El Hierro llora el naufragio más letal junto a la costa canaria: “Se oían los gritos en plena noche”
Los cuatro tripulantes de una nave de Salvamento lograron rescatar en minutos a 27 personas y vieron desaparecer a otro medio centenar bajo el agua
Era un fin de semana de celebración en el pequeño núcleo La Restinga (698 habitantes, sur de El Hierro). La hostelería había colgado el cartel de “completo” hace semanas por una travesía a nado que iba a celebrarse el sábado por la mañana. Pero unas horas antes, en plena noche y a apenas 7,5 kilómetros de la orilla, los experimentados tripulantes de la Guardamar Concepción Arenal y los de la Salvamar Adhara tuvieron ...
Era un fin de semana de celebración en el pequeño núcleo La Restinga (698 habitantes, sur de El Hierro). La hostelería había colgado el cartel de “completo” hace semanas por una travesía a nado que iba a celebrarse el sábado por la mañana. Pero unas horas antes, en plena noche y a apenas 7,5 kilómetros de la orilla, los experimentados tripulantes de la Guardamar Concepción Arenal y los de la Salvamar Adhara tuvieron que enfrentarse al peor naufragio junto a las costas de Canarias que se recuerda en 30 años de ruta migratoria. Nueve cadáveres fueron recuperados y medio centenar de personas siguen desaparecidas, sin apenas esperanza ya de encontrarlas con vida. “La tripulación está hecha polvo”, contaba después el portavoz de los marinos en el sindicato CGT, Ismael Furio. “Ha sido un rescate pavoroso”, coincide un alto mando de la Guardia Civil. “Solo se oían los gritos en plena noche”. Pese a la tragedia, tanto la competición como la fiesta posterior ―con conciertos incluidos― se mantuvieron en La Restinga durante todo el día y hasta bien entrada la madrugada del sábado.
A la 1.13 de la madrugada del sábado, la Guardamar Concepción Arenal, una patrullera de 32 metros de eslora, alcanzaba el punto en el que había sido localizado un cayuco con al menos 84 malienses, mauritanos y senegaleses a bordo. Habían partido de Nuadibú (Mauritania) y llevaban seis días de navegación, dos de ellos ya sin agua ni comida. Poco después de la medianoche, uno de los pasajeros había llamado por teléfono al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) del Gobierno de Canarias pidiendo auxilio. “Se nos avisó de que estuviésemos preparados para atender a 84 supervivientes en La Restinga”, rememora el director de Emergencias de la Cruz Roja, Íñigo Vila. “Desgraciadamente, cuando desembarcaron —en La Estaca debido a la mala meteorología— nos encontramos con que eran muchos menos”.
La Concepción Arenal topó con unas condiciones adversas para afrontar el rescate: noche cerrada (con una luna visible solo en un 20%) y rachas de viento de unos 20 nudos (37 kilómetros por hora). “El contacto con la embarcación es el momento más crítico de todo rescate”, explicaba este sábado el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, en declaraciones a los medios sobre el muelle de la Estaca (norte de la isla). Tanto es así que fuentes de la Guardia Civil señalaron que siempre que se puede se prefiere escoltar a la barca hasta el puerto antes que subir a los ocupantes a bordo.
“El barco venía escorado, probablemente porque llevaría agua dentro”, dice Furio. “Los propios migrantes que han salvado la vida”, apunta el delegado, “han explicado ya en el CATE [Centros de Atención Temporal de Extranjeros, donde se traslada a los recién llegados para su identificación y los interrogatorios policiales y pueden estar bajo custodia un máximo de 72 horas] que fueron ellos los que provocaron el vuelco al ponerse todos en un costado tras ver la nave de Salvamento Marítimo”. “Me imagino que influyeron justo los nervios ante el rescate y la desesperación por la falta de alimentos y de agua. Todo indica, además, que habían tenido que beber agua salada los días previos, lo que puede haberles restado facultades cognitivas”.
Activación
Cuando se produjo el naufragio fue activada la Salvamar Adhara, un barco más pequeño y manejable y con una tripulación de apenas cuatro personas que tardaron apenas media hora en alcanzar la zona y ponerse manos a la obra. “Aún no me explico cómo entre los cuatro pudieron salvar a tantas personas”, afirma Furio, que recuerda que al menos uno de los cuatro marineros ha de permanecer en el puente de mando para evitar que el barco quede a la deriva. En cuestión de minutos, la tripulación logró subir a bordo a esas 27 personas, cuatro menores entre ellas, y rescatar nueve cadáveres, pero el agua se tragó a medio centenar de pasajeros. Fuentes del servicio de emergencias 112 aseguran que entre los fallecidos hay al menos un menor. Los rescatadores tuvieron que recibir atención psicológica al llegar a puerto.
Durante todo el sábado, trabajaron en la zona tres helicópteros, además de los buques de rescate Salvamar Adhara, Salvamar Mizar, Guardamar Calíope, Heroínas de Sálvora y la patrullera Río Guadiato de la Guardia Civil y un destacamento de cuatro buzos. Las posibilidades de encontrar supervivientes, sin embargo, son casi nulas. “No va a haber supervivientes, en un 99,9%”, sentencian fuentes del cuerpo armado. La zona donde se produjo el naufragio tiene una profundidad de hasta 1.000 metros y son aguas muy frías. Aun así, la búsqueda de cuerpos se mantendrá algunos días. “Mantendremos los medios activos el tiempo que haga falta”, ha puntualizado Anselmo Pestana. En el caso de que aparezcan los cuerpos, se reforzará el servicio de autopsias en la isla, y si el número es muy elevado “y sobrepasa los medios”, serán trasladados a Tenerife.