Vocales del Poder Judicial sugieren al presidente que no acepte la dimisión de Saéz y esgrimen dudas legales

Rafael Mozo no ha revelado en el pleno del órgano de gobierno de los jueces si admite la renuncia de la consejera propuesta por IU

De izquierda a derecha, y en primera final, los vocales del CGPJ Álvaro Cuesta, Concepción Sáez y Rafael Mozo. Detrás, Clara Martínez de Careaga y Mar Cabrejas.Kiko Huesca (EFE)

Del pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se preveía que iban a salir este jueves las respuestas a dos cuestiones sobre las que se está alargando la incertidumbre: la aceptación, por parte del presidente suplente, de la dimisión de la vocal progresista Concepción Sáez; y si a esa renuncia le sigue otra, la de Álvaro Cuesta, quien la semana pasada ...

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Del pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se preveía que iban a salir este jueves las respuestas a dos cuestiones sobre las que se está alargando la incertidumbre: la aceptación, por parte del presidente suplente, de la dimisión de la vocal progresista Concepción Sáez; y si a esa renuncia le sigue otra, la de Álvaro Cuesta, quien la semana pasada impulsó una posible salida colectiva de todo el bloque progresista que no ha sido secundada por sus compañeros. Pero el pleno acabó como empezó: el presidente, Rafael Mozo, no ha revelado todavía si va a aceptar la dimisión de Sáez; y Cuesta no ha aclarado si se marcha, aunque sus compañeros sostienen que no lo hará.

El orden del día incluía un punto para “dar cuenta” del escrito de renuncia presentado por la vocal a propuesta de IU y analizar “la situación actual” del Consejo, cuyo mandato cumplió en diciembre de 2018 y que no ha sido renovado por el rechazo del PP a alcanzar un acuerdo con el PSOE. La mayoría de vocales, incluida la propia Sáez, daban por hecho que la primera parte se resolvería con la despedida de la consejera, explicando las razones que le han llevado a irse, y en la segunda se podía generar un debate sobre la labor del CGPJ y, previsiblemente, Cuesta tomaría la palabra y, —de forma explícita o implícita— desvelaría si va a dimitir una vez que sus compañeros han rechazado la renuncia “coordinada”.

Pero los plenos del órgano de gobierno de los jueces son, desde hace tiempo, imprevisibles, y el debate de este jueves terminó enredándose en si Mozo debe admitir la dimisión de Sáez, señalan fuentes del órgano. El primero en poner las dudas sobre la mesa ha sido el vocal Enrique Lucas, propuesto por el PNV y al que se considera adscrito al grupo progresista, pero que en ocasiones se ha desmarcado de este. Lucas defendió que con la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) en la mano los vocales solo pueden cesar durante los cinco años que dura el mandato, pero hay dudas legales de que puedan hacerlo cuando, como ahora, están en funciones.

Lucas apoyó su reflexión en el artículo 582, que fija: “Los vocales solo cesarán en sus cargos por el transcurso de los cinco años para los que fueron nombrados, así como por renuncia aceptada por el Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, o por incapacidad, incompatibilidad o incumplimiento grave de los deberes del cargo (...)”. Para varios vocales consultados, el objetivo de este artículo es “blindar” a los consejeros para que no puedan ser apartados de su cargo de forma indiscriminada, pero algunos, como el vocal José María Macías, propuesto por el PP, hicieron suyas las dudas de Lucas, quien también había advertido de que, en cualquier caso, la ley deja claro que la dimisión debe ser “aceptada” por el presidente, por lo que también puede ser rechazada.

Mientras algunos vocales sugerían a Mozo que no debía aceptar la renuncia de Sáez, el presidente suplente asistió casi en silencio a las intervenciones de uno y otro y no aclaró cuál va a ser su decisión. Incluso, en mitad del galimatías legal en el que derivó el debate, el vocal Wenceslao Olea, del sector conservador y magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo, llegó a advertir de que a lo mejor el presidente suplente no tiene competencia para decidir sobre la dimisión de Sáez. La apreciación de Olea se basa en que la ley dice que la renuncia debe ser aceptada por el presidente del “Tribunal Supremo y del Consejo General del poder Judicial”, el doble cargo que la Constitución atribuye al presidente del órgano de gobierno de los jueces, pero que, al dimitir Carlos Lesmes, se desgajó en dos (la presidencia en funciones del alto tribunal la ejerce ahora el presidente de la sala Primera, Francisco Marín Castán). “Pues a lo mejor me tengo que ir a presentarle dimisión al presidente del Supremo y me pone menos trabas”, exclamó la vocal Sáez, que, según fuentes del órgano, no escondió su estupor por el embrollo en el que se ha convertido el trámite de su dimisión.

Al margen de las objeciones legales a su renuncia, varios vocales han reprochado las razones dadas por la consejera para justificar su salida. En el escrito que envió a Mozo el pasado 13 de marzo y que la vocal leyó en el pleno a sus compañeros, Sáez explicó había tomado la decisión al constatar que la situación del CGPJ es ya “insostenible”. “La incapacidad de tomar determinadas decisiones en el ejercicio ordinario de las competencias de este órgano al tiempo que se clama por la recuperación de competencias impropias de un consejo en funciones, ha terminado por agotar mi paciencia. Estimo inútil jurídica y políticamente mi continuidad en este escenario de radical y puede que ya irreversible degradación de la institución”, escribió Sáez, unas palabras que no han gustado a algunos de sus compañeros. Álvaro Cuesta, sí alabó la decisión de la vocal y sus argumentos, pero no aclaró si seguirá sus pasos.

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