Sánchez busca recobrar la iniciativa con un plan millonario mientras se rebaja la tensión política

Mazón guarda silencio y ni siquiera valora las medidas del Gobierno. Vox hace de altavoz a los bulos en el Congreso

Pedro Sánchez, este martes en La Moncloa.Mariscal (EFE)

Pedro Sánchez intentó este martes borrar la imagen que dejaron los graves incidentes del pasado domingo en Paiporta: un hombre cabizbajo y aparentemente dolorido que abandonaba el lugar entre insultos y amenazas. Dos días después, el líder socialist...

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Pedro Sánchez intentó este martes borrar la imagen que dejaron los graves incidentes del pasado domingo en Paiporta: un hombre cabizbajo y aparentemente dolorido que abandonaba el lugar entre insultos y amenazas. Dos días después, el líder socialista exhibió su estampa más presidencial en el palacio de la Moncloa, sobrevoló las disputas políticas, defendió que su Gobierno reaccionó “desde el primer minuto” y se dedicó a presentar un gran plan de ayudas directas a los damnificados por las catastróficas inundaciones. El Ejecutivo promete dedicar, en un primer paquete, 10.600 millones de euros para los que han perdido sus casas y sus enseres, los que han tenido que cerrar sus negocios o los que no están en condiciones de volver a trabajar por el momento.

El presidente trata así de recuperar la iniciativa política, tras comprobar que una parte de la opinión pública y de los medios de derecha lo responsabilizan del desastre, a pesar de que el timón de la crisis lo haya llevado desde el comienzo el jefe del Gobierno valenciano, el popular Carlos Mazón. Sánchez rehuyó en todo momento la confrontación con este último, que el lunes, en un súbito cambio de estrategia, había intentado echar la responsabilidad encima del Ejecutivo central. En una comparecencia en la que —esta vez sí— aceptó preguntas de los periodistas, el presidente del Gobierno esquivó la cuestión de qué falló para que las riadas resultasen tan letales. “No voy a entrar en debates políticos, porque lo que necesita ahora la ciudadanía es una respuesta eficaz”, afirmó, antes de apostillar: “Tiempo habrá”.

La víspera, Mazón había elevado la apuesta demandando al Gobierno una cantidad astronómica, más de 30.000 millones, equivalentes al Presupuesto anual de la Generalitat o por encima del doble del Ministerio de Transportes. Este martes, guardó silencio y nadie de la Generalitat salió a opinar sobre el plan de Sánchez. El presidente valenciano lleva días esquivando las preguntas de la prensa, más allá de sus entrevistas en radios y televisiones de su órbita. Con ese silencio, Mazón también se ha ahorrado contestar a la propuesta el líder de su partido, Alberto Núñez Feijóo, para que el Gobierno declare la emergencia nacional y, por consiguiente, retire el mando al jefe de la Generalitat.

Esa petición de que el Gobierno se ponga al frente de la crisis no proviene solo de la derecha. Este martes la reiteraron teóricos aliados de Sánchez como los nacionalistas valencianos de Compromís o Podemos. Pero en ese punto, el presidente no dio la impresión de que vaya a ceder en su idea inicial. Insistió en que la pandemia ya instaló en España la idea de la “cogobernanza”, defendió el sistema autonómico y, frente a los que hablan de inhibición del Estado, recordó: “El Estado somos todos”, es decir, también la Administración autonómica, que “conoce mejor que nadie las necesidades de los ciudadanos”.

La tensión política parece haberse calmado tras la convulsa jornada del domingo, en la que ni los Reyes se salvaron de la rabia popular. En el PP manda de momento el conciliador mensaje leído el lunes por Feijóo, aunque ya se verá hasta cuándo dura. Porque los ataques más subterráneos de los populares no cesan. Sánchez, en su intervención, afirmó, que el fuerte desembolso que exigirá el plan de reconstrucción “multiplica la necesidad” de contar con unos nuevos Presupuestos del Estado.

Ningún llamamiento al PP

Aunque el presidente no hizo ningún llamamiento expreso al PP, el equipo de Feijóo no tardó en comunicar a la prensa que ni por asomo dará su aprobación a las Cuentas. “Y menos aún utilizando a las víctimas en un chantaje por su interés”, enfatizó. Una cuestión no está vinculada con la otra. Las ayudas, los 10.600 millones de euros, estarán en vigor desde este mismo miércoles, cuando se publiquen en el BOE. Y después serán convalidadas por el Congreso, presumiblemente con el voto del PP, para eso mantuvo el lunes Félix Bolaños reuniones con todos los grupos, incluido el popular, y todos mostraron su disposición. Después seguirá la negociación de los Presupuestos, pero se aprueben o no, las ayudas llegarán inmediatamente a los damnificados. Mientras, el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, tras unos días de calma, volvía por donde suele para denunciar la “catadura moral” del PSOE por no interrumpir en el Congreso el examen a los futuros consejeros de RTVE.

La que no cede es la campaña de “intoxicación informativa” —como la definió el propio Rey en su diálogo con los vecinos de Paiporta— con la extrema derecha de gran avanzadilla. Los bulos no solo circulan por vías marginales o lo que se ha dado en llamar pseudomedios. Tienen tribuna en el Congreso de los Diputados y en programas de gran audiencia en televisiones generalistas, como el de Iker Jiménez en Cuatro. En la sala de prensa de la sede parlamentaria, el secretario del grupo de Vox, José María Figaredo, se permitió acusar al Gobierno, sin aportar ninguna prueba, de “ocultar cientos de víctimas mortales”.

Este último bulo tenía su base en los supuestos cientos de cadáveres que permanecerían en el aparcamiento del gran centro comercial valenciano de Bonaire. Los trabajos de retirada del agua han concluido sin encontrar ningún cadáver. Sí se recuperaron tres en la Albufera, otro en Paiporta y uno más en Albal y en la localidad albaceteña de Letur. Seis nuevas víctimas que sumar a las 215 contabilizadas con anterioridad.

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