El asesinato del lago de Sanabria, resuelto por una cajetilla de puros
El asesinato de un hombre en Zamora para robarle la pensión y los ahorros ha sido solventado cuatro años después
Un hombre flotando en el lago de Sanabria sin documentación pero con un paquete de tabaco. La Guardia Civil de Zamora apenas tenía indicios cuando el 27 de diciembre de 2019 llegó el aviso de la presencia de un cadáver en la desembocadura del río Tera, en el paraje conocido como Pozo Muerto, en el icónico lago zamorano. Pronto se apodó “El crimen del lago”. Unos paseantes, como los muchos que en estas fechas navideñas acuden a la zona, lo vieron flotando, llamaron a las autoridades y con ello comenzó una investigación intrincada que ha sido resuelta cuatro años después. La Guardia Civil ha det...
Un hombre flotando en el lago de Sanabria sin documentación pero con un paquete de tabaco. La Guardia Civil de Zamora apenas tenía indicios cuando el 27 de diciembre de 2019 llegó el aviso de la presencia de un cadáver en la desembocadura del río Tera, en el paraje conocido como Pozo Muerto, en el icónico lago zamorano. Pronto se apodó “El crimen del lago”. Unos paseantes, como los muchos que en estas fechas navideñas acuden a la zona, lo vieron flotando, llamaron a las autoridades y con ello comenzó una investigación intrincada que ha sido resuelta cuatro años después. La Guardia Civil ha detenido a tres ciudadanos portugueses por la muerte de aquel compatriota, a quien “hicieron desaparecer”, según fuentes del caso, para apropiarse de 35.000 euros de su pensión.
La Guardia Civil ha comunicado mediante una nota de prensa la resolución de un caso en el que apenas había pistas para solucionarlo. “El hombre de edad avanzada, delgado y de mediana estatura no portaba documentación ni efectos en su vestimenta que permitiera su identificación o que arrojaran alguna pista sobre su procedencia. De hecho, lo único que se encontró fue un paquete de tabaco marca Handelsgold [marca de puritos que ha dado nombre a la operación]. Tampoco se halló ningún vehículo estacionado o abandonado en las inmediaciones”, recoge el comunicado.
La autopsia estableció que el hombre murió por “asfixia por sumersión”, o sea, ahogado. Los trabajos posteriores revelaron que tenía 70 años y, según fuentes de la Guardia Civil zamorana, se abrió una búsqueda cuyo componente internacional y la pandemia de por medio hicieron particularmente complejo. Las primeras muestras de ADN efectuadas sobre el cadáver arrojaron resultado negativo, pero un segundo examen genético reveló que el ADN de este hombre había sido registrado anteriormente en el Reino Unido por distintos delitos.
“La investigación se centra en sus allegados y se determinan los tres detenidos, tres amistades”, explican estos informadores. La Guardia Civil se centró en los allegados de la víctima, residente en Verín (Ourense), y se le empezó a vincular con “personas con antecedentes policiales y penales por delitos violentos o contra la salud pública”. Los interrogatorios sobre los tres sospechosos apenas aportaron que el difunto había desaparecido en la localidad portuguesa de Chaves a primeros del mes de diciembre de 2019, casi un mes antes del hallazgo del cadáver en el lago de Sanabria.
Los agentes se centraron en una persona que atendía en Verín al fallecido y a su compañero de piso. Entonces averiguaron que la víctima tenía cuentas bancarias en Portugal con ese sospechoso y que podría estar implicada otra tercera persona, que supuestamente tenía una relación sentimental con la mujer detenida.
Las pesquisas conjuntas con la Policía portuguesa acabaron revelando un “móvil económico” de los hechos, según las fuentes del instituto armado en Zamora. “Los tres detenidos tuvieron acceso a la pensión, unos ahorros de unos 35.000 euros, y lo hicieron desaparecer”, sostienen. Los criminales trataron de seguir extrayendo de la cuenta esos fondos y para ello se afanaron en que el cadáver no contase con identificación alguna y dificultase la resolución del caso. “Ha sido especialmente difícil por el tema administrativo hasta que se ha hilado todo, muy complicado al tratarse de un extranjero, porque requiere autorizaciones, órdenes internacionales y muchos viajes”, comentan los investigadores.
El cerco se estrechaba y los policías analizaron los dos vehículos propiedad de los investigados, presentes en la localidad lusa de Chaves. A esas muestras recabadas se unieron registros domiciliarios en esa misma población del norte portugués y en la cercana Vidago. La Policía Judiciaria de Portugal arrestó a esos tres acusados por su “grado de implicación en el asesinato” y, según zanja el comunicado de la Guardia Civil, se trasladaron a la prisión pontevedresa de A Ama.