Urkullu sabía desde septiembre que el PNV preparaba su despedida

Al actual lehendakari le insinuaron también hace dos meses que el partido barajaba el nombre de Imanol Pradales como candidato, quien finalmente ha sido el propuesto para sucederle

El lehendakari Iñigo Urkullu.L. Rico

Iñigo Urkullu supo a finales de septiembre que el PNV le estaba preparando la despedida. Fue a la vuelta del verano, en una reunión informal, cuando le sugirieron que no iba a presentarse a la reelección. En ese encuentro también le insinuaron un nombre, el de Imanol Pradales, la persona que estaban barajando para sucederle. El...

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Iñigo Urkullu supo a finales de septiembre que el PNV le estaba preparando la despedida. Fue a la vuelta del verano, en una reunión informal, cuando le sugirieron que no iba a presentarse a la reelección. En ese encuentro también le insinuaron un nombre, el de Imanol Pradales, la persona que estaban barajando para sucederle. El adiós de Urkullu ya es un hecho y se ha consumado dos meses después. Ocurrió este pasado jueves 23 de noviembre en la sede del PNV Landaburu Etxea de Vitoria. Ese día el PNV le notificó oficialmente la decisión del partido: “Lehendakari, no vas a ser el candidato”. Al día siguiente salta la noticia en todos los medios informativos y causa un cataclismo en las filas peneuvistas.

El PNV prescinde de un valor seguro en las elecciones autonómicas —Urkullu ha ganado las tres elecciones a las que ha concurrido como cabeza de lista en 2012, 2016 y 2020— y apuesta por una promesa política al alza. Da por finiquitada una etapa al frente del Gobierno vasco, caracterizada por la moderación, el pragmatismo y la defensa del diálogo que han distinguido al mandatario y fía la responsabilidad de revalidar la hegemonía electoral y pilotar el futuro político de Euskadi a un representante de la nueva generación del partido. Pradales (Santurtzi, Bizkaia, 48 años), actual diputado foral de Infraestructuras de Bizkaia, cuenta con un buen bagaje académico (es doctor en Ciencias Políticas y Sociología) y sus mentores destacan su “probada capacidad de gestión” y su contribución en todos los procesos de reflexión en los últimos 10 años, “un profundo conocedor de la realidad vasca”.

El partido que preside Andoni Ortuzar ya venía sopesando la posibilidad de apartar a Urkullu de la carrera electoral desde antes del verano pasado, aseguran fuentes del entorno del lehendakari. Las siglas salieron debilitadas tras las elecciones municipales y después las generales, en las que EH Bildu, su mayor adversario en casa, fue comiéndole terreno y situándose a solo 1.000 votos. Algunas voces influyentes reprocharon este retroceso en las urnas y la pérdida de confianza en la ciudadanía al desgaste que estaba sufriendo el Ejecutivo que preside Urkullu, como consecuencia principalmente de los conflictos relacionados con la sanidad y la educación, y la alta conflictividad laboral (hasta junio se habían registrado 209 huelgas, el 60% de toda España).

La última legislatura liderada por Pedro Sánchez tampoco le benefició a Urkullu, muy descontento con la falta de compromiso del Gobierno central con el cumplimiento del Estatuto de Gernika y el traspaso de las competencias pendientes. Tampoco ha estado el mandatario vasco muy conforme con la forma en que se ha gestionado la investidura del líder socialista, apuntan desde su entorno. “Al PNV le han podido los nervios”, añaden. El relevo de Urkullu se produce a las puertas de abrirse un nuevo escenario electoral, al que el partido nacionalista quiere concurrir con savia nueva, aunque el elegido mantendrá un discurso en línea con el de su antecesor. “La ausencia del lehendakari solo puede beneficiar a EH Bildu y al PP vasco”, pronostican fuentes críticas con el modo en que se ha gestionado el relevo.

El partido le propuso a Urkullu en la reunión del pasado jueves que saliera a anunciar públicamente que renunciaba a presentarse a un cuarto mandato. Se negó. Ese día el PNV ya tenía decidido el recambio. El nombre de Pradales, del que se habló en el encuentro de septiembre, no salió en ningún momento en esta ocasión, pese a que Urkullu preguntó expresamente si el diputado foral vizcaíno iba a ser el elegido. Fuentes conocedoras de este proceso aseguran que el lehendakari está “decepcionado”, pero “no va a reaccionar de forma desairada” en público.

Y ahora se abre una etapa nueva que deberá liderar Pradales si este resulta apoyado mayoritariamente en los batzokis (sedes del PNV) en un proceso interno que finalizará el 20 de enero. La afiliación podría proponer otros nombres, y postular incluso a Urkullu, quien goza de muchas simpatías en buena parte de la militancia nacionalista.

Pradales tiene precisamente a Urkullu como uno de sus cuatro referentes políticos, junto al lehendakari José Antonio Aguirre, el expresidente del PNV Xabier Arzalluz y el ex diputado general de Bizkaia José Luis Bilbao. “Es la persona que me animó a dar el salto al servicio público”, ha venido diciendo el nuevo postulante a dirigir el Gobierno vasco al referirse al lehendakari. Ambos coincidieron por primera vez cuando Pradales era un niño que estudiaba en una ikastola de Portugalete y recibía clases de Ciencias Sociales, Naturales y Lengua del entonces maestro Urkullu. Este fue quien le animó a dar el salto a la política tras comprobar su valía en los procesos de reflexión estratégica que el PNV abordó después de 2008.

Casado y con una hija de dos años, Pradales ejerció como profesor en la Universidad de Deusto hasta que fue nombrado en 2007 director gerente de Bizkaia Talent, un servicio público que busca captar talento. En 2011 dirigió el Departamento de Promoción Económica de la Diputación vizcaína y cuatro años después cambió de cartera foral para ocuparse de Desarrollo Económico.

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