Vox dinamita los Presupuestos de Baleares
La ultraderecha redobla la presión y tumba partidas. El PP queda abocado a claudicar ante la exigencia ultra de destinar 20 millones a su plan de segregación lingüística
La escalada de confrontación entre PP y Vox a cuenta de la aprobación de los Presupuestos de Baleares para 2024 ha llegado a su punto álgido este jueves, cuando la ultraderecha ha tumbado las cuentas de tres consejerías, provocando una caída técnica del proyecto de Presupuestos diseñado por el PP que solo se podrá revertir si Vox quiere. El Gobierno de Marga Prohens se lo tendrá que jugar todo a una carta en el Pleno de debate de ...
La escalada de confrontación entre PP y Vox a cuenta de la aprobación de los Presupuestos de Baleares para 2024 ha llegado a su punto álgido este jueves, cuando la ultraderecha ha tumbado las cuentas de tres consejerías, provocando una caída técnica del proyecto de Presupuestos diseñado por el PP que solo se podrá revertir si Vox quiere. El Gobierno de Marga Prohens se lo tendrá que jugar todo a una carta en el Pleno de debate de las cuentas para el año que viene, cuyo inicio está fijado para el próximo martes, en el que si no cuenta con el apoyo de la ultraderecha se verá abocado a prorrogar las Cuentas de la expresidenta autonómica y ahora presidenta del Congreso, Francina Armengol. Vox ya ha hecho públicas sus exigencias para dar su apoyo a Prohens: la supresión de los 400.000 euros de subvenciones a patronales y sindicatos y la inclusión de una partida de 20 millones de euros para ejecutar su plan de segregación lingüística en las aulas que pretende separar a los alumnos en función de la lengua en la que estudien.
El Gobierno de Prohens tiene apenas cuatro días para alcanzar un acuerdo que satisfaga a sus socios externos, dada la endiablada aritmética del Parlamento que deja a la formación de ultraderecha con la sartén por el mango. El PP cuenta actualmente con 25 escaños, a los que se suma el voto afirmativo del diputado tránsfuga de Vox, Xisco Cardona, que ya ha manifestado su intención de apoyar las Cuentas del PP. Toda la izquierda junta —PSOE, Més per Mallorca, Més per Menorca y Podemos— suma 25 escaños para rechazar los Presupuestos, pero en el aire queda el voto del diputado de Formentera, Llorenç Córdoba, que tras romper con su partido Sa Unió —una coalición insular de PP y Compromís— anunció que no prestaría su apoyo incondicional al Gobierno de Prohens. Córdoba lleva dos semanas sin acudir al pleno y ha roto totalmente la relación que mantiene con los conservadores en la isla. Si el diputado se alía con la oposición, derecha e izquierda quedarían empatadas y a Prohens solo le valdría el sí de Vox. Si se mantiene alineado con la derecha, Prohens tiene que garantizarse que los ultras no voten en contra de las cuentas.
Nada está atado y la portavoz parlamentaria de Vox se lo ha recordado a Prohens este jueves, después de que el PP haya votado en contra de su enmienda de retirar las subvenciones a sindicatos y patronales. “Vox ha sido invitado a jugar el partido en el tiempo de descuento y a nadie le gusta jugárselo todo a los penaltis. Y llegar al pleno de Presupuestos sin acuerdo es jugárselo todo a los penaltis”, ha dicho Idoia Ribas, de Vox, quien ha censurado que el PP les presentara el proyecto de las Cuentas autonómicas “el mismo día que al resto de grupos de la oposición”. Los ultras han anunciado que, por el momento, su voto será la abstención y han advertido al PP de que si quieren contar con un voto favorable tendrán que negociar las partidas que han tumbado en las comisiones. Entre ellas, los presupuestos de las consejerías de Economía y Hacienda, Empresa y Educación y de cinco empresas públicas.
Vox ha ido incrementando sus exigencias a medida que ha ido encareciéndose el precio de su voto, sobre todo después del conflicto que estalló en Formentera y que ha convertido el parecer del único diputado de la isla en una pieza clave en el juego de equilibrios. El origen de las desavenencias entre los socios parte de la negativa de los conservadores de incluir una partida de 20 millones de euros para el plan de segregación lingüística de Vox, que se tomó la revancha horas después tumbando en una comisión parlamentaria varias enmiendas del PP, como la que contemplaba un complemento de 18.000 euros para los altos cargos fichados de la península. El asunto quedó en tablas hasta que el conflicto en Formentera escaló a un nuevo nivel y dejó en el aire el apoyo del diputado Córdoba a las Cuentas del PP, debilitando aún más los apoyos al Gobierno de Prohens en la Cámara.
Con ese nuevo escenario, Vox redobló la presión sobre el PP, que ahora no se puede conformar con una abstención y necesita su voto afirmativo al no tener atado el apoyo del diputado de Formentera. Por eso, este jueves los ultras han exigido como condición innegociable, no sólo los veinte millones de euros para su plan de segregación lingüística, sino también la retirada de los 400.000 euros de subvenciones que cobran anualmente los principales sindicatos y patronales de las islas. Durante la votación de esta enmienda de Vox, el PP se ha alineado con la oposición y de nuevo ha frustrado las intenciones de la ultraderecha, que en la comisión posterior se ha tomado la revancha rechazando las partidas de tres consejerías y de cinco empresas públicas, dejando los presupuestos prácticamente inviables en su articulado.
“Posicionamientos diferentes”
La debilidad del Gobierno de Prohens ha quedado patente a pesar de los intentos de la presidenta de enmarcar la situación parlamentaria dentro de la normalidad. “Son días de negociación normal, que se tiene que entender desde la normalidad, con dos partidos con posicionamientos diferentes” ha dicho este jueves, aunque no ha sido capaz de garantizar el mantenimiento de las subvenciones a sindicatos y patronales. “No es la postura del grupo del PP, pero viene un fin de semana de intensas negociaciones” ha subrayado. Lo cierto es que no se había dado una situación así en la historia del Parlamento de Baleares, ya que en el pleno del próximo martes el PP tendrá que emitir un voto particular para reclamar el debate de las partidas de las tres consejerías que han sido tumbadas en comisión para poder introducirlas en el proyecto presupuestario. Y ahí, de nuevo, necesita el voto del diputado de Formentera o el apoyo de los diputados de Vox, que deshojarán la margarita sobre el futuro de las Cuentas autonómicas.