortes totales de circulación para asegurar el traslado del mandatario.
Durante los últimos días, los medios han ido publicando detalles de la visita, todos sin confirmación oficial. Según estas noticias, parte del dispositivo de seguridad llegó a la isla el viernes a bordo del B747-400 Cargo de Air China Cargo. Esta aeronave trasladaba diverso material de asistencia para la visita, incluidos varios vehículos blindados, numerosos efectivos e, incluso, aparatos para el control y vigilancia desde el cielo. En los últimos días, también ha trascendido que el Ejecutivo asiático ha comprado 300 pandas para decorar el hotel, han comprado lavadoras por motivos de seguridad y que ha integrado parte de su personal en el servicio del hotel durante estas horas.
El despliegue policial no ha sido menor en el barrio Vegueta, el casco histórico de la ciudad. La única actividad privada que ha trascendido ha sido la visita durante una media hora a la Casa de Colón, directamente tras tomar tierra en la isla, y ha requerido que se acordonasen las plazas del centenario barrio, ante la mirada curiosa de vecinos y turistas.
La Casa de Colón es un museo propiedad del Cabildo de Gran Canaria erigido en un edificio de cinco siglos de antigüedad. Este inmueble, ubicado en las proximidades donde se fundó la ciudad en 1478, fue restaurado en la década de los cuarenta y se dedicó tanto a conmemorar la visita de Cristóbal Colón en su viaje a América en 1492 como a tratar las relaciones del archipiélago con América. Su interior suele suscitar el interés de los mandatarios chinos, como recalcan fuentes de la corporación. A su llegada, Xi ha sido recibido por su directora, Carmen Gloria Rodríguez, y el cronista de la ciudad, Juan José Laforet. En su interior, ha recabado Efe de fuentes oficiales, el presidente ha podido ver la recreación de uno de los camarotes del almirante a bordo de la Niña —la carabela en la que Colón regresó de América tras perder la Santamaría—, y se ha interesado por la cartografía, los documentos de navegación y por los instrumentos náuticos, tanto originales como copias, que posibilitaron la travesía atlántica.
Las visitas de los principales mandatarios de China son frecuentes en Canarias. La última vez fue en noviembre de 2019, cuando aterrizó en Tenerife después de una cumbre en Brasil de los BRICS (grupo alternativo al G7 que engloba a nueve países, entre ellos Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). En aquella ocasión fue recibido por el entonces presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres; su homólogo en el Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, y el delegado del Gobierno en Canarias, Juan Salvador León. Y antes de esa ocasión, en 2016, Ji Xinping pasó por Gran Canaria y allí se reunió con la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. En lo que va de siglo, suman siete las visitas que han girado mandatarios chinos a las islas. Las anteriores las protagonizaron Hu Jintao en Tenerife (2012) y Gran Canaria (2004) y Jian Zemin en Gran Canaria (2001).
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2022, actualmente residen en Canarias 10.433 personas de origen chino. El archipiélago exportó en 2022 por valor de 10,3 millones de euros al año a China, según los datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa. La balanza está muy descompensada, toda vez que el país asiático vendió al archipiélago por valor de 178 millones en ese mismo ejercicio.