Sánchez pospone el reconocimiento de Edmundo González para buscar una mediación en Venezuela
“Hasta finales de año tenemos margen para encontrar una salida para vehicular la voluntad en las urnas del pueblo venezolano”, señala el presidente
El Gobierno no tiene intención de reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, tal como está planteando el PP y probablemente aprobará este miércoles el Congreso —con los votos a favor del PNV― pero no porque no crea que es el ganador legítimo de las elecciones, sino porque está metido en otra operación más de fondo con sus socios europeos y algunos países muy relevantes de Latinoamérica como Brasil y Colo...
El Gobierno no tiene intención de reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, tal como está planteando el PP y probablemente aprobará este miércoles el Congreso —con los votos a favor del PNV― pero no porque no crea que es el ganador legítimo de las elecciones, sino porque está metido en otra operación más de fondo con sus socios europeos y algunos países muy relevantes de Latinoamérica como Brasil y Colombia que están buscando una salida para que Nicolás Maduro abandone el poder y permita una salida negociada. Desde China, donde hablaba por primera vez con micrófonos de este asunto que se ha convertido en centro del debate nacional al terminar un viaje de tres días, Sánchez ha sido especialmente claro. No ha llegado a hablar abiertamente de la salida de Maduro del poder, pero de sus palabras se deducía claramente que eso es lo que se está intentando negociar. “El Gobierno de España ha pedido la publicación de las actas de las elecciones en Venezuela. No reconocemos la victoria de Maduro y trabajamos por la unidad dentro de la Unión Europea que permita un margen mediación de aquí a final de año para que podamos encontrar una salida que vehicule la voluntad democrática expresada en las urnas del pueblo venezolano”, ha señalado Sánchez.
El plazo de final de año es relevante porque es en enero cuando debería tomar posesión el nuevo presidente. Hasta entonces, según explican estos días diversas fuentes del Gobierno, no tiene sentido reconocer a González porque la prioridad es negociar con el régimen de Maduro para que admita su derrota y abandone el poder. Si no lo hace antes de enero, llegará el momento de tomar una decisión, pero hay muchos actores implicados a todos los niveles para intentarlo y ese es el consenso que hay dentro de la Unión Europea y al que se refería Sánchez.
Por eso, el Ejecutivo rechaza la idea de la oposición ―y del PNV― de reconocer ahora a González, porque cree que es un acto inútil y precipitado. En la UE también hay mucho recelo a dar ese paso después del fracaso de la operación, liderada entonces por España, de reconocer a Juan Guaidó como presidente encargado, algo que no tuvo ningún efecto real. Sánchez ha aprovechado para criticar la actitud del PP con este asunto: “la oposición está en lo de siempre, en decir que no a todo lo que haga el Gobierno, sea lo que sea. Si asilamos, porque asilamos, si no asilamos, porque no asilamos. Si una persona pide asilo y decimos que no, ¿cuál hubiera sido la reacción en este caso justificada de la oposición y del conjunto de la sociedad española? El asilo no deja de ser un gesto de humanidad con personas que están sufriendo la persecución y la represión”, remató.
Sánchez termina su viaje de tres días en China convencido de que ha logrado evitar una guerra comercial con la UE que podría perjudicar mucho a España, ya que Pekín amenaza con poner aranceles a la carne de cerdo española como represalia por los aranceles que la UE quiere imponer sobre los coches eléctricos chinos. En el cierre del viaje, Sánchez ha ido muy lejos y ha llegado a decir que España se está replanteando su posición sobre este asunto ―votó en junio a favor de los aranceles a los coches chinos― y todos los socios europeos deberían hacerlo. “Todos los miembros de la UE y la Comisión tenemos que reconsiderar nuestra posición. No necesitamos otra guerra comercial. Tenemos que buscar un acuerdo entre la Comisión Europea y China en el marco de la OMC [organización mundial del comercio]. Todos estamos reconsiderando nuestra posición”, ha sentenciado Sánchez. “En cuanto al sector porcino, hemos manifestado nuestra sorpresa a las autoridades chinas porque se haya involucrado potenciales acciones a un sector que nada tiene que ver con la automoción. El Gobierno chino es muy consciente del valor del sector porcino español. La negociación continua abierta. El sector porcino puede estar tranquilo de que estamos defendiendo sus intereses”, ha insistido.
