El asesino de Romina Celeste admite su culpabilidad y se conformará con la pena que le imponga la Sala

El abogado de Raúl Díaz asegura durante la primera jornada del juicio que el acusado por el asesinato machista “no va a poner pegas”

Raúl Díaz Chacón (derecha), acusado de asesinar a Romina Celeste, junto a su abogado, este viernes en la primera sesión del juicio en Las Palmas de Gran Canaria.Ángel Medina G. (EFE)
Las Palmas de Gran Canaria -

El acusado por el asesinato machista de Romina Celeste en la Nochevieja de 2018, Raúl Díaz Cachón, va a admitir la culpabilidad de haber asesinado a su esposa, haberla cocinado en una barbacoa, haberla descuartizado y tirado posteriormente al mar. Y se conformará con la pena que le imponga la Sala, según ha anunciado en la primera sesión del juicio su abogado, Edilberto Galán Parrilla. “Mi cliente le va a ir reconociendo [los hechos] uno a uno, no va a poner pegas, va a aceptar la culpabilida...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El acusado por el asesinato machista de Romina Celeste en la Nochevieja de 2018, Raúl Díaz Cachón, va a admitir la culpabilidad de haber asesinado a su esposa, haberla cocinado en una barbacoa, haberla descuartizado y tirado posteriormente al mar. Y se conformará con la pena que le imponga la Sala, según ha anunciado en la primera sesión del juicio su abogado, Edilberto Galán Parrilla. “Mi cliente le va a ir reconociendo [los hechos] uno a uno, no va a poner pegas, va a aceptar la culpabilidad”, ha dicho el letrado durante la vista. Díaz Cachón será condenado previsiblemente a 15 años, nueve meses y cuatro días de prisión.

La instrucción del juicio se ha alargado durante cuatro años, lo que permitió que el acusado saliese de la cárcel tras agotar el tiempo máximo en prisión preventiva. Esta puesta en libertad, en enero de este año, indignó a la sociedad lanzaroteña y provocó una cadena de reproches entre instituciones, sin que ninguna haya asumido responsabilidad alguna.

Este viernes, tras la constitución del jurado popular, Díaz Cachón fue reconociendo a preguntas del fiscal tanto la forma como se conocieron los hechos, el maltrato al que sometió a su esposa, así como las agresiones físicas previas a los golpes mortales. Admitió, a su vez, que mató a Romina por ser “un ser inferior”, y que se deshizo de los restos de la joven en el litoral de Lanzarote. “Sí, lo reconozco”, ha repetido una y otra vez.

El acusado, cuando abandono la cárcel de Lanzarote, en enero de este año. Adriel Perdomo (EFE)

La Fiscalía asegura que durante la relación, “Raúl, con total desprecio por la integridad física y estabilidad emocional de Romina, tanto en el domicilio como fuera de él, la agredió en distintas ocasiones, además de tratarla con menosprecio, lo que generó en ella un estado de angustia y miedo insoportable”. El ministerio relata dos episodios de violencia de género en los que la mujer asesinada resultó herida y lesionada. El acusado reconoció todos estos hechos durante la primera sesión del juicio. “Ella, quizás, aceptaba ese maltrato continuado por esas circunstancias”, ha explicado, y ha resaltado la relación de “dependencia” y “necesidad” que mantenía Celeste hacia su marido, como ocurre en la mayoría de los casos de violencia machista. En ellos, la vulnerabilidad de las víctimas —económica o administrativa, por ejemplo—, no solo es parte de la estructura de la violencia, una de las cuestiones que ayudan a que se dé, sino que se aprovecha por el maltratador para mantener bajo control a su víctima. “Llegó a tolerar lo intolerable. Llegó a entrar en una depresión bastante grave”.

Los hechos juzgados se produjeron durante la madrugada del 1 de enero de 2019. Esa noche, Raúl Díaz mató supuestamente su pareja, la ciudadana paraguaya Romina Celeste Núñez, de 29 años, en una vivienda de la localidad de Costa Teguise (este de la isla). Según el relato que se extrae del escrito de acusación de la Fiscalía, el acusado “mató a Romina al considerarla un ser inferior con el que podía desatar su rabia, y ello por el hecho de ser una mujer joven, extranjera y sin recursos que ejercía la prostitución para mantenerse económicamente”. La investigación no ha logrado discernir con exactitud la forma en que presuntamente le dio muerte.

Romina Celeste Núñez, de 29 años, asesinada en lanzarote en la Nochevieja de 2018.

Durante los días siguientes, cuando amigos y familiares le preguntaron por Romina, les hizo creer que se había marchado tras una discusión. La mañana del 8 de enero, una semana después de los hechos, se presentó en el puesto de la Guardia Civil de Costa Teguise para denunciar la desaparición de su pareja, después de que la familia de Romina Celeste lo contactara para avisarle de que no conseguían hablar con ella.

Díaz Cachón fue detenido finalmente el 13 de enero, y se mantuvo en prisión preventiva durante cuatro años, tiempo que la ley establece como máximo. Su puesta en libertad con cautelares en enero causó un gran revuelo mediático.

Retrasos, una liberación y cruce de acusaciones

La pandemia, las maniobras dilatorias de la defensa y un juzgado poco diligente fueron la mano que abrió la celda al culpable confeso de uno de los asesinatos más salvajes y crueles que se recuerdan en Canarias y en España. El asesinato de Romina Celeste estuvo precedido de varias denuncias de malos tratos desde que eran novios, que nunca fueron atendidas.

Cuando Raúl Díaz Chacón fue liberado en enero, comenzó un cruce de acusaciones entre instituciones. El Tribunal Superior de Justicia de Canarias abrió fuego el 10 de enero con un escrito al Consejo General del Poder Judicial al que tuvo acceso EL PAÍS. El documento consideraba excesivo que el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMLCF) de Las Palmas, dependiente de la Consejería de Justicia del Ejecutivo autónomo, tardase más de “dos años” en elaborar y enviar al juzgado un informe pericial sobre unas tijeras intervenidas al sospechoso, “que tenía por objeto dictaminar si eran aptas para desmembrar un cuerpo humano”.

Previamente, el propio TSJC había descartado en una investigación interna cualquier “responsabilidad” de las tres juezas instructoras que han llevado el caso. Emilio Moya, presidente de la Audiencia Provincial de Las Palmas y encargado de las pesquisas, concluyó que durante cuatro años la causa “en ningún momento ha estado paralizada”. Lo plasmó en un informe “reservado” que presentó ante la Sala de Gobierno a finales de enero. Entonces, en el comunicado hecho público sobre este, el Tribunal Superior de Justicia solo pasaba de soslayo sobre “alguna anomalía [detectada] en la excesiva duración de la elaboración de algunos informes periciales, […] que se debería evitar”. Sin concretar más.

Tras conocerse las conclusiones de Moya, la abogada de la familia de la víctima, Emilia Zaballos, ya calificó de “vergonzoso” este informe: “Protege a todos los jueces que tiene por debajo de él. Las irregularidades son patentes e intenta tapar el mal trabajo realizado de instrucción”.

La Viceconsejería de Justicia del Gobierno canario presentó alegaciones al escrito del TSJC y expuso que “los tiempos de respuesta [del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses] no pueden tildarse de excesivos si se atiende al número de informes solicitados y practicados como a la complejidad de los mismos”.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 52 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.

Sobre la firma

Más información

Archivado En