El acusado de intentar matar a un hombre de una red de citas aparece relacionado en siete muertes en Bilbao

La Ertzaintza asegura que encontraron en el domicilio de N. M. B. pruebas de que había hecho compras con las tarjetas bancarias de las víctimas

El acusado de un intento de homicidio en Bilbao asiste este martes a la sesión del juicio, entre dos agentes de la Ertzaintza.Fernando Domingo-Aldama

El nombre del joven juzgado en la Audiencia de Bizkaia por intentar matar a un hombre con quien contactó a través de una aplicación de citas para personas homosexuales aparece en las investigaciones de siete muertes de otros varones, que inicialmente parecían naturales, así como de otro intento de homicidio. Así lo han indicado dos ertzainas de la Unidad Central de Investigación Criminal de Delitos contra la Personas que han testificado este martes en la segunda sesión de la vista ...

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El nombre del joven juzgado en la Audiencia de Bizkaia por intentar matar a un hombre con quien contactó a través de una aplicación de citas para personas homosexuales aparece en las investigaciones de siete muertes de otros varones, que inicialmente parecían naturales, así como de otro intento de homicidio. Así lo han indicado dos ertzainas de la Unidad Central de Investigación Criminal de Delitos contra la Personas que han testificado este martes en la segunda sesión de la vista oral por el intento de crimen cometido el 17 de diciembre de 2021 en el domicilio de la víctima, en el Casco Viejo de Bilbao. En aquel caso, la víctima consiguió zafarse de su agresor y salvar la vida.

Según han explicado los agentes, su unidad recibió el encargo de investigar este intento de homicidio el 29 de abril de 2022 ya que el acusado, N. M. B., de 25 años y nacido en Colombia, “podría ser un posible asesino serial”. Uno de los agentes ha explicado que existen “muchos indicios de la posible relación del acusado con las siete muertes porque tienen características comunes” y ha detallado que en todos los casos las víctimas eran hombres homosexuales cuyos cuerpos aparecieron recostados en un sofá sin evidencias de violencia y que, además que, días después de las muertes, el acusado sacaba dinero con las tarjetas bancarias de las víctimas y compraba diferentes efectos.

Tras precisar que las investigaciones por esas muertes “siguen en curso”, un agente ha mantenido que el acusado se entregó en la comisaría de Irun (Gipuzkoa) en mayo de 2022 porque aparecieron publicados en los medios de comunicación noticias con su foto, en las que se alertaba sobre un posible asesino en serie y que, por eso, “se vio acorralado”. “En la habitación en la que residía en Irun encontramos documentación bancaria sobre compras con las tarjetas de los fallecidos, y bizums [transferencias bancarias a través del móvil] realizados minutos después de sus muertes”, ha relatado, y ha indicado que solo encontraron los teléfonos móviles de algunos fallecidos —el resto se cree que fueron robados— y “todos usaban la misma aplicación de citas”. La hipótesis de la Ertzantza es que estas personas pudieron ser atacadas con “la técnica del abrazo o mataleón”, que produce asfixia.

En la sesión del juicio de este lunes, el acusado reconoció que era “tarjetero” y que se dedicaba con otras tres personas —que no han sido localizadas— a robar tarjetas bancarias y sus claves para extraer dinero, y “salir de fiesta”. Sobre el caso concreto que se juzga ahora, también señaló que tenía entonces y sigue teniendo novia y reconoció que había contactado con la víctima para mantener relaciones sexuales porque era “bisexual” Detalló que, “en un primer impulso”, lo atacó abrazándolo desde atrás, presuntamente para robarle, pero enseguida “paró y salió huyendo”.

Este martes también ha testificado la pareja del acusado, con la que mantiene una relación desde el verano de 2021 y que en aquel momento vivía en Murcia con su padre porque “estaba terminando el bachiller”. Esta joven, que ha declarado protegida por un biombo, ha asegurado que hasta el momento en que se publicó la noticia en los medios, desconocía la “orientación sexual” de su novio, y que “apenas conocía su entorno social”. Tampoco sabía que consumía drogas ya que delante de ella “nunca lo hizo”. Sobre el manejo de dinero del acusado ha manifestado que no le extrañó porque le había dicho que se dedicaba a “hacer chapuzas” y “la gente que trabaja en negro y en la obra gana muy bien”.

Acto seguido ha testificado el psiquiatra que atiende a la víctima del intento de homicidio que se está juzgando y ha relatado que tras lo sucedido padeció un estrés agudo postraumático con ansiedad y angustia, del que “está evolucionando de forma satisfactoria”. Todavía sigue en tratamiento y, de hecho, ante la cercanía del juicio, ha sufrido una “cierta recaída porque está muy preocupado por su intimidad —tiene pareja— y por la repercusión mediática” de este caso, ya que “se trata de un hombre relativamente conocido”, ha señalado.

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Por los hechos que se juzgan, la Fiscalía pide nueve años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, y al acción popular, en nombre de la asociación LGTBI+ Gehitu, eleva la pena hasta más de 17 años al considerar los hechos una tentativa de asesinato. Pide también que se aplique la agravante de haber cometido el delito por motivos de discriminación de sexo, orientación o identidad sexual. Mañana finalizará el juicio con las conclusiones definitivas y la lectura de los informes.

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