Leonardo Marcos toma posesión como director general de la Guardia Civil

Un intenso calor azotaba el patio central de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid este martes durante la toma de posesión de Leonardo Marcos como nuevo director del instituto armado. Leonés de 65 años, curtido en la emergencia como director de Protección Civil que ha sido desde 2020 hasta hace dos semanas, no ha sido esta su primera prueba de fuego. Tuvo que hacer frente a los macroincendios que asolaron España el ve...

Un intenso calor azotaba el patio central de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid este martes durante la toma de posesión de Leonardo Marcos como nuevo director del instituto armado. Leonés de 65 años, curtido en la emergencia como director de Protección Civil que ha sido desde 2020 hasta hace dos semanas, no ha sido esta su primera prueba de fuego. Tuvo que hacer frente a los macroincendios que asolaron España el verano pasado. Su nombramiento ha sido también de emergencia, ya que llega justo después de que su predecesora fuese incluida como número diez en las listas del PSOE por Madrid para las próximas elecciones generales del 23-J. González, que a su vez sucedió a la dimitida María Gámez en el puesto, apenas ostentó el cargo dos meses (desde el pasado 4 de abril). Este martes, ante el incierto contexto electoral que vive España, las quinielas se centraban en si el flamante director “aguantaría en el cargo más o menos que su predecesora”.

Han pasado tres directores generales durante tres años en una institución de más de 77.000 efectivos con con 169 de historia, como recordaba este martes el propio Marcos en su discurso. Y dos directores, solo en los tres últimos meses. María Gámez aterrizó el 22 de enero de 2020, poco antes de que estallara la pandemia, como la primera mujer al frente de la Guardia Civil y con una clara voluntad de mejorar la igualdad entre hombres y mujeres, en un cuerpo en el que todavía ellas son solo el 9%, aunque actualmente representen el 30% de los nuevos ingresos. Sin embargo, Gámez se sintió obligada a dimitir el pasado 23 de marzo, tras conocer que su marido estaba siendo investigado en un caso de presunta corrupción en Andalucía. La dimisión se producía además en el marco de dos casos de corrupción que estaban desprestigiando en ese momento a la institución: el llamado caso cuarteles (por presuntas adjudicaciones irregulares de obras) y el caso Berni o Mediador (una red que cobraba comisiones a empresarios en Canarias). Y Mercedes González, hasta entonces delegada del Gobierno en Madrid, fue nombrada como su relevo.

Este martes, Leonardo Marcos, que se presentó a sí mismo como un servidor público, orgulloso y honrado de dirigir ahora un cuerpo como el de la Guardia Civil, caracterizado por “valores como la lealtad, la ejemplaridad y la integridad”, insistía en su voluntad de hacer crecer a la mujer en el cuerpo: “Queremos su talento y su talante”, dijo. Y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que se refirió al instituto armado como “una casa de héroes cotidianos y anónimos”, quiso hacer hincapié en “la gestión”, en referencia al incremento salarial ejecutado en su mandato (”del 38%”) y al incremento de efectivos en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. “Llegas en el mejor momento de la Guardia Civil”, dijo el ministro, que tras una ardua lucha librada en los tribunales se verá obligado a restituir en su puesto como jefe de la Guardia Civil de Madrid al coronel Pérez de los Cobos, al que cesó de manera fulminante “por pérdida de confianza” en mayo de 2020.

No obstante, el principal y primer escollo al que se enfrentará Leonardo Marcos, su verdadera “prueba fuego” al frente de la Guardia Civil, será la de mantenerse en su cargo tras las próximas elecciones generales del 23-J.