Una RTVE controlada por la mayoría de investidura con el PP aislado

La ruptura entre los dos grandes partidos augura dificultades para renovar los organismos económicos pendientes

Óscar López, ministro de Transformación Digital, y Pilar Alegría, portavoz del Gobierno, tras el Consejo de Ministros.J. J. Guillén (EFE)

El mensaje político no puede ser más evidente. Si en 2021, la última vez que hubo un pacto para renovar el Consejo de RTVE, el PSOE, Unidas Podemos (aún no existía Sumar) y el PNV pactaron con el PP un reparto de los equilibrios internos, en 2024, después de varios intentos infructuosos de negociación con los populares, el Gobierno de coalición ha optado por la vía opuesta: Pedro Sánchez asume el coste de las críticas de la oposición -el presidente siempre había defendi...

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El mensaje político no puede ser más evidente. Si en 2021, la última vez que hubo un pacto para renovar el Consejo de RTVE, el PSOE, Unidas Podemos (aún no existía Sumar) y el PNV pactaron con el PP un reparto de los equilibrios internos, en 2024, después de varios intentos infructuosos de negociación con los populares, el Gobierno de coalición ha optado por la vía opuesta: Pedro Sánchez asume el coste de las críticas de la oposición -el presidente siempre había defendido que los dos grandes partidos tenían que pactar RTVE, como se hizo en la época de José Luis Rodríguez Zapatero, un acuerdo tácito que después Mariano Rajoy incumplió al tomar el control total con su mayoría absoluta- pero a cambio obtiene varias ventajas políticas.

Primero, da un golpe de autoridad, demuestra que su mayoría no está rota, que sigue negociando todos los días de forma discreta distintas cuestiones relevantes -ley mordaza recientemente, ahora RTVE, y encima de la mesa están los decisivos Presupuestos-.

Segundo, refuerza esa mayoría, porque el acuerdo implícito que hay detrás de la presentación de un Real decreto ley para desbloquear RTVE es que varios grupos tendrán un consejero o consejera. Por eso, se amplía de 10 a 15 los miembros, para dar entrada a más grupos, y también de paso para dejar el peso del PP muy disminuido, porque como máximo, si no entra en el acuerdo, podrá contar con cuatro de los 15 consejeros, los que se nombran en el Senado, donde tiene mayoría absoluta. Ahora tenía tres de 10.

Y tercero, marca un camino que aísla al PP, que ha optado por una oposición cada vez más dura y no ha querido negociar en RTVE, según el Ejecutivo. La ruptura con este partido es tan evidente -el Gobierno le está llamando ya para negociar, pero es casi seguro que no habrá espacio a un pacto para sacar adelante la renovación por 2/3 del Congreso, como plantea la reforma como primera medida- complica además otras negociaciones pendientes de organismos económicos como la CNMV o la CNMC, después del portazo del PP en el Banco de España como protesta por la elección del exministro José Luis Escrivá como gobernador. Parece que el acuerdo para renovar el CGPJ será el único.

Pero a la vez, el movimiento de Sánchez muestra, si todo sale como espera el Ejecutivo -aún hay muchas cosas por negociar y nada estará hecho hasta que no se vote en el Congreso- que algunos partidos de la mayoría, especialmente los independentistas de Junts y ERC, están dispuestos a implicarse en decisiones que caminan en el sentido de consolidar la legislatura. Junts y ERC no han tenido nunca consejeros en RTVE. Sí los tuvo el PNV, que también está en el actual consejo. Pero el PNV siempre ha querido estar en organismos clave del Estado. De hecho, casi siempre ha tenido un representante en el Consejo General del Poder Judicial.

El ‘procés’ también rompió esta tradición política

Convergència i Unió siempre quería jugar esta partida, como el PNV. Pero el procés rompió también esa tradición política y tanto Junts como ERC quedaron fuera de estos grandes organismos españoles. Si ahora entran, como todo parece indicar, un consejero de ERC y otro de Junts, esto implicaría la voluntad de estos grupos de influir desde dentro en instituciones con mucho poder como RTVE. También Podemos quiere estar, pero esto tampoco es nuevo, porque ya estaba. Lo que no está claro es si Bildu, por ejemplo, también querrá un puesto en ese nuevo Consejo. Podría apostar por otras contrapartidas.

En cualquier caso, el Gobierno tiene 11 puestos para repartir entre seis o siete grupos, un equilibrio delicado pero, como siempre en esta mayoría, no imposible. Con Vox fuera de la ecuación -el Gobierno ni siquiera hablará con ellos porque los considera “incompatibles con los valores que defiende TVE” el núcleo de gobierno será complejo, pero la oposición, que quedará en manos del PP, se presume muy pequeña, con solo cuatro de los 11 consejeros.

La clave estará en el presidente, que tendrá poderes mayores que los actuales, similares a los que tenía en su día el hombre que pactaron Zapatero y Rajoy, Luis Fernández. RTVE vive un momento muy positivo en audiencia, pero sufre una situación institucional compleja, con un consejo prácticamente bloqueado y con la mitad de sus miembros con el mandato caducado.

Cada negociación es un mundo en la compleja mayoría con la que gobierna Sánchez, y todo se puede torcer hasta la última curva, pero parece evidente que este acuerdo para gobernar TVE, si se consolida, indicaría que las cosas están más trabajadas de lo que parecen y sería una señal positiva también para la gran negociación en marcha, la que define la legislatura: la de los Presupuestos.

Frente a las críticas por haber roto con la línea que habían defendido siempre, esto es que la renovación de RTVE había que pactarla sobre todo con el principal partido de la oposición, como hizo Zapatero, luego no quiso hacer Rajoy y después volvió a hacer Sánchez en 2021, y la acusación de tomar al asalto todas las instituciones, el Gobierno se defiende con la idea de que ellos no van a tomar el control de la televisión pública con un solo partido con mayoría absoluta, como hizo Rajoy y como hacen varias autonomías del PP como Madrid o la Galicia de Feijóo.

El Gobierno del PSOE y Sumar, argumentó el ministro Óscar López, artífice de este real decreto ley y de la negociación política que lo soporta, con el gran muñidor Félix Bolaños detrás de todos los movimientos, tienen que compartir ese poder con más de seis grupos, y, por tanto, se trata de una televisión “plural”, insiste el exjefe de Gabinete de Sánchez. RTVE en realidad siempre estuvo dominada por los dos grandes partidos, a veces con acuerdo entre ellos y la mayoría del tiempo sin él, y por primera vez dará cabida a un amplio abanico de partidos, entre ellos varios independentistas, que sin duda marcarán un rumbo diferente con más apuesta por idiomas cooficiales, por ejemplo, o más descentralización.

Es una nueva etapa que aún está por hacer, y antes habrá que cerrar el pacto, al que le quedan muchos detalles. El decreto ley podría ir a convalidación en el Congreso la próxima semana, el día 30, y a partir de ahí habrá un mes máximo para tener un nuevo Consejo, tiempo de sobra para negociar ya con el congreso de Junts finalizado, por ejemplo. Quedan por saber nombres de consejeros y cómo quedan finalmente los equilibrios internos y la presidencia. Pero el anuncio en sí del decreto, que llega después de intensas conversaciones con todos los grupos de la mayoría, indica que Sánchez sigue en su camino para recomponer la mayoría, mostrar autoridad política y sobre todo consolidar con hechos su frase repetida: “Hay legislatura para rato”.

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