Alta tensión ante la moción de censura que dará hoy la alcaldía de Pamplona a EH Bildu con apoyo del PSOE
UPN convoca a sus militantes frente a la plaza del Ayuntamiento, donde coincidirán con una concentración abertzale
Salvo sorpresa mayúscula, Joseba Asiron (EH Bildu) recibirá este jueves el bastón de mando en Pamplona, tras una moción de censura en la que será aupado a la alcaldía gracias a los votos del PSN-PSOE. No es la primera vez que EH Bildu gobierna la capital navarra, una plaza emblemática para el mundo abertzale —Asiron fue alcalde entre 2015 y 2019—, pero sí es la primera vez que ...
Salvo sorpresa mayúscula, Joseba Asiron (EH Bildu) recibirá este jueves el bastón de mando en Pamplona, tras una moción de censura en la que será aupado a la alcaldía gracias a los votos del PSN-PSOE. No es la primera vez que EH Bildu gobierna la capital navarra, una plaza emblemática para el mundo abertzale —Asiron fue alcalde entre 2015 y 2019—, pero sí es la primera vez que lo hace de la mano de uno de los dos principales partidos constitucionalistas: el PSOE. La tensión en los días y horas previos a la moción ha sido máxima, y hoy se encarnará en las dos concentraciones simultáneas —simpatizantes de UPN por un lado, para protestar contra la moción, y de EH Bildu por otro, para celebrarla— que están convocadas a las puertas del Ayuntamiento. Los socialistas, que hasta ahora siempre se habían negado a cerrar ningún pacto con EH Bildu, alegan que el mandato de la actual alcaldesa, Cristina Ibarrola (UPN), estaba instalado en la parálisis y que por eso han decidido dar este paso, y lo desvinculan del apoyo clave de EH Bildu a la investidura de Pedro Sánchez hace un mes y medio.
Asirón estará al frente de un gobierno tripartito de EH Bildu, Geroa Bai y Contigo Zurekin. Contará con 11 concejales de 27, lo que le obligará a negociar permanentemente con los socialistas para sacar adelante sus proyectos. Es un pacto cuya trascendencia supera con creces los límites de Navarra. El PSN ha roto una de sus líneas rojas con el acercamiento al partido de la izquierda abertzale, tras una legislatura en la que ambas formaciones mejoraron sus relaciones, tanto a nivel autonómico como municipal.
La jornada de este jueves no va a estar exenta de tensión ni dentro ni fuera del salón de plenos. En la plaza consistorial hay convocada una concentración de EH Bildu, que fue comunicada a la Delegación de Gobierno antes incluso de que se anunciara la moción de censura. Por ello, cuando, tras conocerse la operación el 13 de diciembre, UPN comunicó su voluntad de realizar una concentración de protesta ese mismo día en la plaza del Ayuntamiento, la Delegación del Gobierno le instó —tal y como suele hacer— a cambiar de ubicación. En un primer momento la formación regionalista decidió suspender la concentración, pero ayer convocó a sus afiliados a que acudan este jueves a la plaza a la hora del pleno.
“Sin duda será un momento desagradable y difícil para nuestro grupo municipal y, por eso, queremos animarte a que te acerques a la Plaza del Ayuntamiento para que les arropemos a la salida y les mostremos nuestro cariño, sobre todo teniendo en cuenta que la izquierda abertzale va a estar presente para celebrar que echan a UPN de la alcaldía y que regresa Asirón”, reza la carta que la dirección de UPN ha enviado a sus afiliados. En ella, les pide que eviten enfrentamientos con los simpatizantes de EH Bildu: “Entre todos tenemos que dejarles claro, desde el respeto y sin caer en ninguna provocación, que Pamplona no se vende”.
La posibilidad de que coincidan partidarios de unos y otros en la plaza ha llevado también al futuro alcalde, Joseba Asiron, a reclamar “respeto a quienes piensen diferente, sosiego ante el enfado de algunos y alegría por lo conseguido”. “Mañana muchos ojos estarán puestos en nuestra ciudad. Miradas propias y miradas ajenas. Miradas cercanas y miradas lejanas, pero todas ellas queriendo transmitir su propio punto de vista. Es nuestra oportunidad para transmitir la mejor de las imágenes de la ciudad”, ha dicho.
Dimisiones y acusaciones
La tensión política ha ido a más en los últimos días, desde que la moción fue anunciada. Mientras que EH Bildu ha mantenido un papel discreto, el PSN y UPN se han enzarzado públicamente. El secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, ha acusado a los regionalistas de liderar una campaña de descalificaciones contra los socialistas que ha provocado incluso que uno de sus concejales haya renunciado a tomar posesión del acta. El presidente de UPN, Javier Esparza, llegó a calificar de “escoria” a los dirigentes del PSN. La todavía alcaldesa Ibarrola les ha tachado de “mentirosos” y se ha referido a Alzórriz como un “desnortado”.
Las relaciones entre el PSN y EH Bildu han cambiado mucho en los últimos cuatro años. En 2019, el PSN impidió que Asiron repitiera como alcalde y aupó a la alcaldía de Pamplona a Enrique Maya, candidato de la coalición de derechas Navarra Suma —integrada entonces por UPN, PP y Ciudadanos—. Es más, los socialistas aseguraron que no apoyarían al partido abertzale en ninguno de los 272 municipios navarros. Aun así, la socialista María Chivite fue investida presidenta de Navarra con la abstención de cinco de los siete parlamentarios de EH Bildu, una situación que se repitió el pasado junio.
Ahora la situación es distinta. El PSN —que en las elecciones generales del 23 de julio fue, por primera vez desde 1986, la fuerza más votada en Navarra, seguida por EH Bildu— va ya camino de firmar sus quintos presupuestos consecutivos con el apoyo de la coalición abertzale. Las relaciones entre los dos grupos han mejorado, al contrario de lo sucedido con UPN, con quienes se han tensado todavía más. Otra muestra es el pacto entre el PSN y EH Bildu para que el alcalde de Tafalla, Xabier Alcuaz (EH Bildu), presidiera la Federación Navarra de Municipios y Concejos. Fue la primera vez que los socialistas votaron directamente a un candidato abertzale.
Lo mismo va a suceder ahora en una plaza política infinitamente más relevante: el Ayuntamiento de Pamplona. Pese a haberle dado la alcaldía a Enrique Maya (2019-2023), en la pasada legislatura los socialistas trabajaron de manera estrecha con EH Bildu y Geroa Bai para sacar adelante proyectos propios y vetar los presentados por la derecha. Tras los comicios municipales del pasado mayo, el PSN se comprometió a no aupar a EH Bildu a la alcaldía y cumplió su palabra, de modo que fue elegida Cristina Ibarrola al haber sido UPN la lista más votada. Pero solo seis meses después los socialistas van a apoyar la moción de censura para dar la alcaldía a EH Bildu.
La negociación para dar lugar a ese relevo en el gobierno municipal no ha sido sencilla. Entre las claves del pacto, subraya el PSN, está el compromiso de EH Bildu de trabajar para lograr un “clima político de entendimiento”, “desde la convicción política y ética de que es necesario el reconocimiento y reparación de las víctimas generadas por la violencia de ETA, evitando en todo momento que se puedan generar situaciones de humillación”. Además, el partido abertzale se aviene a cumplir la Ley Foral de símbolos de Navarra, aprobada por PSN y UPN, que establece que la bandera, el escudo y el himno de Navarra son y deben ser utilizados como “símbolos principales y exclusivos de las instituciones forales”; es decir, sin alusión a la ikurriña, la bandera vasca.