Seis heridos graves al volcar un autobús turístico con niños en la subida a los Lagos de Covadonga
De los 49 ocupantes, seis han sufrido heridas graves y seis moderadamente graves. No hay ningún menor entre los lesionados
El día ha amanecido nublado este 31 de julio en los Picos de Europa. Desde primera hora de la mañana, miles de turistas hacían colas en los accesos al Santuario de Covadonga para subir en autobús y taxis a ver los famosos Lagos de Covadonga, una de las joyas paisajísticas de Asturias. Poco antes de las 12, un autobús de la compañía Alsa con 49 personas a bordo volcó en la carretera CO-4, poco después de pasar el Mirador de La Reina. El accidente ha provocado seis heridos de gravedad y seis m...
El día ha amanecido nublado este 31 de julio en los Picos de Europa. Desde primera hora de la mañana, miles de turistas hacían colas en los accesos al Santuario de Covadonga para subir en autobús y taxis a ver los famosos Lagos de Covadonga, una de las joyas paisajísticas de Asturias. Poco antes de las 12, un autobús de la compañía Alsa con 49 personas a bordo volcó en la carretera CO-4, poco después de pasar el Mirador de La Reina. El accidente ha provocado seis heridos de gravedad y seis moderadamente graves, con fracturas y dos casos de hemorragia interna, además de 37 de carácter leve. Los más graves fueron trasladados en un helicóptero, una UVI móvil y varias ambulancias hasta el Hospital de Arriondas, en el Oriente asturiano.
La dificultad del acceso a esa zona de la carretera, que serpentea entre montañas y al filo de pronunciadas laderas, además de la caravana de autobuses y taxis que circulaban en ese momento por la vía, ralentizó una media hora el acceso de los servicios de rescate. En el autobús, donde viajaban turistas españoles y extranjeros, iban 14 niños que no sufrieron heridas de gravedad, pese a que uno de los pequeños salió despedido del vehículo, según describió uno de los conductores que presenció el accidente. El bus no iba equipado con asientos adaptados a menores y, tal y como confirmaron varios pasajeros y miembros de la Guardia Civil a este periódico, los que salieron peor parados en el accidente no llevaban puesto el cinturón de seguridad.
Laura Martín, de San Sebastián de los Reyes (Madrid), viajaba con sus hijos, su hermana y su cuñado en el vehículo siniestrado. Ella y su familia han podido salir por su propio pie del autobús. “Subíamos tranquilamente, pero desde que pasamos el Santuario pensé que los conductores debían de tener un control increíble para conducir unos autobuses tan grandes por unas carreteras tan estrechas. Pero al llegar a esta subida nos cruzamos con otro autobús y notamos que la rueda se encallaba un poquito. De pronto empezamos a inclinarnos a cámara lenta hacia un lado. Ahí me di cuenta de que nos íbamos por el terraplén”, describió Martín en el lugar del accidente, aún con el susto en el cuerpo. A su lado, su hijo. Guillermo, de seis años, contaba cómo él y su hermana mayor habían tenido que arrastrarse por debajo del autobús para poder salir.
El autobús dio dos vueltas “a cámara lenta” por el terraplén, y según los pasajeros no iba deprisa. Otro de los testigos aseguraba que el conductor, con 21 años de experiencia y habituado a hacer este trayecto, trató de acelerar al verse bloqueado por el otro vehículo, lo que podría haberle llevado a perder el control cuando se salió de la carretera.
Según Alsa, compañía que hace este trayecto desde hace 18 años, entre los pasajeros hay nueve viajeros que han necesitado asistencia médica por golpes y fracturas, además del conductor del vehículo, un profesional con 21 años de experiencia que habitualmente hace este trayecto. El autobús, con una antigüedad de nueve años y cuatro meses, había pasado la revisión técnica el 3 de julio y la inspección técnica de vehículos (ITV) el 8 de marzo, afirma la compañía a la agencia Europa Press. Alsa ha contado que esta ruta en la zona más visitada de los Picos de Europa la llevan a cabo “los conductores más experimentados y cuentan con una formación específica en conducción en carreteras de alta montaña”.