El presidente, ante una pregunta de la televisión oficial china en español, ha querido agradar a sus anfitriones y se ha colocado claramente a favor de los coches eléctricos chinos, cuya entrada la UE quiere frenar en una iniciativa que hasta ahora contaba con el apoyo de España. La periodista china le preguntó si había probado algún coche eléctrico de este país, y Sánchez contestó: “he tenido ocasión de conducir un vehículo eléctrico chino y es de matrícula de honor. Las marcas europeas tenemos que aprender de las chinas. Al igual que le he comentado al presidente Xi en privado, España quiere jugar un rol positivo de tender puentes. No nos convienen las guerras comerciales. Estoy convencido de que entre todos vamos a alcanzar una solución de consenso. Agradezco la actitud constructiva de las autoridades chinas”.
En los últimos días, la oposición ha atacado duro al presidente porque en el Comité Federal del PSOE dijo que su Gobierno iba a seguir adelante con su agenda “con o sin el concurso del poder legislativo”. El presidente y todo el Gobierno insiste en que no habrá adelanto electoral aunque se tumben los Presupuestos, porque el Ejecutivo está decidido a seguir, pero hoy ha tratado de explicar o matizar esas palabras. “Este Gobierno, por convicción y por necesidad, porque somos una coalición en minoría parlamentaria, está constantemente tendiendo puentes a todos los grupos parlamentarios para sacar adelante las reformas. Lo hemos logrado y además con paz social, y pongo como ejemplo la reforma laboral o la de las pensiones. Con el máximo respeto al Parlamento y la máxima colaboración con los grupos, vamos a tender puentes. Pero también digo que el Gobierno España no va a renuncia a su agenda basada en mayor competitividad, más empleo, mejor estado del bienestar, más vivienda, trabajar por la paz en Ucrania y Oriente Medio o una agenda de igualdad de género. Todo eso tiene intersección con el Parlamento, pero también tiene acción propia del Gobierno”, ha insistido para apuntar que no está pensando en ningún adelanto electoral.
El presidente cree que incluso aunque se debilite su mayoría y no tenga Presupuestos, puede seguir adelante y desarrollar todo lo que se pueda su gestión. Además, en La Moncloa están convencidos de que aunque caigan los Presupuestos, en este momento la opción más probable, no tienen por qué tumbarse todas las reformas que lleve el Gobierno al Congreso. Habrá que negociar una a una.
Sánchez rechaza además el planteamiento de algunos barones de su partido como el aragonés Javier Lambán, que asegura que su política sobre Cataluña está siendo muy buena para el PSC, que ha ganado con claridad las últimas elecciones y ha logrado volver a la Generalitat, pero está hundiendo al PSOE en el resto de España. “Siempre he defendido que deberíamos todo extraer conclusiones de lo que pasó en 2017 para no cultivar el agravio territorial entre comunidades. Lo estamos haciendo, con medidas difíciles como indultos, amnistía. Y la propia sociedad catalana está aprobando estas políticas. ¿Esto qué traslación tiene en el resto de España? Soy un convencido de que lo que es bueno para Cataluña es bueno para el resto del país. Esa dialéctica de que lo que es bueno para unos es malo para otros nos llevó a 2017. Cataluña representa el 20% del país. Hoy, 11 de septiembre ―la Diada― hay un presidente en Cataluña que es Salvador Illa que apuesta por la convivencia entre catalanes y la integración de Cataluña en un proyecto común que es España. Es uno de los cambios sistémicos que ha puesto este Gobierno en marcha y se verá conforme avance el tiempo”, ha insistido Sánchez, que llega a España este jueves después de cuatro días fuera del país y se enfrentará a una realidad política muy compleja y muy diferente de la comodidad que transmite en su agenda internacional.