“Cuando el autobús se paró en la ladera empezaron los gritos. Ahí ya vimos que los que iban en el lado izquierdo se quedaron colgados de los cinturones de seguridad. Nosotros nos quitamos el nuestro y pudimos salir andando por el ventanón de atrás, que estaba roto”, comenta Martín. Su cuñado, sanitario y militar, se puso enseguida a sacar a personas que se habían quedado atrapadas en el autocar, pero poco después sufrió un fuerte mareo y se tiró al suelo, donde fue inmovilizado posteriormente por el Samur.
“El viaje era tranquilo aunque había algo de niebla. Había cerrado los ojos porque me dolía el estómago y cuando sentí que el autobús se inclinaba pensé: ‘Se acabó”, señala a este diario Sylvia Wymane, una turista suiza que viajaba sola y sufrió varias contusiones en el accidente. Aún bloqueada por el miedo, Wymane confiaba en poder recuperar su coche y seguir su camino hacia Galicia, donde la espera su hermano.
“En teoría no puedes subir a niños si no tienes sillas adaptadas, pero claro, los jefes te dicen… ‘tira para arriba’, ¿qué vas a hacer?”, comentó uno de los conductores de taxi, que insistió en que en cerca de 20 años no ha habido accidentes de autobuses. El conductor aseguró que, pese a ello, ha habido quejas por el tamaño de los autobuses, capaces de transportar a 50 o 60 personas. En agosto y otros momentos de temporada alta, tan sólo se permite el acceso de turistas previo pago por taxi o bus, no el uso de vehículos privados. Por lo que salvo montañeros y ciclistas, a veces se concentran hasta 7.000 turistas al día subiendo en estos transportes. A la salida del área del accidente se podía constatar que al menos una decena de autobuses de gran tamaño esperaban al pie de la carretera.
Los primeros en intervenir para sacar a varios heridos fueron los ciclistas, así como turistas que viajaban a su vez en los taxis y autobuses, y que quedaron bloqueados hasta las cuatro de la tarde. Muchos de los heridos quedaron tumbados en la ladera durante al menos una hora, antes de que pudieran ser evacuados, como sucedió con el conductor del autobús, que estaba atrapado en la cabina con una pierna rota.
Entre los afectados había al menos una decena de niños. En un primer momento, pese al llamativo estoicismo de algunos, otros presentaban rasguños y heridas, alguna fractura y varios se encontraban en estado de choque, lloraban y pedían bajar andando por la carretera para no volver a subir a un vehículo.
Las personas que estaban ya en la cumbre —unas 2.000, según uno de los conductores de la línea de taxis— también tuvieron que esperar y muchos pidieron explícitamente no bajar en autobuses por miedo. El tráfico se ha reanudado una vez que los heridos habían sido evacuados por aire y tierra a los hospitales de Oviedo y Arriondas, pero con la única intención de sacar a todos los turistas que permanecían atrapados en la montaña para que tres grúas pudieran intervenir y retirar el vehículo siniestrado, que permanecía volcado. Todas las pertenencias de los afectados, que quedaron esparcidas por el lomo de la montaña, serán guardadas en el cuartel de la Guardia Civil de Llanes, “para que una vez se recuperen pasen a recogerlas”, precisó el teniente coronel Alberto Aguilera.
Triaje de heridos
Hasta la zona se han desplazado varias dotaciones de bomberos, un helicóptero medicalizado, ambulancia, el Servicio de Atención Médica Urgente, Guardia Civil y Policía Local. El personal sanitario que ha llegado hasta la zona está haciendo el triaje de los heridos para atender a los que presenten peor estado y el presidente del Principado, Adrián Barbón, está siguiendo las labores de asistencia.
Barbón ha indicado que sigue “con enorme preocupación” este accidente, en el que viajaban “numerosos niños”. “Todos los medios necesarios se han movilizado para hacer frente al accidente de un bus subiendo a Los Lagos, que se ha salido de la carretera, rodando por la ladera”, ha indicado en un mensaje de Twitter recogido por Europa Press. A la espera del resultado del triaje y de la necesaria asistencia profesional para cada persona, el presidente está “supervisando las actuaciones que se están desarrollando”.